jueves, 5 de septiembre de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Todo es incierto

 

 


 Embalse del Guadalteba. F. La Opinión de Málaga


5 de septiembre, jueves. Dice el periódico que Málaga afronta septiembre con los embalses por debajo del 20 por ciento de su capacidad de almacenamiento. Eso y ‘el muy poco’ casi se dan la mano ante un futuro que tiene mucho de incierto.

Está seriamente amenazado el abastecimiento de las personas de algunas zonas. Se cierne sobre el campo (ríos, pozos, veneros, cañadas, cahorros, regatos…) una sombra negra, muy negra porque estrujamos la tierra como se hace con una esponja hasta que ya no dé más de lo que no tiene, o sea agua

Hay un mal presagio para la cosecha pendiente. Están las aceitunas arrugadas (desde el 15 de agosto, antiguamente, se ‘guardaban’ del pastoreo los suelos de los olivares porque se decía que ya tenían acetite); en otros no será posible el verdeo y las que están en los árboles sufren las inclemencias de las temperaturas y la carencia de la lluvia.

No sabemos que puede pasar con los secanos. Los barbechos, en muchos sitios, están hechos, pero quizá echar la semilla en el surco que abre la reja del arado será un acto de fe muy superior a la capacidad de entrega que queda en el hombre del campo.

Los cítricos también van en la cuerda de presos. No se libran. Entre los precios bajísimos que se han pagado al agricultor (para el ama de casa que va al mercado, no. Ella ha pagado precios que, a veces, asustan), la falta de riego durante el verano y el agua que no baja del cielo meteorizada están como una espada de Damocles encima. No se sabe qué podrá pasar. No quiero ni pensar, con el campo seco, en las corrientes polares que indefectiblemente vendrán en los meses de inviernos.

Mientras tanto nosotros nos encogemos de hombros. Esperamos y miramos al cielo. ¿Qué esperamos? El milagro de la lluvia aquí se retrasa. No podemos hacer que venga. Desde luego nunca como está descargando por esos pueblos perdidos en la cordillera Ibérica y Mallorca, desesperados.

Hay pueblos en Teruel, Cuenca, Zaragoza, Castellón sin población y con riadas incontenibles. Sobre ellos, dos ruinas: la humana y la natural. ¿Alguien sabe algo de un plan hidrológico sensato y racional para el sur de España? Yo me he quedado con las ganas de leer o escuchar algo al respecto. A lo mejor es que no me he enterado. Sí sé que junto a las carreteras que suben o bajan por Guadalhorce hay ya huertas secas…

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