martes, 17 de septiembre de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Uvas de Almorox

 

                                   


17 de septiembre, martes. Cuenta el Lazarillo que llegaron, en tierras de Toledo, a Almorox donde ocurrieron varias peripecias: hizo saltar al ciego contra un poste en la plaza del pueblo, ocurrió el episodio de las uvas y donde se separó del ciego que tan mal le trataba.

Almorox está en la vertiente norte de una pequeña colina, en terreno llano por el que discurre el arroyo Tordillo, no lejos del río Alberche que nace en la Sierra de Villafranca en el Sistema Central. Lleva sus aguas al Tajo. Es tierra llana, de pinares extensos donde alternan el pino piñonero y la encina; viñedos…

La parroquia se la dedican a San Cristóbal. Está documentado que en su obra trabajó Juan Gil de Hontañón, a principios del XVI. El Lazarillo de Tormes se publicó en 1554 lo que lleva a pensar que pudo haberla conocido ya terminada. En el centro de la plaza tienen la picota ¿será el mismo pilar contra el que Lázaro hizo que saltase el ciego estrellándose contra él?

Debió ser por este tiempo. Septiembre, días arribas, días abajo. Tiempo de vendimia (cuenta que ya estaban muy maduras.  Se desprendían con facilidad del racimo y chorreaban con abundancia mosto). El cielo debía tener el azul propio de este tiempo; sin el azul de primavera o ese azul limpio de los días fríos del invierno. Quizá algunas nubes se columbraban de paso y el sol pegaría sin la fuerza que lo hace en los meses de verano; no obstante, se agradecen las sombras que reconfortan de las calores al final del estío.

El ciego le propuso sentarse, al amparo de un vallado y compartirlas en armonía. Cuenta que le dijo:

- Lázaro, vamos a comerlas amigablemente. Tú, una; yo, otra.

Debió comenzar la faena despacio. Sin embargo, dice: pronto “mudó de propósito y comía de dos, en dos”. Entonces, él cambió también y comía de tres en tres o de como su mano alcazaba a desgranarlas del racimo.

Sigue la narración y cuando hubieron terminado, el ciego balanceó el escobajo del racimo en el aire y solemnemente le comentó:

- Lázaro, engañado me has.

Él lo negó, pero en su atrevimiento de muchacho sagaz, preguntó:

- Y ¿en qué lo conocisteis vos?

- En que yo comía de tres en tres y tú callabas….

Manera sutil de desnudar al pillo. ¿Tendrá vigencia esta manera de descubrir a tanto ‘Lazarillo’ de chaqueta y corbata de hoy? Una de las obras cumbres de la Literatura española…

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