miércoles, 31 de enero de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El cartel
31 de enero, miércoles. Se ha
liado. Normal. Media Sevilla dice, que no; de la otra media, un cuarto acepta
la ruptura de moldes y le parece bien; el cuarto que queda mira al río.
Precisamente, en Sevilla, donde -¡cómo
será la cosa! - todavía la copla se pregunta si la Parrala era de la
Palma o si era de Moguer… Y, ahora, aparece
el cartel.
Hay quien dice que la Semana
Santa es la menos santa de todas las semanas del año. No sé. Es cuestión del
color del cristal con que se mire. Tampoco me paro mucho ante el análisis. Miro
y veo. Lo dijo el maestro Alcántara: “entre el mirar y el ver se queda el
viento…”
Eduardo Aute, retrató España y
lo lanzó a modo de canción. Repasaba cada una de las regiones (ahora habría que
llamar ‘pueblos’) y daba pinceladas de cada uno de ellos. De nosotros,
de los que vivimos al sur del Sur, nos venía a decir: “imagínate una tierra
donde África es hermana / donde la gente bebe en la Semana Santa…” Hablaba
también de Venus con sonrisa de gitana que no deja de ser bonita, pero no
exclusiva.
Pienso en la Sevilla barroca de
Ocampo, Pedro de Mena, la Roldana, Ruiz Gijón, Martínez Montañez, Juan de Mesa...
Pienso en cristos sanguinolentos, retorcidos de pasión y dolor y coronados de
espinas. Pienso en el Concilio de Trento y en los que vino después y aún
arrastramos…
Reparo en Vírgenes con ¡rosarios¡
en las manos, puñales de plata en el pecho y rostrillos bordados. Eso no está
sacado de aquella tarde de Viernes Santo por la calle de la Amargura o del pie
de la Cruz con aquello de “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”.
Con Pepe Rosas tuve el enorme
privilegio de conocer las procesiones de Sevilla (la Semana Santa es otra cosa)
y con su sabiduría, y de su mano me llevó a las penumbras de los templos, a las
esquinas, a los recovecos de las calles. Supe del silencio del Gran Poder o del
restregar de los pies de los costaleros con Jesús de Pasión entrando en el
Salvador; el Perejil, cantaba una saeta. Fuimos año a año, un día, cada
noche…
Recuerdo el comienzo del pregón
de Barbeito donde decía que “parece que es la hora y no es la hora / parece
que está todo y falta algo…”. Y, me pregunto, y ¿si es la hora porque “parece
que amanece y… es la aurora”? Tengo algo seguro: “Dios es Amor”.
martes, 30 de enero de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. ¿Arde París?
30 de enero, martes. La
novela de Larry Collins y Domique Lapierre, de 1964 comienza con la pregunta
del Hitler al general Choltitz responsable de la defensa de París. A sus
puertas las Fuerzas Aliadas y las de la Resistencia Francesa. Se cumplían
cuatro años de ocupación…
Un poco después, en 1966 René
Climént llevó la novela al cine. En la adaptación le puso el
mismo título. Miereille Mathieu, el “ruiseñor de Avignon”, con su voz gutural
inigualable que evocaba a Edit Piaf, puso la canción. Entre otras cosas
pregonaba: “Lanzan las granadas / en las calles de fuegor gris/ alzan
barricadas/ hay cuchillos en París”. Los jóvenes de entonces escuchábamos
la escuchábamos y eliminábamos los interrogantes.
Algo parecido nos ocurre a
aquellos jóvenes de ayer y viejos de hoy. “Arde París”, pero no arde por una
guerra que entonces terminaba sino por otra que, ahora, se ha extendido como un
reguero incontrolado. Ahora, es el campo quien pone cerco a París.
El campo de Europa clama por la
incompetencia de muchos políticos de sus países y por el fracaso de la Unión
Europea incapaz de hacer frente a un problema agobiante. El campo arde. Arde
con fuego real en verano; en otoño y en invierno por carencia de
infraestructuras para llevar agua donde hace falta; y arde porque no puede
aguantar más una ruina que le pesa como una losa de toneladas de injusticias
acumuladas sobre sus cabezas.
No estoy -¡por Dios!- contra
las ayudas a otros países. Estoy contra las aberraciones de muchas decisiones
de personas que están apartados de la realidad. Legislan y llevan la ruina a
cientos a miles de familias que no pueden vivir con la renta que les
proporciona el campo. Quiero pensar que es por incompetencia y no por otros
intereses inconfesables.
Están muy pintorescos esos
pueblos de la España vacía – a mí me gusta más que vaciada – porque la gente se
ha ido. Se han tenido que ir. Muy pocos reparan que detrás de esa casa cerrada está
la tragedia de familias enteras que tuvieron que emigrar porque ellos también
tienen ‘la mala costumbre de comer’.
Los agricultores franceses han
cercado París. Dicen que los de España les hacen la competencia de manera desleal.
Saben que es mentira. Ellos son los grandes beneficiados de la política agraria
comunitaria. La Unión Europea pide a gritos una refundación en muchas cosas. De
Unión, nada de nada. Al campo me remito. Hace aguas a pesar de la sequía que
atosiga. Obviamente, me refiero a otra clase de aguas. Agricultores y
transportistas se preguntan ¿Arde París?
lunes, 29 de enero de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. La solución ¿en el bosque?
29 de enero,
lunes. «Probablemente nunca haya cometido un error
como éste, (…. ) ir a buscar ayuda al bosque, ¿cómo he llegado a pensar que iba
a hallar ayuda en el bosque, en la profundidad y oscuridad del bosque?» La
frase, del noruego Jon Fosse, premio Nobel de Literatura, 2023
El bosque es
profundo, enigmático y oscuro. El bosque es impenetrable en apariencia. A duras penas puede verse un poco más allá de
las primeras ramas de los árboles. Es intuye más que se ve. El bosque, en toda
su inmensidad, es inalcanzable. Todo lo que pasa por la mente, conjeturas. En
el fondo, la solución está en aquel bosque oscuro, abierto, difícil, ¿o no? Está
ante nuestros ojos. Hay que soñar con él.
La vida también
es un bosque, otro bosque; mejor, una maraña. Parece igual, no lo es. La
televisión informa de la perdida de cordura. Se mata sin piedad, se agrede con
saña. Cuesta pensar que sean actuaciones
deseres humanos dotados de espíritu. Deberían ser totalmente contrarios a la
violencia.
La jungla (que
no el bosque) avanza inexorable. Se impone en todo Occidente. No se detiene. El
rosario de noticias es de cuentas negras; aterran. Muchas de las cosas emanan de una sociedad incapaz de buscar otros horizontes.
Da igual qué
parte del mundo aparezca en el informativo de turno. Los hombres malos imponen
su ley – si a eso se le puede llamar ley, por supuesto – a todo cuanto rodea.
Parte el alma
esa pléyade de niños que, a veces, aparecen en primer plano. Son consecuencia y
despojos de la guerra impuesta. Impera la avaricia, la sinrazón.
Vemos la
virulencia en las declaraciones, en la imposición de las ideas propias, sin
atisbo de aceptar otras razones que, también, se pueden tener en la otra orilla.
Hay
declaraciones que descalifican, agreden ridiculizan. Son declaraciones ahítas
de veneno. Salen como la erupción de un volcán. Nada ni nadie las impiden y si no, al menos,
las minimicen.
Pienso en el
bosque enigmático. Un bosque anhelado. Ese bosque nos puede estar esperando en
cualquier recodo del camino para ofrecernos la paz. Hay que tener la surte de encontrarlo.
El hombre solo, lo necesita. Quizá, cerca; quizá, lejos. Está ahí. Regala paz.
Da paz, acoge en la paz de un sueño cumplido, al menos, en el deseo. Ese bosque
es para el hombre. Lo regala la naturaleza. Detrás siempre está Ese que ahora
no está de moda. Lo llamamos Dios.
domingo, 28 de enero de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Hallazgo providencial: Aparece un Boticelli
28 de enero, domingo. Han encontrado en
un piso de Nápoles un cuadro de Boticelli al que se le había perdido el rastro
hace más de cincuenta años. El lienzo recoge a la Virgen con el Niño valorado
en unos cien millones de euros.
Estuvo en una capilla de la localidad de
Santa María de la Caridad antes de ser confiada a una familia que la transmitió
de generación en generación.
La obra presenta un deterioro muy
considerable con pérdidas de color y alteraciones cromáticas debido a repintes
y a oxidaciones de barnices que le había aplicado en diversas ocasiones.
Botticelli, Alessandro di Mariano di
Vanni Filipepe su nombre, nació en Florencia, mediación del XV.
Murió, en 1510. Fue uno de los máximos exponentes de la pintura del
Quattrocento italiano cuando la capital toscana tenía la llave del arte en la
Italia de aquel tiempo.
Fue un hombre diferente a los de su
tiempo. Tuvo una infancia cómoda, creció al amparo de su hermano y nunca se
casó porque tenía cierta aversión al matrimonio.
En su juventud fue seguidor de los
desvaríos religiosos Savonarola, fraile de gran influencia de su tiempo. No
obstante, a la caída del líder religioso, no supuso ninguna represión
contra su obra.
Siempre contó con la mano protectora de
la familia Médicis auténticos dueños y señores de Florencia. Como pintor
innovador fue el primero en pintar el desnudo en el interior de los templos,
una auténtica revolución en aquel tiempo. Fue el primero en pintar el desnudo,
El nacimiento de Venus, que era un volver al mundo clásico y, al mismo tiempo,
una manera de presentar un tema totalmente tabú,
La figura de mujer emerge de una concha
marina. Tiene la mirada perdida, sus cabellos un ligero movimiento ‘como en
espera de una mano que los mesen’, los hombros ligeramente caídos y el brazo
izquierdo alarga la mano portadora de un trozo de su trenza para cubrir las
partes púdicas en el cuero de mujer.
La mano derecha oculta uno de los senos;
deja, el otro, al descubierto. Las piernas en semi movimiento dan sensación de
voluptuosidad. Boca y barbilla proporcionada. Sus caderas alargan el movimiento iniciado en
los muslos. En el cuadro tienen también cabida otras figuras mitológicas.
Según Vasari Botticelli creó el tipo
‘florentino’ de mujer. Tuvo relación con Simoneta Vespucci que aparece en
varias de sus obras. Ahora con la aparición del lienzo ha vuelto a estar de
actualidad muchos años después de su muerte.
sábado, 27 de enero de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Alora D.N.I
27 de enero, sábado. Nombre:
Iluro, Al-a-orá; Alura, y, Álora. ¿Mañana?
Ubicación: Vértice norte de la
Hoya de Málaga. (Ahora, Valle del Guadalhorce), casi en el centro de la
provincia y a pie de monte de la Garbía…
Dicen que estamos a 10.800
kilómetros de Ciudad del Cabo (aunque he estado allí, no he tenido opción de
medirlos; los doy por buenos); a once mil quinientos y pico, de Santiago de
Chile; a más de 20.000 de Dunendin que está en Nueva Zelanda del Sur. Madrid
nos queda más a la mano, casi seiscientos; Lugros, a orillas del río Marchán,
en la Comarca de Guadix, a 217, kilómetro más o kilómetro menos; Málaga, a treinta
y pico, y a donde vamos, a veces, a tomar café.
Si mides la distancia por husos
horarios cuando aquí es mediodía, en Dawson, en Alaska, casi diez horas menos y
en Jabarovsk, donde se unen el Amur con el Ussuri, en el extremo Oriente, están
llegando al filo de la media noche.
Población: no llega a los
quince mil. Buena gente. Hazme caso. Astutos, sagaces. Hay quien dice “que aquí
se conoce a un cojo tendido”. Nuestro gentilicio ‘perotes’. (No te creas
ninguna de las explicaciones que te den sobre ‘perote’. Si lo sabe
alguien es Dios, y no lo dice…)
Consejo: vente ligero de ropa.
Tenemos verano de abril a noviembre (ahora, en enero, por todo eso que nos está
pasando, también). Llueve cuando lo hace en el clima mediterráneo, es decir,
cuando entran las borrascas del Estrecho, es decir, casi nunca.
Vente sin prisa.
Habla con la gente.
Los pueblos viejos, y éste lo
es, como el buen vino, hay que paladearlos.
Publicaciones…. Hay un
ramillete amplio, si me olvido de alguno me pueden dar hasta en el cielo de la
boca, así que te digo que esta noche, 27 de enero de 2024, a las 20:00, en el
teatro Tomás Salas presento mi décimo tercer libro. Se llama “Álora, la
leyenda de Alí ben al-Malikí”. Los anteriores casi todos encuadrados en la
etnografía y en la historia; éste, mi primer relato histórico. (No se lo digas
a nadie, pero tengo un poco de miedo de cómo puede ser aceptado). Ah, los
beneficios de la venta se destinan a la Asociación de enfermos de Alzheimer de
Álora.
Trae bien abiertos los ojos y
bebe el vino que beba el tabernero. Agua… tiene mucha cal y más cloro.
Sulfurosas las hay en la Hedionda, pero ya sabes el olor, el sabor… En Canca
bebieron los romanos y en la cañada del Chamizo pusieron el primer peaje los
modernizados pueblos iberos quinientos años antes de Cristo…
viernes, 26 de enero de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Algo de Toponimia
La luna entre El Torcal y el Cerro de la Fiscala
26 de enero, viernes. El Cerro de la Fiscala recorta el horizonte de Álora, en la lejanía, por el noreste donde linda con el de Antequera. El cortijo enclavado en sus faldas le da el nombre. En la parte occidental se encuentran las tierras de Mediano y Pozo Viejo; en la oriental, el cortijo de los Lentiscares y la Atalaya de Umar que aparece en el Libro del Repartimiento.
En su suelo, de tipo alpujarride, crece el bosque mediterráneo con plantas xerófilas, palmitos, esparragueras, cantuesos, matagallos, lentiscos y coscojas. La parte de monte roturado se explota como tierra para cultivos de cereales.
Allí nace la cañada de Las Caballerías (debe su nombre a una antigua medición de tierra usada en la época del repartimiento). Profunda y encajonada cuando cruza el pago del Cerro del Cura. Se suaviza a medida que se acerca al arroyo Jévar al que tributa por la margen derecha. Es pobre en agua – la cañada; el arroyo, no - que sólo la recibe con lluvias otoñales, aunque en su curso existen varios pozos de aguas subálveas. Por la derecha le llega la Cañada del Cerro del Cura, que desciende del Lomo Frío y la Jerriza Blanca, que por ser muy rica en cal hace que el agua de su pozo sea salobre y no apta para el consumo.
El nombre de Cerro del Cura se debe al clérigo, Diego García Chamizo. Hombre poderoso que vivió entre los siglos XVII y XVIII. Doctor en Teología, opositó a los curatos del Arzobispado de Toledo y ocupó el cargo de Comisionado del Santo oficio.
