miércoles, 25 de marzo de 2015

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Seyne-les-Alpes

Hasta ayer tarde no tenía ni idea que existía un pueblo con ese nombre. La televisión se encargó de mostrar las primeras imágenes. Está en un valle, casi al costado de unas montañas altísimas y cubiertas de nieves en invierno…

¿La culpa? El destino de un montón de personas que en una mañana de primavera decidieron tomar un avión. El vuelo iba de Barcelona, en España, a Düsseldorf  en Alemania. El avión cruzó un poco el mar de la Provenza, luego tierra adentro y  sobrevuelo por los Alpes…

Lo que vino después nos lo han contado una, dos, tres… tropecientas mil veces. Da lo mismo. La muerte tenía una cita en una mañana soleada y sin aparentes problemas meteorológicos. La muerte siempre acude a su cita. Cumplió.

Seyne les Alpes está a solo siete kilómetros de la montaña donde el avión vio cortado su cielo. O sea. Donde se estrelló y quedo hecho añicos. Las imágenes muestran  una desintegración total. Todo es desolación.

El paraje es un lugar bellísimo. De acceso casi imposible. Allí solo se puede llegar en helicóptero y el pueblo, que es el punto más cercano, tiene una historia que se remonta casi mil años hacia atrás.

Barcelonette queda más al sur. O lo que es lo mismo, más cercana a la frontera italiana por el Piamonte. Se asienta – eso dice el señor Google que lo sabe casi todo – en las orillas del río  Ubaye. Tiene un clima alpino.

A la belleza natural de lugares idílicos, ahora, añadirán la propagación de sus nombres a los cuatro vientos. Cuando aún estaban las cumbres blancas de nieve, un Airbus A320 de la compañía Germanwings dejó allí escrito su último destino…

Ambos pueblos se entroncan, en la Historia, con Ramon Berenguer IV conde de  Barcelona y Provenza ¡Que ya es casualidad!  Es noche cerrada cuando escribo estas líneas. Arrecia el frío. Ese frío se extiende por los trozos de fuselaje perdidos por las laderas. Congela lo restos de los cuerpos aún no recuperados.


Todo es especulación. Solo hay una cosa clara: están heladas las almas de la gente de bien de medio mundo ante la magnitud de la tragedia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario