18 de octubre, miércoles. Mi
amigo me llamó hace unos días. Quiero que cuando tengas tiempo – me dijo –
vengas a echar un vistazo a mis naranjas. No le fijé fecha ni hora, pero ayer
supe que andaba por el campo y me fui a verlo.
Era mediodía. Sol de primeros
de septiembre en un cielo azul y limpio de nubes y medio octubre comido en el
calendario. Los bordes de la carretera, llenos de matojos secos. Un día, hace
mucho tiempo, tanto que ni me acuerdo, fueron yerbas de primaveras, florecillas
nuevas que los pintaron de muchos colores y cardos ubérrimos donde picoteaban
los jilgueros como solo saben hacerlo ellos para hurgar en su moña y extraerles
las semillas.
Tuve que dejar la carretera. Me
aparto; un rato de camino por el arroyo. No hace falta decir que el arroyo este
año no ha corrido. Tampoco es novedad decir que Río Grande está totalmente seco
y que el Guadalhorce por Cártama va sin agua…
Antes había un camino por el
que transitaban los vehículos. Ahora da igual. Es un dédalo de pequeños caminos
todos resecos como las adelfas de sus bordes y ni una mala lagartija que rompa
la monotonía. No hay pajarillos, no hay nada. Todo es sequedad. Echa el alma a
los pies. El sol hace chiribitas como en los meses más duros del verano.
Llego; me acompaña a dar un
paseo por la huerta. Yo la esperaba mal – le dije – pero no tanto. Los árboles
parecen que han sufrido el calor de una candela. Se le puede suprimir el
‘parece’ sin temor. Me acuerdo de julio y agosto. El fruto está totalmente
perdido. Estas naranjas no sirven ni para zumo; los árboles con solo ver las
hojas…
Me comenta que el tiempo máximo
que puede tener la bomba extrayendo agua del pozo son tres o cuatro minutos.
Pasado ese intervalo, se para. No hay agua. El pozo está seco. Hace meses que
la balsa donde la almacena en la primavera lleva mucho tiempo si
alimentarse. Está vacía…
Decía don Antonio Machado que
sabemos para qué sirve el agua, pero no sabemos para qué sirve la sed… Sed de
agua. Según el texto bíblico hay otra sed, la de Justicia. Esa también – me
refiero a la justicia anda escasa según algunas cosas que se ven- un tanto o un
mucho escasa. La sed no, la sed es enorme...
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