10 de septiembre, martes. Grecia
es uno de los territorios por los que la Península de los Balcanes se asoma al
mar Egeo que forman parte del Mediterráneo. Multitud de islas desprendidas del
bloque continental y un azul intenso, da dan otra nota. Allí nació la Filosofía
o ciencia del Saber, la Democracia, que dicen que es el poder del pueblo ¡que
entelequia!, ¿verdad?!, los Juegos Olímpicos y la Mitología donde a los dioses
se les asignan las virtudes y los defectos de los hombres.
Dicen y es verdad, que los
griegos tenían un dios para cada cosa. Lo posible y lo imposible; lo que da
terror – Vulcano, en los infiernos - y lo que da placer o belleza – Eros,
Afrodita…, o bienestar, o algo así como un ungüento para andar el camino de la
vida.
Eirene, Irene, en cristiano,
significa diosa de la paz. (¿Es posible la paz?) Era hija, de Zeus, dios
supremo y padre de todos los dioses y Temis, que representa la justicia y la
equidad. ¡Casi nada! Los griegos, por lo que se ve tenían una imaginación
enorme.
Según la Mitología, que es la
ciencia que informa de aquellos dioses de entonces en los que creía la gente en
su tiempo y si me apuran, también la gente de ahora, Eirene era bellísima.
Eirene, o sea Irene, se
representaba como una muchacha joven (¡qué pena, dijo alguien, que la juventud
esté en manos de los jóvenes!). Lleva una cornucopia, para que no entendamos un
cuerno, en una mano; en la otra, un cetro y una antorcha. Dicen, también, que
se puede representar con una corona de flores sobre su cabeza. Eirene es la
representación de la riqueza de lo que se deduce que la pobreza no trae la paz.
Hay otra versión: porta un ramo
de olivo y una paloma. El olivo, daba el aceite con el que se ungían los
atletas o que componía un alimento imprescindible en la dieta mediterránea de
la que, en aquellos tiempos, no tenían ni pajolera idea.
La paloma, si era mensajera
comunicaba largas distancias; si era común, belleza. Los hebreos, en la Biblia
la ponen como símbolo del perdón de Dios. Porta una ramita de olivo cuando
vuelve al Arca; en el mundo cristiano, munchos años después, representa al Espíritu
Santo, uno de los tres, que no son tres, sino un solo Dios, en el Misterio de
la Santísima Trinidad (para que luego digamos que es complicada la Mitología
griega).
Veo los telediarios. Me vuelvo
a preguntar ¿se conseguirá la paz?
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