domingo, 31 de julio de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. España desconocida:Valvanera



  Monasterio de Valvanera. La Rioja (España). Al fondo la Sierra de la Demanda

 

31 de julio, domingo. “Fina y galana / la Virgen de Valvanera/ fina y galana / y aunque bajara del cielo / no hay pintor que la pintara” (Jota).

Subir hasta Valvanera es entrar en contacto con la naturaleza agreste y viva de las estribaciones orientales de la Sierra de la Demanda, que con la de Cameros cierran La Rioja por el Sur. Subir hasta Valvanera es encontrarse con la paz y el sosiego y con las brisas frescas que agitan los matorrales al romper la mañana.

La carretera arranca en el valle junto a Nájera. Cruza riberas de huertas y se escolta de álamos y choperas que marcan un horizonte verde y ondulante. En Bobadilla termina el somontano (territorio situado en la falda de una montaña) entre el Pico de la Perdiz y el Monte de la Dehesa en Baños de Río Tobías.  El río – el Najerilla – es un río de curso alto. Baños de Río Tobías ofrece al viajero troncos de chopos apilados en forma de pirámide y una iglesia dedicada a San Pelayo.

El paisaje es quebrado con prados y ganados que pastan en las cercanías de un caserío. En Matute donde el valle es precioso, las casas – con geranios en los ventanas -  son de piedra y los tejados ocres y ponen pinceladas rojizas entre tonalidades de verde.

La carretera serpentea rumbo a la Demanda y en Anguiano el viajero sabe que entra en la sierra. Robledales, pinos y chopos y un abundante matorral visten las laderas. Pregonan tierra fresca y con abundancia de agua. Las cumbres cercanas a los Mallos de Anguiano muestran las señas de un bosque quemado. El río encajonado y profundo arropado de nogales y fresnos, de alisos y hayedos, caracolea con la carretera que asciende en sentido opuesto a la corriente del agua.

Un puente estrecho cruza el río de nuevo y, monte arriba conduce al viajero hacia el rincón que conforman el Pancrudo, el Ocijo, la Umbría y el río Zancos. El monasterio es una mole de piedra ribeteada de ladrillos vistos. Diversos estilos se entremezclan – el gótico con el mudéjar – y culminan en un edificio soberbio.

Un grupo de gente joven participa en el interior del templo en un oficio religioso. Fuera el viento que mece las ramas ofrece distintas tonalidades de verde y, arriba, el horizonte de las cumbres, el azul limpio del cielo se ve entrecortado por las nubes que pasan…

 

sábado, 30 de julio de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

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Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Morena y chiquitita


                            


                     Virgen de Flores, copatrona de Álora (Málaga)


30 de julio, sábado. El Santuario de Flores se asienta a poco más de dos kilómetros del centro del pueblo, en las faldas del Monte Hacho, en la margen derecha de la antigua carretera de Málaga a Sevilla por Peñarrubia, pero que todos conocen como la carretera de Carratraca por el Tajo Azul y el Puerto de Lucianes…

Desde su explanada se divisan, a la derecha, la mole caliza de la Sierra de Abdalajís con el pico Huma como su altura más señera seguido de la Capilla, entre ambos, el puerto de Flandes; las Cuerdas, las Orejas de la Mula, El Torcal; las sierras de Loja, Gibalto, Camarolo y el Santipetri en Los Lagares; a sus pies, el río Guadalhorce abre una vega feraz camino del mar cercano entre meandros pronunciados y escoltado por el vergel de las huertas.

En el santuario de Flores hace más de quinientos  años que se venera a la Virgen de Flores. La devoción llegó de la mano de los hijos de Encinasola pueblo del antiguo Reino de Sevilla, a orillas del Múrtiga que hace frontera con Portugal y donde se rinde culto a una imagen con la misma advocación. Venían, también, otros de las Cumbres, de Freixenal, de Estepa…, que acompañaban a las tropas de los Reyes Católicos en el final de la guerra contra el reino Nazarí de Granada.

La imagen actual es posterior. Se hizo – desconocemos el nombre del tallista – en Sevilla y la entregó la reina Isabel a vecinos de la ya conquistada población de Álora que se conquistó en el mes de junio (los historiadores no se ponen de acuerdo, pero parece como fecha más aceptada la del 22) en 1484.

Es una imagen pequeña, en talla de madera que abandona los cánones del gótico flamígero para adentrase en una imagen renacentista. La Virgen sostiene en su mano izquierda al Niño Jesús. Ambas imágenes se presentan habitualmente vestidas.

El Santuario fue custodiado por franciscanos recoletos (llegaron en 1590) hasta la desamortización de Mendizábal en 1835. La copla dice que es “morena y chiquita”. No está descaminada. Decía Santa Teresa que rezar cantando es orar dos veces. Está entronizada en un camarín, precioso, que preside el templo. Un rosario de personas diariamente, a cualquier hora, acude al santuario para postrarse ante ella. A la Virgen se le reza, se le pide, se le cuentan las cosas…

viernes, 29 de julio de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

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Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El Chorro y otras cosas

 


     Estación de El Chorro (Álora). Línea de ferrocarril Málaga-Córdoba


29 de julio, viernes. Por puro azar me ha llegado un libro excelente. “Guía del Visitante. Desfiladero de los Gaitantes”, de varios autores y publicado por Diputación Provincial de Málaga, junio, 2022. Solo tiene un defecto, la dichosa manía del papel satinado, que para los que somos aficionados a la lectura nocturna, el brillo del papel es una tortura.

