Gotarrendura (Ávila). Palomar de la casa natal de Santa Teresa
11 de septiembre, miércoles. Goterrendura
es un municipio enclavado de La Moraña, en Ávila. Tiene poco más de ciento
cincuenta habitantes. Cela dijo de la comarca que “cría el cereal, tolera la
vid y maldice el árbol”. Es una zona muy fría en inverno. Temperaturas mínimas
de varios grados bajo cero.
Goterrandura es, además, el
lugar donde nació Teresa de Ahumada y Cepeda hija de Alonso y Beatriz que se
casaron en el mes de noviembre de 1509. Alonso, natural de Ávila y Beatriz, de
Olmedo. Está documentada la boda. Él muere en 1544; ella, en 1528. Queda como
herencia muchas deudas, un pleito entre los hijos que dura cinco años, un solar
cercano, una huerta, un jardín y un palomar…
Hasta aquí… pues eso. Esa tal
Teresa de Ahumada no es otra que santa Teresa de Jesús (1515-1582). Otros la conocen
también como Teresa de Ávila. Fue la fundadora de la Orden de Carmelitas
Descalzos, doctora de la Iglesia y una de las plumas místicas más preclaras del
siglo XVI, conjuntamente con san Juan de Cruz que reformó el Carmelo masculino.
En Gotarrendura afirman que
allí nació la santa. No está probado, sí su muerte en Alba de Tormes. Mujer
inquieta dejó, además de su Reforma obras de una profundidad mística que aún no
se han superado. Las Moradas del castillo interior y Camino de
perfección, las dos principales.
Fundó 17 conventos. Se cuentan
multitud de anécdotas. Dice ella en el Libro de la Fundaciones que en
cierta ocasión cruzaba un río que iba crecido. Volcó el carro y a punto de
morir ahogada se dirigió a Dios.
- ¿Señor, por qué me haces esto
si yo voy fundando conventos para ti?
- Teresa, le respondió, así
trato yo a mis amigos
- Con razón, replicó ella,
tienes tan pocos.
Otra. En compañía de san Juan
de la Cruz, entraban en un pueblo. Juan se hizo el rezagado porque podría no estar
bien visto que entrasen en comapañía un fraile y una monja que venían de lejos.
Se da cuenta y le dice:
- Vamos, vamos, Juan, que no se
avergüenza la dama y se avergüenza el caballero…
Dejó tanto, tanto… Como resumen,
estos versos a la entrada donde se cree su casa natal. Solo se conserva el
palomar. “Nada te turbe/ nada te
espante, / todo se pasa, /Dios no se muda, /la paciencia todo lo alcanza. Quien
a Dios tiene / nada le falta. / Solo Dios basta”.
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