18 de
octubre, martes. Ennio Morricone le puso música. La película se
rodó, bajo el sol del verano en las cercanías del Cabo de Gata, y en un lugar –
no recuerdo ahora su nombre – de la provincia de Burgos. La dirección de Sergio
Leone. En los papeles estelares, entre otros, Clint Eastwood, Eli Wallach… pero,
aunque la película tenía muchos tiros, no van por ahí los tiros.
Van por otro lado. También hubo
allí muchos tiros. Tantos como que era una revolución. Me refiero al Doctor
Zhivago, obra de Boris Pasternak que se llevó al cine, que fue un éxito en
todos los campos (música, fotografía, interpretación) y que se rodó en muchos
lugares de España. (Gutiérrez Aragón dijo que España era de cine, y es verdad).
En esa novela transcurren, como
los raíles del tren, dos mensajes paralelos. La Revolución rusa en el final de
los zares, la guerra civil entre blancos y rojos y el triunfo de la revolución;
por otro, el protagonista, Zhivago un joven médico que se ve envuelto en
problemas coyunturales – trepas incluidos- y movilizado forzoso.
Pasternak lanza un mensaje.
Zhivago es un poeta, un gran poeta que alcanza su plenitud cuando conoce a
Lara, una joven enfermera con quien coincide en el frente, con en quien encuentra
el amor y sin la que no habría conseguido la plenitud de su producción
literaria…
A lo que iba. Boris Pasternak
tuvo que renunciar al premio Nobel de Literatura. En su país – ahora tampoco –
había libertad. Cuando alguien denuncia las injusticias que cometen otros
hombres no son bien vistos y ya se sabe lo que ocurre.
La novela se conoció en
Occidente como se conocen las obras que nacen en medio de la opresión, o sea de
manera clandestina y llevada a todos los círculos literarios, primero de París,
luego de otros lugares.
El pueblo ruso, el admirable
pueblo ruso – esclavo de los zares, primeros; del comunismo durante muchos años
después – ahora se ve tiranizado por el terror de una movilización hacia una
guerra que ellos tampoco quieren. (Drones en la noche y tumbas masivas…) Las
noticias que llegan de allí, dan miedo, diría más, producen pánico.
Se ve que el que manda ahora
puede ser el feo o el malo, sin que Sergio Leone siquiera vislumbrara esto que
ocurre mientras esperan la llegada del ‘general invierno’ para que el resto de
Europa tirite, además de miedo, de frío intenso…
No hay comentarios:
Publicar un comentario