Cafres, según el diccionario, son los habitantes de la
Cafrería en Sudáfrica. En otra acepción los llama: ‘bárbaros’, ‘zafios’… Con
los primeros no va la cosa; contra los segundos, por supuesto que sí. Dejan a
Atila y compañeros mártires como hermanitas de la Caridad a su vera.
Unos vándalos han destrozado los huevos de dinosaurio en un yacimiento paleontológico con una edad en
torno a los sesenta mil años. (Año más o año menos, que tampoco es cuestión de
apurar mucho, por lo de los domingos y fiestas de guardar, y esas cosas).
En serio. El yacimiento está en Coll de Nargó, en el condado
de Urgell, al norte de Lleida. Se llama el Mirador del Cretáceo y no muy lejos
corre el río Segre…El paraje es idílico. Y por allí viven de la ganadería
bovina y los lácteos.
No tenía ni idea de dónde quedan esos parajes. En toda la
zona abundan los restos románicos. Casi tantos templos como olivos en Jaén.
Bueno, es una exageración, pero ya me entienden. Por el año mil ya existía el
pueblecito y en cuanto a los dinosaurios el periódico dice que es el mayor
yacimiento de Europa…
No se quedan atrás otros primos hermanos – de los vándalos –
que viven en Écija. Son tres. Están ya encerrados (A ver si los ponen a la
recacha del sol del pueblo en los meses de verano a arenques y sin agua…) La han emprendido con
un mosaico romano. Dicen los expertos que solo hay otros tres más en el mundo…
¿Objetivo? La venta.
Desde no se sabe cuándo el hombre es dado al expolio. En las
guerras, en las correría, en la razzias. Era apropiarse de lo de los otros pero
destruyendo. De unos años a esta parte aparece la noticia de ‘desaparición’ de
imágenes en los retablos, cuadros de museos, documentos… Casi siempre está
detrás el móvil del dinero.
Hay otros cafres aún más miserables. Son los que destrozan
los bancos de la calle, las farolas del alumbrado público, las papeleras del
parque, las barandillas que protegen, las macetas de las fachadas… Son unos
verdaderos desgraciados. ¿Alguien sabe que está pasando?
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