Hacienda de doña María. Dos Hermanas (Sevilla)
17 de noviembre, jueves. No hay
acuerdo en el lugar de nacimiento: Castrojeriz, Astudillo, Sevilla… Tampoco, en
el lugar donde murió: Medina-Sidonia, Sevilla, Astudillo. Todos coinciden, sin
excepción, en afirmar que fue el amor de la vida de Pedro I. Vivió, María entre
1334 y 1361… Solo 27 años, en la plenitud del siglo XIV.
El rey Pedro vivía,
habitualmente, en Sevilla. La verdad que eso de vivir era un decir. Andaba por
todas partes… Iba camino de Asturias para sofocar la sublevación de su hermanastro,
Enrique de Trastamara. En Astudillo se la presentó Pedro Fernández de
Henestrosa, tío de María. El rey se quedó embobado. Ya no se separó –
físicamente, se entiende que sí – en toda su vida a pesar de sus casamientos
que mandaban las Leyes de la época.
Dicen que era bellísima, de
buen carácter, bondadosa y siempre intercedía por los nobles débiles, aunque en
aquel tiempo eso era un eufemismo interviniendo por ellos ante el rey en cuanto
la ocasión se presentaba.
María de Padilla le dio cuatro
hijos. Un varón. Negoció su matrimonio con una hija de Pedro IV de Aragón, pero
murió a los tres años; y tres hembras. Beatriz, profesó en el monasterio de
Santa Clara, fundado por su madre en Astudillo; Constanza, casó con Juan de
Gante, duque de Lancaster e Isabel con Edmundo de Langley, duque de York.
Castilla, si la historia hubiese ido por otros derroteros, podría haber caído
en manos inglesas… ¡qué cosas!
María tuvo donaciones de
propiedades concedidas por el rey: la Hacienda de doña María en Dos Hermanas
(Sevilla) en la alquería de Ibn Jaldún, un palacio en Astudillo y otro en
Torrijos (Toledo) donde nació Beatriz.
El rey Pedro se trasladó en
1361, a Medina-Sidonia y mandó asesinar a Blanca de Borbón para coronar reina a
María que falleció el mismo año probablemente de peste, en tierra palentina. El
rey confesó que había sido su único amor ante las cortes celebradas en Sevilla.
El arzobispo de Toledo legitimó la unión restando validez a los otros
matrimonios. Sus restos se trasladaron desde Astudillo a la Capilla Real de la
Catedral de Sevilla. Dicen que el rey la lloró amargamente…
Fte. Bibliografía:
Sitges, J.B. Las mujeres del rey don Pedro I de Castilla, Madrid. Sucesores de
Rivadeneyra, 1910
Pérez de Tudela, Mª I. “Las
mujeres en la vida del rey Pedro I de Castilla”, en Anuario de Estudios Medievales.
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