16 de octubre, lunes. Dice la
actualidad que hoy manda otra cosa. Tenía previsto un artículo lúdico, de esos que
a uno le esbozan una sonrisa e incluso le proporciona un chascarrillo. Ustedes
me van a perdonar. La actualidad dura, durísima, manda otra cosa.
No se me olvidan las caras -
¡tremendamente expresivas por el martirio - de los niños de Palestina. A lo peor
hay otra palabra que lo define mejor. No acierto a dar con ella. Llueven
opiniones según desde qué acera. Me da igual. “Tan puto es enero como febrero”
dice el refrán. La culpa para los dos, ambos bandos, donde manda más el odio
que la voluntad de entendimiento. Dolor para todos los que no entendemos tantos
disparates, tanto horror y tanta sinrazón. ¡Dolor y más dolor!
Hace un rato me ha saltado en
el móvil la noticia de la aparición sin vida del chaval de Córdoba, Álvaro
Prieto. Todo es confusión. Estamos bombardeados por opiniones, sugerencias, hipótesis,
versiones lógicas; otras sin sentido o vaya usted a saber de cuántas cosas más…
¡Dolor y más dolor!
Una estación de tren, Santa
Justa; una ciudad, Sevilla. Una línea que une ciudades, distancias, ilusiones o
como en este caso, lo peor que le puede ocurrir a una vida que empieza… Unas
catenarias, unas vías que se entrecruzan, un convoy que no circulaba desde
agosto y, ahora, se las andaban según algunas versiones en reparación y pruebas.
Dicen que, además, una oquedad en la alambrada que aísla la estación… Dicen y
dicen y vuelven a decir. ¡Dolor y más dolor!
Estoy desconcertado. Hay accidentes,
o sea algo que no se puede evitar (pienso en una riada que no cabe en el cauce
un río, por ejemplo) Pero cuando por medio hay una guerra donde mandan el
egoísmo, el interés económico porque quiero más dinero, más tierra, más poder o
más odio… ¿tiene explicación?
La muerte de Álvaro, o eso que todos sentimos cuando no encontramos ninguna explicación lógica a
muchas cosas aberrantes (teléfono sin batería, billete que no se descarga, apeo
de una persona de un tren que va a partir… y tantas y tantas otras). ¡Dios mío! ¿A imagen y semejanza tuya? Escribo a
vuelapluma sin el sosiego necesario. Solo me vienen a la mente muchas palabras
sueltas: Gaza, Israel, Palestina, Álvaro, Ucrania, cayucos que no llegan… Dolor
y más dolor.
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