lunes, 2 de marzo de 2015

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. LUZ

                                                        

El campo se vistió de Luz. Como solo él lo hace; como solo él sabe hacerlo cuando se asoma la primavera por los cerros y viene bajando – la Luz - por los trigos que ya mismito encañan, y por los ciruelos en flor, cobijo de enjambres que acuden, liban y siguen camino.

El campo se vistió de sinfonía: jilguerillos, verderones, mirlos, gorriones, carboneros… Todos se dieron cita al amanecer. Entre todos llevaba la voz cantante un chamarín revoltoso y enardecido que en el naranjo de la esquina marcaba territorio, acotaba espacio, echaba las lindes del campo.

“Por aquí no pasa nadie / ni tu padre, ni madre…” parecía que cantaba en su afán de convencer a la compañera. Había, también, un mensaje subliminal a los otros pájaros. Aquello era suyo y “sanseacabó, no tiene octava”.

Ha subido, muy temprano el pastor con las ovejas. Iba como para el sotomonte de Sierra de Aguas. Careaban por debajo de los almendros. Como los almendros florecieron  hace unos días, ahora, con la flor cambiada en fruto han decidido que van a vestir de verdes sus tallos. Tallos tiernos, nuevos…

Se ha encendido la trama en los olivos; apuntan las yemas, reventonas, prietas, diminutas. Serán aceitunas en junio –  “una en San Juan, ciento en Navidad” - y luego, ‘suelos’ de agosto y verdeo cuando  Septiembre huela a nardos y a Virgen de Flores… Y,¿luego? Luego molino, ungüento de Dios. A eso le llamamos aceite.

Estaba el campo despierto. Era temprano. Por la sierras de enfrente, El Torcal parecía que ya también estaba levando. Madrugan mucho estas tierras. Había repartido suerte: la bruma a recogerse que ya era hora; los cirros a darse una vuelta por los cielos. Las sierras de Granada eran un desperezo entre neblinas lejanas. Daban la bienvenida a la Luz.


Llegó la Luz. El canto de un pájaro macho saludó a la Luz en la linde del trigo. Tito Livio – o sea, mi gato – se lavaba la cara al sol. Tito Livio, desde muy temprano, anda dándoles sustos a las palomas en el caballete del corral. Y, hay días como que parece que no pasa nada…

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