11 de enero, jueves.
Primeras horas del alba. La corresponsal de una cadena de radio informaba que
la noche pasada han dormido en los túneles del Metro de Bruselas siete mil
personas. Los llamamos “sin techo”. Huyen del frío intenso que azota la capital
belga.
Decía también que el
ayuntamiento tiene habilitado albergues para acoger a cinco mil personas. Estos
días los han incrementado con doscientas plazas más y les permiten pernoctar
durante diez días continuados. Cuando finaliza ese plazo necesariamente están
obligados a abandonar el alojamiento.
Si multiplicamos… Las cifras
que resultan hieren. Son cifras de las que nos tenemos que avergonzar. Según la
estadística la pobreza ha subido en Europa en torno a un setenta por ciento. Yo
no sé qué de verdad pueden tener eso. Con que solo fuese un 0,1 ya debería ser
motivo de sonrojo.
Desde el hombre de Cromagnon o
desde el de Neandertal, da lo mismo, el hombre ha luchado por la superación. La
humanidad ha tenido momentos de progreso; otros, de retroceso. Desde que la sociedad tuvo conciencia
de lo que era siempre ha invertido parte de sus recursos para darnos mejoría en
los cuerpos y en las almas.
El progreso ha sido
impresionante. Es insuficiente. A veces,
no satisfechos por dominar eso que llamamos nuestro mundo se aspira a conquistar
otros posibles en el Espacio. Hace unos días informaban que un grupo privado (ojo,
¡privado!) han lanzado un cohete camino de la luna. Quieren dominar más, mucho
más… No sé quizá ellos se entiendan.
Me pregunto ¿Qué estamos haciendo
mal? Los resultados dicen que muchas cosa; nuestro egoísmo nos autocomplace:
somos los más listos, los más guapos, los más… ¡Qué pamplinas! No hemos sido capaces
de dominar tres premisas importantísimas: morimos con dolor (la muerte es un
trauma); no dominados el hambre. Cientos o miles de seres humanos hurgan en los
cubos de basura y arrojamos tropecientas mil toneladas de alimentos en los
desperdicios; no hemos sido capaces de entendernos y queremos imponernos a los
demás a través de la guerra.
¿Hasta cuando va a sobrevivir
esta sociedad? Nos autodestruimos. Somos infelices. Nos las andamos en una búsqueda
constante y estamos desorientados. Mientras tanto una ola de frío polar manda a
los sótanos del metro de la que proclamamos capital de Europa a siete mil seres
humanos. Decía la periodista que, entre ellos, había menores, mujeres, enfermos,
gente que huye de las guerras…
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