7 de
octubre, viernes. Las noticias de los telediarios, las portadas
de los periódicos serios - las de los otros ya se sabe por qué ramas se las
andan – los informativos de la radio… Invitan a salir corriendo y no mirar
hacia atrás.
Después de escuchar lo de
algunas bandas de jóvenes que ahora no se les puede llamar por su nombre, pero
que se sepa no vienen del Polo, con asesinatos y miedo en las calles de algunos
barrios de Madrid o la última de los escándalos ventaneros…Me siento totalmente
perdido. Pero de ahí, ni un paso más.
Me resisto a admitir que esa
sea la sociedad que criamos. No. En absoluto. Esa es una parte de esta sociedad.
¿Culpables? Además de ellos, muchos más. No es cuestión de desgranar las
cuentas de un rosario de lamentaciones. Todos sabemos ‘por donde va el agua al
molino’.
Tenemos otra juventud
excepcional, muy buena. No la valoramos y ni ellos mismos se dan importancia.
Pasan desapercibidos. Es la que se levanta antes de amanecer y mete el hombro.
No sale en los periódicos. Nadie se percata de ella. Es la que hace cada día que
esto funcione.
¿Han escuchado aquello de ‘eso
suena como un chino en una lata’? Esos son los que copan portadas, y horas de
televisión basura. Hace mucho tiempo que a esas televisiones solo les dedico el
tiempo que tarda de pasar de canal para llegar al que busco. Les hago una
proposición ‘deshonesta’: ostracismo total para toda esa nimiedad y cosas
soeces que nos llegan.
Centrarme en la valoración de
la situación solo en la juventud es injusto. Hay personas maduras y más que
maduras (solo hay que echar un vistazo a lo que nos rodea vestidos de uniforme,
de batas de blancas, o simplemente vestidos de gente normal detrás de un
mostrador, en el mercado… ¿A que convienen conmigo que esa gente vale un potosí?
Hago votos para que esos dioses
falsos, ídolos de la nada que han surgido de nuestras propias carencias lleguen
a su total ocaso. Antes mejor tarde. De verdad, tiene que venir el ocaso de
esos dioses de oropel, de los papanatas que dan la sensación de abundancia intelectual
y mensajes huecos. Están vacíos. Hueros como los huevos sin piso. Son un puñado
de gatos… No les quepa la menor duda.
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