Adquirió la propiedad de manera muy pintoresca…Una tarde a e su finca denominada Huerta de Herrera llegó un viajero que se dirigía a Antequera y pidió de beber. Manifestó haber venido a vender una hacienda de 300 fanegas de tierra, en gran parte poblada de olivos, encinas, acebuche y matorral y que su dueño pedía diez maravedís por pie de olivo, y sólo le ofrecían seis. Aceptada las condiciones del precio pedido la adquirió. Luego, en unión de otras, fundó capellanía con la condición de que los beneficiarios debían ordenarse a los 21 años, de lo contrario pasarían los bienes al inmediato sucesor. La posesión del Vínculo ocasionó innumerables pleitos y conflictos con la Justicia.
La cañada tributa al arroyo
Jévar, el más importante, conjuntamente, con el de Las Piedras de los que
llevan sus aguas al río Guadalhorce, en la margen izquierda frente al pueblo de
Álora. Este arroyo si tiene grandes crecidas en las épocas de lluvia… pero eso,
para otro día.
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jueves, 25 de enero de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra Tierra: ni de ayer ni de mañana, de siempre.
Carátula del primer disco de Nuestra Tierra...
25 de enero, jueves. No fueron ni de ayer… ni de mañana. No fueron los siete niños de Écija, pero eran siete; no fueron los siete días de la creación, pero fueron siete; no fueron las siete maravillas del mundo clásico, pero eran siete. Un sol para el universo de nuestro mundo de música Folk…
Fueron, a la recopilación de la música nuestra, lo que el Nuevo Mester de Juglaría a la música del pueblo de Castilla. Esencia y seña; pureza y raíz. Lo mejor y lo auténtico. Lo genuino y lo que el pueblo sencillo cantaba. El román paladino de Gonzalo de Berceo con que el pueblo solía ‘fablar’ a su vecino, pero, en este caso, musicado
Guitarras, palillos, almireces, pandereta, un tambor rociero o una botella de anís raspada con un instrumento metálico…Cualquier cosa fue buena como acompañamiento. Lo que no eran cualquier cosa fueron las voces de Mariché, Delia, Tomas (que en paz descanse ¡qué grande, amigo, que grande), Pepe, Pedro, Juan Eugenio y Juan Cristóbal. Ahora, van aportar savia nueva. (Chema va actuar ¡hasta lesionado!)
En Tarifa pusieron plaza y mando. Premiados y reconocidos y después, presencias en certámenes de músicas Folk en Almansa (Albacete) o actuaciones queridas, recordadas, entrañables en la Semanas de Cultura del colegio Los Llanos, cuando aquello era una ilusión y la ilusión, tanto.
Por ellos supimos que los contrabandistas, aunque valientes, lloran cuando se les pierde el caballo, la manta y la tercerola, que en la plaza de mi pueblo han puesto una media luna para que se miren las feas porque guapa no hay ninguna, que cuanto más diga la gente, más quiero yo a mi morena, y de las tres calles que tiene Álora y no tiene Madrid o de la perpetuidad de los pregones de Antonio, Antonio “el Divino”, claro.
Ahora, en una generosidad inmensa, se visten de fiesta. Saben que siento algo así que podría confundirse con la veneración hacia su aportación cultural. Van a cerrar con un broche de platino la presentación de “Álora, la leyenda de Alí ben al-Malikí” en el teatro Tomás Salas, el próximo sábado 27 de enero, 8 de la tarde… Los beneficios de la venta para la Asociación de enfermos de Alzheimer de Álora.
Los que amamos esta música, esta manera de expresar
los sentimientos del pueblo que no tiene doblez, lamentamos los largos
silencios de ‘Nuestra Tierra’, sólo rotos, con cuentagotas y, en
ocasiones. ¿Hasta cuándo?
miércoles, 24 de enero de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Álora vista por un inglés
24 de enero, miércoles. Francis
Carter fue un inglés del siglo XVIII. Se hizo eco del amor imperante en
aquellos años por la Geografía y, en especial, por Andalucía. Carter vivió
desde muy temprana edad en Málaga. Después, durante distintas épocas de su vida
conoció otros paisajes y personas. Siempre destacó la hospitalidad de la tierra
andaluza.
Su padre era un comerciante
rico lo que le permitió tener una vida sin penalidades económicas que, también,
le facilitó viajar con ciertas comodidades. En aquella época no muchos podían
permitirse ciertos lujos entre los que indudablemente estaba el viajar.
Los viajes siempre se hacían en
caballerías o en diligencias, cuando no a pie – cosa que evidentemente no hizo
Carter- por su posición social. Se hospedaban en posadas donde convivían con
gañanes y arrieros que llevaban mercancías de unos puntos a otros. Los caminos
tortuosos y en deficiente estado, estaban, además, llenos de maleantes,
saltadores y facinerosos. Describe con gran precisión la partida que operaba en
el Puerto de Ojén y da cuenta de la brutalidad de algunos personajes. Habla de
un hombre de Cártama que en señal de no se sabe qué prurito rompió el brazo a
una estatua romana.
