domingo, 1 de febrero de 2015

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Alpujarra Alta

 El viajero llegó a los Bérchules a eso de media tarde. (Los Bérchules son dos aunque el mapa diga otra cosa). Vio represado el río Narila antes de que bajase al Guadalfeo y recordó la primera vez que llegó Yegen siguiendo la estela marcada por ‘don Gerardo’.

El viajero supo de la existencia de Yegen cuando siendo muchacho leyó, “Al sur de Granada”. Gerard Brenan le llevó de la mano por ese mundo que llaman la antropología y, desde entonces, siempre se interesó por las gentes y por las cosas de esas gentes que viven en esos sitios donde no va casi nadie.

Antes de llegar a Juviles se encontró con un pastor. Se paró, habló con él. El pastor llevaba una gorra con orejeras, unas botas de cuero y un pantalón recio. Tenía la punta de la nariz enrojecida por el frío de la sierra. La nieve orillaba la carretera.

Supo que el pastor llevada dos días sin salir al campo “por mor de la nieve que cayó hace unos días ¿sabe usted?”. Al  pastor  le sigue un atajo de ovejas churras y un puñado de cabras blancas alpujarreñas. Acompañan al pastor cuatro perros pastines soberbios.

El viajero recuerda que a Brenan, en una ocasión, cuando iba a Granada le atacaron unos perros. Debían ser los antepasados de estos. Los mastines son los mejores perros para hacer frente a los lobos. Al viajero se lo dijo una vez, otro pastor, un día de verano cuando bajaba desde el Puerto de San Martín hacia el Valle del Roncal. Y, si ellos lo dicen…

El viajero hace un alto en Fuente Agria antes de llegar a Pórtugos. Hay varios puestos ambulantes. Venden arándanos, miel, nueces y yerbas que lo curan casi todo. Eso dice un hombre moreno con barba de varios días y que dice que es de Antequera. ¿Qué puede hacer un hombre de Antequera, tan lejos de su pueblo? Sin duda se busca la vida.


Una pequeña ermita guarda una Virgen de las Angustias. El viajero la ve por una pequeña ventanita abierta en la puerta grande de madera de nogal. El agua de Fuente Agria viene con el nombre puesto de cuna. Prueba su sabor ferruginoso…y, sigue camino.

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