23 de septiembre, lunes. La
calle Ancha era la arteria que atravesaba el arrabal del castillo. En su tiempo,
la más importante del pueblo. En ella se asentaban las Casas del Cabildo y el
Pósito. El castillo tenía tres vías de salida: la propia calle Ancha; la calle
Postigo -el postigo del adarve- que aparece en el Libro del Repartimiento como
la más antigua y la calle del Carril que bordeaba la fortaleza por fuera de las
murallas, más allá de las torres albarranas.
Casi en la mediación, en la
acera derecha de la calle Ancha, después de salvar el primer repunte, antes que
llanee, arranca la calle Churrete. ¿El porqué del nombre? No se conoce. Termina
en el ‘Llano de las Monas’.
- Sebastián, - Sebastián Gil - le
pregunté, en una ocasión, eso del Llano de las Monas…
- Porque dicen que,
antiguamente, vino un circo que traía una jaula con monos y se instaló allí.
- Usted, ¿llegó a conocerlo?
- Yo, no, pero me lo contaron
así.
Su orografía, en sentido
descendente, proporciona el acceso a las viviendas mediante calzadas. Está abierta
al valle. Sus vistas, espléndidas. Desde cualquier punto se divisa una
panorámica excepcional del valle del Guadalhorce, que se abre paso, con
pronunciados meandros, camino del mar.
Para ser una calle cualquiera le falta longitud. Se lo impide quizá lo abrupto del precipicio que lleva al arroyo Hondo, que arranca en los Pechos de la Villa, cercano a la Viñuela del Soldado, en las faldas de El Hacho, ese que es a nosotros como el Gurugú a Melilla. Sí, ese. Le sobra pintoresquismo. Es corta y única.
Abajo, a la otra orilla del
arroyo – profundo y no se ve – las tierras del Baece donde pretendieron
levantar sin éxito una cartuja y Canca, que encierra unas termas romanas…; un
poco más allá, el arroyo de Catalina Díaz y la Pileta.
En orilla derecha, la Vega
Malilla donde se asentaron a partir del siglo IX tribus beréberes como los banu
Butr, hawwaries, suktaniés, o banu Malilla, que le dieron nombre. Está
atravesada por la vía del ferrocarril Málaga-Córdoba. A media distancia, el
Hacho de Pizarra; en la lejanía, la Sierra de Alpujata…
En los siglos XVI y XVII fue
una de las calles principales de la localidad y en ella residieron vecinos
importantes que ocuparon la vida social de aquellos años. Andar por los pueblos
viejos lleva a descubrir lugares que parecen escapados de un cuadro de Santiago
Rusiñol…
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