Fue amigo personal de Medina
Conde, vilipendiado después tras el escándalo de los plomos del Sacromonte
donde descubren un plagio que lo llevó a la postergación. El canónigo malagueño
le facilitó información, documentos y testimonios que le fueron muy útiles.
En septiembre de 1772 Francis
Carter inició un viaje por las tierras del Sur de Andalucía. Lo tituló Viaje
de Gibraltar a Málaga. Da puntual información de los pueblos por los que
pasa y en los que conoce la realidad andaluza de aquella época.
Llegó a Álora en abril del año
siguiente, en 1773 y dice que “al norte, la Hoya de Málaga está rodeada por la
Sierra de Álora, donde se halla situada la misma Álora, sobre un cerro”. Continúa el relato e informa que “fue llamada
Iluro por los romanos. Antonio Agustín -dice- cita en sus diálogos a Iluro como una
de las ciudades municipales de esta provincia”.
Más adelante cuenta que “Gruter
copió dos inscripciones que ya no existen. La primera refiere la dedicación de
una estatua al emperador Domiciano por Lucio Munio Aureliano y a otro duunviro
de la ciudad que fue erigida con fondos públicos. La segunda estaba entonces al
pie de una colina que corona la ciudad y
únicamente sirve para conmemorar a las
personas allí mencionadas”.
Una obra, excepcional,
desconocida y fundamental para saber cómo éramos en otro tiempo.
martes, 23 de enero de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Antequera...
23 de enero, martes. He ido en una entrada por salida. Una gestión urgente…El sol -e l que dicen que sale cada mañana por Antequera - era ya el sol de una tarde limpia y de cielo azul, tan azul que podría servir de manto a una Purísima de Murillo. Iniciaba su camino de ocaso. Ponía tintes belleza y suspiro.
No me he parado, como otras veces, en el Portichuelo junto a la iglesia de Santa María de Jesús o del Socorro que es lo mismo. No hagas lo que he hecho yo. Llevaba prisa; no he podido echar la visual despacio de otras veces. La gente tomaba el sol, sentada en las terrazas de la plaza.
El Portichuelo tiene recuerdos de otras tierras A mí, en ocasiones, me evoca a Córdoba pero con más embrujo, con más pellizco. En Antequera el barroco está a pedir de fachada, de puerta con llamador dorado y dintel de mármol, de calle, de esquina o de iglesia. Antequera es barroca en sí. Algo que no vas a encontrar en otro sitio.
Han cambiado la dirección. Ahora no se baja a la plaza de San Sebastián por la Cuesta del Viento. Hay que dar un rodeo. Otras calles por las que no habrás pasado nunca. A pesar de eso sabrás que entras en una ciudad diferente.
Para cuando vayas con tiempo de empaparte te recomiendo dos lazarillos de excepción, el Padre Llordén y Jesús Romero. Hazme caso. Los mejores guías. Nadie, ni mejor, ni más conocedores del arte antequerano que ellos.
Un día que tengas tiempo – cuando yo tenga más espacio te hablo de él – acércate al convento de la Encarnación adosado a San Sebastián. Pertenece a la Madres Carmelitas de la Antigua Observancia (Calzadas). ¿Te explicas el porqué del nombre de la calle?
Un poco más abajo, el Coso Viejo, (allí tenía que hacer la gestión) o lo que es lo mismo en el palacio Nájera. Encierra el Museo Municipal. De entrada, la torre - la que da a la calle Nájera - “está considerada como una de las más bellas de los palacios andaluces”.
No
voy a caer en la tentación de contarte lo que tiene dentro. Pero sí quiero que
sepas que solo el Efebo,
lunes, 22 de enero de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Solo
La noticia ha saltado hace un
par de días. La prensa la ha publicado. No
salgo del asombro. Un niño de 9 años, abandonado por sus progenitores, ha
sobrevivido, durante dos años, solo en su casa en el pequeño pueblo de Nerescac,
de poco más de dos mil habitantes en el distrito Poitou-Charentes no lejos de
Angulema.
La cosa parece que viene de un poco más lejos.
La denuncia, la instrucción y, posterior condena ha llevado su tiempo. Según informan
el padre se largó hace un tiempo; la madre de 39 años se fue a vivir con su
nuevo compañero sentimental en el pueblecito de Sereuil de poco más de mil
habitantes y no lejos de la localidad que ahora hemos ubicado en el mapa…
Dicen que los vecinos ‘sospechaban’ abandono.
Una señora detectó que el chaval hurtaba fruta y hortalizas o comida por la
ventana de su casa. Se lo comunicaron a la madre y la respuesta fue “que no se metieran
en su vida”; en la escuela a donde acudía limpio y con un comportamiento
ejemplar y un rendimiento académico normal no sospecharon de la situación. Solo
algunos compañeros vislumbraron ‘algo’. Servicios sociales, medios de la alcaldía
e instituciones asistenciales estaban ajenas a la situación que se desarrollada
delante de ellos.
