Besalú. Puente románico sobre el río Fluviá
16 de noviembre, miércoles. Llego
a Besalú cuando declina la tarde. El sol dorado pone un sello especial sobre la
piedra vieja, sobre el río, sobre el puente que abraza las dos orillas… Besalú,
en la Baixa Garrotxa, está a orillas del río Fluviá. Tiene un puente
románico, con siete arcadas. El puente es bellísimo; el pueblo, también. La
Edad Media se asoma al borde del camino e invita al viajero. Dejo el coche a
las afueras; entro. Me paro en la plaza de San Pedro. Soberbio el templo,
soberbio el impacto, soberbio el momento….
Tomo asiento en un café de la
plaza Mayor. Nos atiende – mi hija había ido a comprar carquiñolis y coca de
vidre - una chica muy atenta. Es una chica joven, de piel suave. Tiene el
pelo negro y una mirada franca. Es raro encontrar a alguien, cuando ya el día
llega a la punta, con esa predisposición y agrado. Se lo digo y me contesta:
-
Muchas gracias, pero es mi obligación.
Deambulo por la calle del conde
Tallaferro; busco la del abad Oliba. En el fondo el seguimiento de su huella me
ha llevado hasta Besalú donde nació. Otros dicen que en algún lugar de la
Cerdaña... Da igual. Su obra superó todas esas posibles discrepancias. Fue un
hombre de concordia en el corazón de la Edad Media, un impulsor de la paz y la
tregua de Dios en aquella Cataluña de condados enfrentados por el poder.
Fue algo más. Hijo de Oliba
Cabreta y Ermengarda de Vallespir con treinta y dos años renunció al poder
terrenal – lo poseía desde los diecinueve cuando su padre se retiró a
Montecasino - e ingresó como monje en Ripoll. En 1008, abad del monasterio; luego,
obispo de Vich y reformador de los monasterios de su territorio. Acopió la
mejor biblioteca posible entonces con más de doscientos volúmenes (en aquel
tiempo algo extraordinario) amigo del papa Silvestre II…
Se planteó una posible paz con
Almanzor. No propugnó una visión tremendista sino el entendimiento entre los
condes catalanes y su relación con otros de lugares tan lejanos como el
Califato de Córdoba, el papado de Roma o los propios señores de la Cerdaña y
Aquitania
Una calle en medio de piedras
medievales recuerda que probablemente Besalú fuese el pueblo donde vio la
primera luz. Hoy su obra se puede conocer en las páginas de los libros de
Historia… He intentado seguir su huella, aunque de manera efímera. Fue un
hombre excepcional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario