jueves, 17 de noviembre de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Mujeres que dejaron huella. María de Padilla

 


       Hacienda de doña María. Dos Hermanas (Sevilla)                         


17 de noviembre, jueves. No hay acuerdo en el lugar de nacimiento: Castrojeriz, Astudillo, Sevilla… Tampoco, en el lugar donde murió: Medina-Sidonia, Sevilla, Astudillo. Todos coinciden, sin excepción, en afirmar que fue el amor de la vida de Pedro I. Vivió, María entre 1334 y 1361… Solo 27 años, en la plenitud del siglo XIV.

El rey Pedro vivía, habitualmente, en Sevilla. La verdad que eso de vivir era un decir. Andaba por todas partes… Iba camino de Asturias para sofocar la sublevación de su hermanastro, Enrique de Trastamara. En Astudillo se la presentó Pedro Fernández de Henestrosa, tío de María. El rey se quedó embobado. Ya no se separó – físicamente, se entiende que sí – en toda su vida a pesar de sus casamientos que mandaban las Leyes de la época.

Dicen que era bellísima, de buen carácter, bondadosa y siempre intercedía por los nobles débiles, aunque en aquel tiempo eso era un eufemismo interviniendo por ellos ante el rey en cuanto la ocasión se presentaba.

María de Padilla le dio cuatro hijos. Un varón. Negoció su matrimonio con una hija de Pedro IV de Aragón, pero murió a los tres años; y tres hembras. Beatriz, profesó en el monasterio de Santa Clara, fundado por su madre en Astudillo; Constanza, casó con Juan de Gante, duque de Lancaster e Isabel con Edmundo de Langley, duque de York. Castilla, si la historia hubiese ido por otros derroteros, podría haber caído en manos inglesas… ¡qué cosas!

María tuvo donaciones de propiedades concedidas por el rey: la Hacienda de doña María en Dos Hermanas (Sevilla) en la alquería de Ibn Jaldún, un palacio en Astudillo y otro en Torrijos (Toledo) donde nació Beatriz.

El rey Pedro se trasladó en 1361, a Medina-Sidonia y mandó asesinar a Blanca de Borbón para coronar reina a María que falleció el mismo año probablemente de peste, en tierra palentina. El rey confesó que había sido su único amor ante las cortes celebradas en Sevilla. El arzobispo de Toledo legitimó la unión restando validez a los otros matrimonios. Sus restos se trasladaron desde Astudillo a la Capilla Real de la Catedral de Sevilla. Dicen que el rey la lloró amargamente…

 

Fte. Bibliografía:

 Sitges, J.B. Las mujeres del rey don Pedro I de Castilla, Madrid. Sucesores de Rivadeneyra, 1910

Pérez de Tudela, Mª I. “Las mujeres en la vida del rey Pedro I de Castilla”, en Anuario de Estudios Medievales.

 

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