Hasta aquí todo puede parecer normal. Me
pregunto, un niño de nueve años sobrevive solo, se alimenta de las conservas
enlatadas, sin calefacción ni luz… ¿es normal que lleve esa vida? ¿Qué podemos
entender por normalidad?
La sociedad no se da cuenta de la situación de
abandono y soledad que vive un niño. ¿Es normal esa sociedad? ¿Qué estamos
haciendo mal? Decía Juan Ramón Jiménez, en unos versos admirables, “como los
hombres tristes / siendo tantos cada uno solo”. No me cabe duda de dos cosas: ese
niño estaba solo y tenía que estar triste, muy triste. Los que andaban a su alrededor
parodiando también a otro poeta “iban de su soledad a sus asuntos”. Y eso no lo
dice el poeta. Lo digo yo, no se enteraban de nada, o ¿no querían enterarse? Una
sociedad que actúa así, no me cabe duda que, aunque viva en relación con otras
personas, es una sociedad que está sola.
Ahora, algunos medios, también informan de
personas mayores aisladas – es un eufemismo – están tremendamente solas. Hace
unos días encontraron a un periodista muy importante muerto. Un compañero de
otro medio dijo: “murió solo, llevaba unos días muerto”. Este chaval está con una
familia de acogida. A ver qué va responder cuando alguien le hable de la dureza
de la vida…
domingo, 21 de enero de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El tren de la Ruta de la Plata
21 de enero, domingo. La Vía de la
Plata es un eje de comunicación norte-sur que une las ciudades de Sevilla y Gijón.
Entre ambas, casi un millar de kilómetros. Los romanos crearon una calzada para
llevar mercancías y personas entre ambas poblaciones. En la Edad Media fue un
trasiego de tropas que participaban en la Reconquista; luego, el camino por el
que subía lo que venía de América.
Su nombre se deriva de la creencia que por ahí
subía la ‘plata’, es decir el metal precioso. Luego, esa plata era una manera de
potenciar el comercio y el intercambio sin la obligación de transitar por el
centro de la Península.
La Vía de la Plata parte de Sevilla o de Gijón,
para el caso, lo mismo. Toca las Comunidades Autónomas de Andalucía,
Extremadura, Castilla-León y Asturias. Salva Sierra Morena entre Andalucía y
Extremadura y la Cordillera Cantábrica entre Castilla-León y Asturias.
Su paisaje, muy variado: Dehesa entre Sevilla
y Santa Olalla del Cala; la Tierra de Barros; Vegas del Guadiana, en Mérida;
Valle de Ambroz y Sierra de Béjar; Campo Charro, en Salamanca; Tierra de Campos
en Zamora; el Páramo leones…
Comarcas bellísimas con una riqueza
ornitológica, paisajística, agrícola, ganadera y forestal de primer orden; un desierto
humano, en otros muchos lugares. El abandono de las administraciones ha hecho que en algunas
zonas la emigración haya sido la ‘primera ocupación’; en otras, la prosperidad,
a duras penas, ha conseguido sobresalir.
La carretera N-630 sustituyó al tren. El abandono
de este medio ha sido de tal magnitud que en algunos lugares se han perdido hasta
las estaciones y la vía y las han convertido en “vías verdes”. Algo insólito,
sustituir un tren por un paseo. Bellísimo, es verdad, pero… ¿Quiénes son los
responsables?
Hoy se han echado a la calle cientos de vecinos
de muchas de esas poblaciones. Reivindican la recuperación del tren que vertebre
y lleve riqueza y estabilidad económica a la zona (¡casi mil kilómetros entre
el Cantábrico y el Guadalquivir) Una quimera que tiene más de sueño y de anhelo
que de realidad. Desde el Ministerio de Transporte les han respondido que la solución a esa petición “está
en pañales”. Me acuerdo de dicho: “blanco y en botella”
Es una pena cómo el abandono de ciertas zonas
se ha tragado sueños y potencialidad. Pienso en el desarrollo de los ferrocarriles
británicos en las tierras Altas de Escocia donde el tren llega a donde no llegan los coches. Parece increíble,
pero es cierto. ¡Qué envidia, por Dios, qué envidia!
sábado, 20 de enero de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. De ayer a hoy
Foto. José María Aranda
Cinco calles y una Plaza. Cinco
chorros de agua de una fuente que mana historia. Días compendiados uno tras otro para aportar
belleza y dejar constancia que puede ser una Plaza Mayor de cualquier ciudad de
Castilla. Aquí es nuestra.
La Plaza Baja, desde hace unos
años con el apellido añadido de “la Despedía” en recuerdo del evento de la
mañana del Viernes Santo. Allí arrancan o llegan que para el caso es lo mismo:
Bermejo o Benito Suárez; de Atrás, calle Toro, la calle Postigo y la calle
Ancha que se queda estrecha para según qué cosas.
