miércoles, 4 de febrero de 2015

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El Puerto del Viento

                                            
Si hay un puerto con el nombre bien puesto, es éste.  Casi mil doscientos metros. Belleza y majestuosida. Esta tarde estaba cerrado por nieve.

Conforme se viene de Ronda no se nota la subida (Ronda está muy alta); desde el Burgo es otro cantar. Ya han florecido los primeros lirios morados a pesar de lo crudo del invierno entre las rocas. Los rebaños arriscados ramonean los espinos entre las piedras.

Paisaje de soledad y silencio; para gozarlo. En el Tajo del Valle de la Lifa hay un monumento al Guarda Forestal. Se escucha el silbar encajonado del viento entre los pinos. Abajo, a duras penas, el Turón nacido un poco más arriba, se abre el  paso.

En la represa de la “Yerbagüena” toman el agua de beber para El Burgo. Abajo, desde el río, junto al  puente arranca un camino forestal. Va al Parque Natural. Sobre veinte kilómetros;  bordea la sierra hasta subir por el “Puerto de la Mujer” y, salir por la Fuensanta a la carretera que une Yunquera con El Burgo.

No es terreno para vehículos normales ni para hacerlo andando. En días como estos azotados por el temporal lo sensato es quedarse quieto y no hacerlo de ninguna de a maneras. Se reserva para mejor ocasión.

El paisaje se abre en El Burgo. Campos de cereales y olivos y, en las traseras,  - la parte que nunca se ve en los pueblos -  tierras para huertos de hortalizas. Aprovechan las excelencias. Desde allí mismo una carretera lleva a Ardales… Cosa de caminos.

Tiene el encanto – El Burgo- de los pueblos con sabor perdido entre sierras, por las que siempre corre un río. Orilla el pueblo un paseo que circunda el pueblo. El tajo está ahíto de chumberas.


En el soto del río, en las tardes de verano cantan los pájaros…

No hay comentarios:

Publicar un comentario