sábado, 7 de febrero de 2015

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Pensamientos

 El cielo tenía, a media mañana, ese color que tienen las panzas de las burras. Ni oscuro, ni blanco, ni aterciopelado ni… El cielo estaba a punto de empezar a dejarse caer con parsimonia a modo de copos de nieve. Hacía frío en la calle.

Pasó un indigente. El hombre hurgó en el contenedor de la basura. Encontró algo. Siguió su camino. El hombre iba mal vestido. Un abrigo largo de una talla superior a la suya; una bufanda, muy sucia; pantalones, caídos; los zapatos, cuarteados. Lo veía desde la ventana.  Se perdió al revolver de la esquina. El hombre no iba a ninguna parte.

Los gorriones buscaban cobijo entre las enredaderas del parque. Recuedo aquellos gorriones que contaba Juan Ramón. Los gorriones, esta mañana, estaban encogidos. Casi no les salía ese piar con que se persiguen siempre.. No sé si es un juego permanente o una guerra, entre ellos, que no cesa. Los gorriones no rezan el Oficio Divino de las horas.

Abro el periódico. Dicen que un político de mucha altura, ahora entre las cuerdas, se ha ‘apuntado’ voluntario a servir comida a los necesitados que acuden a un comedor social. Lo regentan las Hijas de la Caridad.  Es Madrid. Es barrio de Chamberí, calle Martínez Campos, esquina con Fernández de la Hoz. Leo; me encojo de hombros (por lo de las Hijas, no; por el político)….

Las noticias de corrupción saltan como las gotas de agua cuando se abre una manguera de presión. Todo es salpicadura. Todo es desencanto. Ni los nuevos mesías ni los viejos profetas aportan un atisbo de aire fresco, de brisa que renueve tanto vicio anidado en los genes de mucha gente.

Otra noticia cuenta que en una cofradía malagueña manipulan el Libro de Hermanos… Hay unas elecciones por medio. Poder, apetencias, figureo, corruptelas, dinero ¿cómo se le pone a esto? Me quedo con algo más sencillo, dicen que son cofrades y se llaman, entre ellos, hermanos. De pena. No va con segunda, de verdad.


Pasan las horas de la mañana. Sigue el cielo con ese color rar: ni claro ni oscuro. Dentro de un rato la ciudad recobrará el pulso de cada día. ¿Qué color tendrá entonces el cielo?

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