4 de octubre, miércoles. Celebra hoy la Iglesia Católica la festividad de San
Francisco de Asís. Uno de los grandes santos y, en los tiempos modernos,
considerado como un hippy por su amor a la Naturaleza. A mí, me parece que era
más porque en ella veía a Dios que por otras cosas. Es una opinión personal.
Nació en Asís, 1182, en la Umbría italiana, en una
familia rica de comerciantes muy prósperos, lo que le auguraba una existencia
cómoda y placentera. Su padre Pietro Bernardote, adinerado, comerciante de
paños, formaba parte de la burguesía y viajaba constantemente a Francia; su
madre, Pica Bourlemont, de la Provenza.
Sus años juventud, alegres. Gustaba de disfrutar de la
vida, la amistad y el campo. Sus ideales,
ser un gran caballero, poder pelear y ganar en las disputas de su ciudad.
Participó en la guerra entre Asís y Perusa.
Su educación, esmerada. Nadie más elegante que él. Al
regresar de la guerra se sume en una profunda tristeza e insatisfacción. Su
madre lo cuida, lee libros de vidas de santos y los Evangelios. Toma conciencia
de los detalles de la vida, pasea por el campo, descubre a los pobres siervos,
en su miseria cotidiana y les da bienes de la casa paterna. Descubre también a
los leprosos, rechazados por todos…
Una tarde, a la vuelta a casa, encuentra por el camino un
leproso. Su naturaleza siente rechazo; su corazón había ido sintiendo una
transformación y por encima de la repugnancia, venció la compasión.
Tres años dura el período en que se desenvuelve entre las
virtudes cristinas de la fe y la caridad. Visita el sepulcro de los Apóstoles
Pedro y Pablo, en Roma. Sintió que el Señor le hablaba al corazón y le decía: “Francisco,
repara mi iglesia, que se derrumba”. Toma las palabras al pie de la letra. Se despojó públicamente de sus vestimentas y
las entregó a su padre; un escádalo.
Cura leprosos y enfermos, mendiga por las calles. En Asís
lo tienen por loco. El 26 de febrero, fiesta de San Matías, en la iglesia oye
las palabras del Evangelio: “Id y anunciad que está cerca el reino de los
cielos. No llevéis alforjas, en vuestros viajes, ni túnica, ni calzado, ni
bastón…”. Al escuchar esto exclamó: “Esto es, exactamente, lo yo buscaba”. Nace
la Orden Franciscana
En agosto de 1226, casi ciego compone el Cántico del hermano sol. Una prolongada
alabanza a Dios origen de toda criatura y de todo bien. Muere en Asís, octubre,
1226
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