A un lado el Barranco, ese
Albayzin blanco chorreado como espuma de una Vía Láctea imaginaria que baja de
las Torres donde acuna a la Historia en el castillo; al otro, el templo de la
Encarnación. La joya manierista de Álora atribuida a Pedro Díaz Palacios,
maestro de obras de la catedral de Málaga y que aquí dejó una parte importante
de su trabajo.
En la esquina de la calle Benito Suárez, en
aquel tiempo “Bermejo” se construyó el Hospital de San Sebastián; en la esquina
con la calle Ancha las Casa Capitular, los graneros de Pósito, el alfolí de la
sal, la carnicería y la cárcel pública (qué pena que exista esa dependencia,
¿verdad?). La de Atrás, al otro lado de
la iglesia…
La calle Postigo bajaba de la muralla. Es la más antigua de la
población. Aparece en el Libro del Repartimiento de 1486 y se llamó Postigo de
la fortaleza y Postigo que entra en arrabal de la Villa. Poco después, Postigo
de Malpartida refiriéndose a Cristóbal de Malpartida, caballero entre los
vencedores a quien se da casa lindera con el adarve. Durante el siglo XVII se
conoció como calle de Bermúdez. ¿Quién sería ese tal Bermúdez?
Por la calle Ancha – te lo he
dicho otras veces – sube despacio. Párate de vez cuando. Vuelve la vista atrás.
Por momentos te asombrará el campanario de la iglesia y el pueblo a sus
espaldas. Cuando hayas subido un trecho, a tu derecha, se abre la calle
Churrete – por más que lo he preguntado y buscado nunca he encontrado la razón
del nombre – y te muestra la vega amplia y feraz. Termina en el Llano de las
Mona, y de ahí hacia abajo el precipicio hasta el arroyo Hondo donde estaban
los alfares iberos…
Por la calle Toro, que llevaba
al Tajo de la Quera, bajaban los que iban a la estación buscando los trenes
mañaneros…
viernes, 19 de enero de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Ella
19 de
enero, viernes. Dice el hombre del tiempo que una parte España está
chorreando; otra, tirita bajo la nieve. Los ríos de Ávila y Segovia se han
desbordado. Dicen, que los de la cornisa Cantábrica, también. Es la Gracia de
Dios. Ha venido con algo de retraso, eso sí, pero ya está aquí. Caprichosa,
como siempre, a su antojo. Ella manda.
Desde
mi ventana la vi que llegó hace un par de días suave, con tiento, con mucho
tiento como quien no quiere la cosa. Se asomó por los cerros de enfrente, bajó,
cruzó la cañada que este año, aún, no ha corrido, y se dejó sentir. Sin avisar,
sin decir nada, solapadamente. ¿Dónde habrá pasado todo este tiempo?
Dejó de cantar el carbonerillo. No sé dónde están
los chamarines que preludian primavera ni dónde los jilgueros que cantaban en
las tardes de verano. Los mirlos han tomado su rama y, por un rato han dejado
de buscar bichillos.
No hay,
esta mañana, palomas en el tejado. ‘Galleta” la gata que mi hija ‘rescató’ en el último momento ha buscado
refugio lejos de donde pueda mojarse. Los gatos son los animales que más huyen
del agua y si esta fría, más. Ha puesto
tierra de por medio.
No han
regresado todavía las motos con esparragueros que suben a la sierra. Es pronto.
Me parece que este año los espárragos son una quimera. El campo es tan generoso
que, con nada, con cuatro gotas, las esparragueras van a responder, pero aún es
pronto para ver los primeros espárragos.
Me han
dicho, - no han florecido, todavía, los almendros- que por la Cuesta del
Berrón, sí hay algunos con pinceladas blancas; y frente al Cerro de las Viñas.
Se ve que los almendros, también, la han esperado, pero como no quería venir…Felipe
Aranda ha publicado una foto de algunos en flor de antes de esta sequía que nos
ha atosigado de manera cruel y que ahora parece que se ha llevado – al menos
por algunos lugares – un buen susto.
No hay todavía tagarninas en los bordes del
camino. No lo sé, pero en la realenga que va porcima de Las Caballerías, antes
de llegar al Lomo Frío, ya tienen que estar brotados los alcauciles y las
borrajas. Seguro. Apuntan las sementeras. Se viste el campo de ropa nueva.
Llueve,
llueve poco, pero – me lo dicen los amigos, algo es algo y cae de manera suave,
tan bien como sólo – la lluvia, cuando quiere- sabe hacerlo. Cernida… Ha venido
la lluvia. Bendita sea ella.
jueves, 18 de enero de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Reinas de España. Mayor Guillen de Guzmán, se busca
Alcocer (Guadalajara)
18 de enero, jueves. Desconocemos
dónde nació; no la fecha, 1205. Murió en Alcocer, en la Alcarria, en la Hoya
del Infantado en 1262 con 57 años. Su sepulcro desapareció en la guerra civil
de 1936-1939. Algunos historiadores, temerosos que esté en algún museo de los
que se alimentan de la rapiña, dicen que la Diputación de Guadalajara debería
poner un cartel: “Se busca” y agregarle: “se recompensará”.
