Dani Marín, Paco Rengel, José María Martín Urbano
20 de octubre,
jueves. “La Semana Santa es maravillosamente igual – me dijiste – cada año”. Estábamos ante ese
trono bellísimo del Coronado de Espinas, Estudiantes,
para ser más breve, mientras voces jóvenes cantaban el “Gaudeamus, igitur…”
Era un Lunes Santo. Nos
habíamos encontrado, sin programarlo en la calle, porque tú José María que
sabías tanto de la Semana Santa o más que de Baloncesto, conocías como nadie
los lugares en los que hay que estar en los momentos oportunos. Los dos, sin
saber o sabiéndolo, habíamos coincidido en Méndez Núñez entre Uncibay y Tejón y
Rodríguez…
Málaga entonces apuntaba a
azahar en los naranjos y olía a incienso en la calle. Ahora, esta tarde que
dice el calendario que es otoño, pero hace tiempo de verano, tú, sin avisar te
nos has ido cuando las choperas se visten de oro viejo.
Todos los periódicos, los deportivos
y los otros, dicen que tú José María Martín Urbano eras con Alfonso Queipo de
Llano uno de los padre del Baloncesto en Málaga. Paco Rengel lo contó como
nadie lo ha contado desde entonces. (Eso no lo dicen los periódicos, pero lo
digo yo). Fue precisamente Paco quien me llevó hasta ti. Y entre Paco, Alfonso
y tú trajisteis a las Semanas de Cultura de Los Llanos en Álora a aquellas
figuras del Unicaja (ya estaba hecha la fusión con Maristas) para que los niños
tuvieran de cerca a la élite del Baloncesto…
Tú eras un hombre de procesiones, o sea de Pasión, de Pollinica, de los Santos Patronos y aunque la Semana Santa sea maravillosamente igual cada año, tú, José María, como Alfonso y Paco no lo erais. Rompíais moldes. Yo te conocía, lejanamente, de cuando eras el maestro más joven de la Aneja de la Normal y yo aterrizaba por allí. Luego, la Escuela Hogar de Coín, y tu amistad entrañable con Paco…
Recuerdo que en un viaje
vuestro: Paco, Rosi, Maribel y tú. Paco me llamó desde Salamanca y me
preguntaba por no recuerdo ahora que punto de interés que andabais buscando.
Ahora pienso también mucho en Maribel… ¡Dios mío, Dios mío!
Por cierto, he llamado a Rosi.
Le he dicho que hoy, por otras circunstancias, no he podido estar contigo en le
Gastronómico. Estamos rotos todos. Paco Valverde y Dani Marín han publicado
palabras entrañables, Ramón Varea dice que habéis estado hablando de tu Jesús
de Pasión… El teléfono no para. Una nota común: consternación. No es momento de
Gaudeamos pero sí de decirte que nos has hecho una faena, amigo.
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