viernes, 28 de octubre de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Los niños del tren

 


                 Estación de Palencia


28 de octubre, viernes. Ha saltado la noticia. Hablan las televisiones (lo cuentan y según qué cadena toman partido por una u otra senda), lo han publicado los periódicos y lo dice la radio… Total, como diría aquel de algo hay que hablar.

La cosa va de unos escolares, casi ninguno se afeita todavía cada mañana, que viajaban hace unos días desde un pueblo de Barcelona hasta León. Iban a hacer un curso intensivo de inglés. Solo unos días. El tren había partido de la estación de Barcelona-Sants y el interventor, durante el trayecto, ante la queja de algunos viajeros, llamó a la Policía y los bajó en Palencia donde con los agentes esperaba un medio de transporte proporcionado por Renfe que los llevaría por carretera a ellos solitos.

Iban dos adultos – desconozco si formadores, profesores, monitores… - acompañándolos que no se separaron en ningún momento del ‘numeroso’ (22) grupo y que habían hecho caso omiso al requerimiento del interventor del tren.

He oído cantidad de versiones. Algunas tan pintorescas como que solo se lo notificaron una vez, que los viajeros fueron muy quejicas o que los escolares iban jugando en las mesas de sus asientos sin que eso supusiera, en ningún momento, molestias para el resto de las personas que compartían el vagón. (Tal cual)

Las versiones de los padres – me abstengo de exponerlas – algunas son peregrinas y justifican los comportamientos de los niños (uno, por ejemplo, declaraba ante las cámaras de una televisión “que en algo tienen que entretenerse en un viaje tan largo”). Me gustaría saber cuál va ser el grado del aprovechamiento del hijo en la experiencia de aprender un idioma como el inglés y en León, pero eso, obviamente, son otros ‘lópeces’.

Alguien que sabe de lo habla dice que hace mucho tiempo que a los padres se les han ido sus hijos de las manos. No sé qué opinar al respecto. Puede haber algo de certeza. El refranero es muy sabio y dice que “cuando el río suena agua o piedras lleva”. Hay otro refrán que puede ser también apropiado para la ocasión: “De aquellos polvos, estos lodos”. Que cada uno ponga la mano en su pecho y piense qué parte de responsabilidad le corresponde. Desde luego lo que tengo muy claro es que el interventor del tren no tomó la decisión porque tenía ganas de complicarse la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario