6 de
septiembre, viernes. Ayer, la Vuelta ciclista a España corrió desde
Vitoria-Gasteiz a Maeztu. Echo mano de memoria y archivo y recuerdo…
-
¿Dónde puedo tomar el mejor tinto de la Rioja Alta? Pregunté.
- En el
Ciego, Cenicero y Haro.
¿Y de
la Rioja Alavesa?
- En
Laguardia
Y uno,
que es preguntón, insistió.
- ¿Y de
la Rioja Baja?
- En
Tudelilla…
La
Sonsierra – la Sonsierra navarra – es una comarca que va desde los montes de
Toloño y Cantabria hasta el Ebro. Sobre un promontorio, o sea, en su sitio, una
de las ciudades más bellas y con más encanto de las que el viajero ha
encontrado por esos campos de Dios: Laguardia.
Crucé
el Ebro por Logroño. Caminé un tiempo junto al río y, luego, entre viñedos, tomé la dirección a la ciudad
que llama desde la lejanía, que atrae, que tiene imán que es señuelo, que…
Llegué
como a eso de media tarde. Hacía calor. El suficiente para buscar la sombra que
invitaba a caminar por las calles. Subí desde el aparcamiento por la calle de
Sancho Abarca. Contemplé la muralla - porque Laguardia está amurallada -.
Soberbia, majestuosa, única.
Puerta
de Páganos, adelante. Antes, en la muralla, un cartel anuncia y proclama que estoy
en una de las ciudades más bellas de España. No hace falta que lo juren. Es
asombrosa; es especial; es un resto de la Edad Media que se quedó a vivir aquí
y ¡ya está!
Deambulé
por calles estrechas. Zarzaleo. Me adentro en una tienda de esas que llaman de
gourmet y pregunté si tenían aceite de la zona y me dicen que ‘por supuesto’ y
voy y compro para dos amigos y para mí.
El
viajero no dio mucha credibilidad a su compra. Uno de los amigos (el que más
sabe de aceite y de muchas cosas más en España) le confirmó, después, que allí
celebran una feria de aceites por marzo y donde él había probado una de las
mejores arbequinas de su vida y, si lo dice el maestro…).
Me
perdí por las calles. Estrechas; geranios en las ventanas y misterio detrás de
cada ventana, de cada casa, de cada esquina… La ciudad tiene cinco puertas:
Páganos, Mercadal, Carnicerías,
San Juan y Santa Engracia. Sobre algunas puertas hornacinas con imágenes…
Atravesé otra vez la muralla. Me siento en la
balconada delante del castillo. Me cobija la sombra de un castaño enorme: miro
y veo; abro los ojos. En la media distancia, las Lagunas de Laguardia y
Elvillar con la mole de la iglesia de la Asunción. Sobresale del caso urbano…
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