No conocemos cómo podría ser su
figura, aunque por las crónicas de su tumba se cree que debió ser de gran
estatura. Una efigie grabada en la superficie representaba a una mujer esbelta,
de cara alargada, delgada, nariz pronunciada, con boca pequeña y barbilla
prominente. Eso no pasa de ser una conjetura.
Mayor Guillén de Guzmán
provenía de los más selecto de los linajes castellanos. Amante del entonces infante,
hijo de Fernando III “el Santo” – luego rey Alfonso X, “el Sabio”- antes de su
matrimonio con Violante de Aragón. Tuvo una hija con Alfonso, Beatriz que
posteriormente fue reina de Portugal.
Alfonso X, la dotó para ella y
sus otros posibles descendientes (Beatriz era muy niña en ese momento) con un
señorío que se conoció como Infantado de Huete. Incluía el propio Alcocer,
Cifuentes, Viana de Mondéjar, Palazuelos, Salmerón y Valdeoliva según recoge
Villalba Ruiz de Toledo en un estudio sobre el monasterio de las Clarisas.
Después de Beatriz pasó a su nieta Blanca que lo vendió a Alfonso, “el Viejo”,
de Aragón…
Fue una de los amores más
apreciados por el rey, que amó a otras mujeres fuera del matrimonio. Del rey se
dijo que “queriendo alcanzar las estrellas perdió de vista la tierra”. Eso iba
más encaminado por la manera como quedó el reino tras su muerte dividido en una
profundísima guerra civil, entre sus nietos, los hijos de Sancho, muerto
prematuramente, y los otros hijos.
Doña Mayor murió en Alcocer. En
una pedanía despoblada fundó un monasterio de Clarisas en San Miguel del Monte
donde recibió sepultura. Su sepulcro, perdido probablemente para siempre se
sabe que era de nogal, tallado, de gran belleza, pero del que desgraciadamente no
se tienen noticias de su paradero sin descartar un ‘enterramiento’ secreto para
evitar posibles hurtos y profanaciones. Sea lo que fuere, están inmerso en un
secreto insondable.
Bibliografía:
BALLESTEROS, A. Alfonso X el Sabio. Madrid, 1963. CSIC
ARGOTE DE MOLINA, G. Elogio de los conquistadores de Sevilla.
1998
miércoles, 17 de enero de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Llueve...
Río Guadalhorce a su paso por Álora (Málaga)
17 de enero, miércoles, Dicen
que se escribe del tiempo cuando no hay otra cosa de qué escribir… La lluvia,
el agua, la sequía – distintas variantes de un mismo tema – son una constante
en conversaciones, en encuentros entre amigos, en los informativos…
Vivimos donde la lluvia ha sido
más noticia por su ausencia que por su abundancia. Si se echa un vistazo a los
papeles viejos, o sea a Historia, no es algo novedoso. Su falta se ha repetido
y, en ocasiones con tal virulencia, que ha llegado a originar hambrunas. Si no
me creen echen un rato hurgando y verán cuantas sorpresas.
España es un país orientado al
Atlántico, a tiro de piedra de África y a orillas del Mediterráneo. Si las
lluvias vienen del oeste, entonces las llamamos borrascas. Se originan entre el
Golfo de México y el centro del Océano. Las corrientes de los vientos les dan rutas
determinadas. La mayoría rozan la Península Ibérica por el noroeste. Allí las lluvias,
constantes; si vienen más bajas, entran por el Golfo de Cádiz y riegan más superficie.
Cuestión de suerte.
Si vienen del Mediterráneo, lo
que suele ocurrir a finales de verano y principios de otoño, por diferencia de
temperatura entre las aguas del mar y la de la tierra, entonces las llamamos ‘gotas
frías”. Son catastróficas. Inundaciones, ruinas…
Los romanos que eran muy prácticos
se dieron cuenta del asunto y determinaron que en las ciudades no podía faltar
el agua. Construyeron acueductos. Hoy los valoramos como lugares turísticos. Se
conservan, en parte, en Segovia, Tarragona, Mérida, Teruel, Almuñécar…
Los árabes las canalizaron y
las llevaron mediante acequias, presas, atarjeas y norias a fertilizar los
campos porque sin agua no hay cultivo y sin productos agrícolas viene una cosa
que se llama hambre.
Luego, la cosa progresó y se
procuró que mediante embalses y pantanos (ahora muy denostados por lumbreras de
estómagos agradecidos porque, ¡ilusos! creen que la teta les viene de otro
sitio) remansaron el agua para consumo humano, para cultivos y para producir
electricidad.
Joaquín Costa, un político del XIX
dejó dicho que la solución de España venía por tres vías: agua, caminos y escuelas.
Dos han progresado bastante, la del agua… pues eso. Es el momento. Los elegidos
para solucionar los problemas tienen que hacer ver al pesebrero que come
de su mamo y al cateto de gorra calada y garrota que el agua no es de quien ve
pasar el río por su puerta y que un plan hidrológico – o sea un uso racional y
justo del agua que es escasa – es necesario, urgente y un beneficio para todos,
incluido ellos.