Avanza la Cuaresma. Huele a cirios, a túnicas que salen de
la cómoda, a cíngulos - ¿“mamá dónde están mis cordones”?- perdidos el fondo
del cajón. Hay tufillo a ropa nueva porque quien no estrena el Domingo de
Ramos…
Penumbras de templos iluminadas. Floreros aboyados de cuando
lo de la bulla, reparados; alpaca retitinada. Niñas que vienen de la mano de otros niños – o al
revés, que para el caso es lo mismo -. Están los tronos ensamblados.
Hay otros olores. Los que vienen del campo; los que se
levantan entre amapolas en los trigos; los del agua caída y deseada estos días;
los de las flores que crecen en los bordes de los caminos; los de los tallos de
olivos tiernos: “Hosanna al Hijo de David”, o los olores de las palmas a las
que no ha dado el sol y vienen de Elche…
Huele también a pregones. Estoy lejos del pueblo. Esta
noche, la Encarnación dejará las luces a medias. Tocará la Banda Municipal:
“Pasan los campanilleros, Caridad del Guadalquivir…” Sonarán como nunca; o sea,
como siempre. Subirá alguien que dirá algo bonito; y luego, otro alguien que
presentará al pregonero y luego…, luego, hablará el pregonero.
Un amigo del pregonero y mío me adelantó su nombre. A Jesús
aún no lo había convencido Barbeito que hablaba por boca de la Paz, de la Justicia…
que tenía que nacer porque se lo pedía el Amor. “Es primicia. El pregonero de
este año le va a gustar mucho, me dijo. No rebele usted el nombre”. Y guardé
silencio; lo pedía la amistad.
Esta noche –porque ya no es secreto- subirá los peldaños del
altar mayor, con traje y corbata, porque no puede ser de otra manera, mi amigo,
aquel niño de bajita estatura pero de una inteligencia muy grande…aquel niño de
entonces; este hombre, de hoy… Y hablará y,
estoy seguro, a todos ustedes, les va a saber a poco.
Y yo lo soñaré en la distancia. Y habrá algo así como una
marcha de sentimiento en la lejanía, o un redoble sordo de tambor… No sé, no
sé. Cuando suba al estrado José González Lara, que no lo he dicho, todavía,
haremos realidad lo del Maestro Alcántara “podemos hablar distintas lenguas, pero todos hablamos
el mismo Silencio” Entonces…
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