Trata la Guía un pontón de puntos. Hoy me quedo con lo referente al paisaje de El Chorro. En referencia histórica (hacen un barrido por textos de varios autores) se remontan al pasado y muestran fragmentos con carácter descriptivo.

Francis Carter en el libro segundo de su Viaje de Gibraltar a Málaga publicado en 1777 hace una referencia al espacio físico: “… río de Álora que también nace en Sierra Blanquilla, cerca de El Burgo [habla de Turón, naturalmente] … precipitándose por la famosa garganta de Villaverde [ahora, ya es el Guadalhorce, donde desembocó] y Abalariz, rodea Álora”.

El botánico austriaco Heinrich Moritz Willkomn (1821-1895), comenta cuando llega en tren desde Granada en 1873: “la estación de El Chorro, en el lugar más salvaje y estrecho de aquel valle donde a derecha e izquierda caen diversos arroyos en cascadas espumosas sobre las rocas breñosas  y el tren atraviesa  una altura vertiginosa”.

El austro-húngaro Rodolfo de Hasbsburgo-Lorena (1858-1889), coleccionista de pieles. Viene en 1879 también, de Granada, siguiendo a las grandes rapaces, llega a El Chorro y comenta: “Al tren que pasa atronando por un largo y estrecho valle, los sobrevuelan continuamente los buitres. Frente a una pequeña estación se levanta una pared rocosa de vertical desplome…”

El biólogo malagueño José Arévalo Baca (1844-1890) publica en 1876 La Sierra de la Juma (Provincia de Málaga) y acerca del Guadalhorce comenta: “… viéndose obligado a caminar trabajosamente por entre rocas eruptivas y precipitarse por angostas  cortaduras en el sitio conocido por los Tajos del Gaitán, que puede considerarse  como los gigantescos contrafuertes de la alta Sierra de la Juma, la cual se eleva imponente sobre ellos en la margen izquierda del río, quedando este encajonado entre ellos  y las altas cumbres [no lo menciona pero hace evocación de Las Mesas de Villaverde] del lado opuesto”.

El Chorro, un lugar para soñar, un lugar donde la imaginación siempre se va a quedar de este lado, donde los recuerdos de otros momentos enaltecerán los de ahora…

jueves, 28 de julio de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

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Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. La calle de entonces

 


Calle Erillas. Álora (Málaga). La primera, a laderecha, con dos balcones, mi casa...


28 de julio, jueves. La primera infancia del niño huele a calle Erillas. El niño nació en el Callejón. Pasado un tiempo, le pusieron un nombre más rimbombante y lo llamaron Veracruz. El niño nació por encima de la baranda frente a la barbería de Andresito.

Vivió allí hasta que murió su padre. Aún no había cumplido tres años cuando se lo llevó un maldito tifus…, y, entonces, se trasladaron a la calle Erillas. Una calle larga, con personalidad que tiene varios tramos. Uno, de una sola acera; en la medición, a la izquierda, una calzada; y al final, una cuesta empinada desde donde se ve El Hacho pero que solo pueden hacerlo los que se llegan hasta allí.

Su infancia huele a vecinos entrañables. A un lado, Juana, mayor y gruesa, con el pelo recogido en un rodete, sentada en un sillón con reposabrazos. Paca, Mateo y Joaquina…y Paquito, hermano electo. En su casa había una llave de la mía; al otro, Inés y sus hijos y Dolores, su hermana que era soltera; enfrente, el Maestro Paquirri y Pepa y Juana y Alonso que tocaba en la rondalla y Beli…

Un día el niño comenzó a darse cuenta de las cosas. Su madre, le dijo:

-         Cuando murió tu padre, “el Sordo”, no abrió la taberna, que estaba enfrente, a pesar de ser víspera de feria en señal de respeto, para que lo sepas…

-         Sí, mamá…

Otro día, le contó, que el hermano de Jeromo, “el Meíno”, ató su pañuelo al asa de la caja de tu padre para que nadie le quitase el sitio a su hombro porque era su amigo, para que lo sepas…

-         Sí, mamá…

El niño sabía que cuando iban a la huerta, preguntaba:

-         Papá, ¿cuándo me vas a coger en los hombros?

-         En la punta…

-         ¿Y dónde está la punta? preguntaba.

Y, entonces, su padre se ponía en cuclillas y decía:

-         Aquí mismo…

Mañana harán setenta y tres años que al niño se le fue su padre. El niño notó la ausencia de la mano a la que asirse y se refugió en el calor de los besos de quienes se sentía querido. La calle Erillas olía entonces, a niñas jugando a la rueda en las tardes de mayo y a partidos de fútbol con dos piedras como postes cuando no había bestias amarradas en las rejas…

 

 

 

 

 

miércoles, 27 de julio de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

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Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Uvas

 


27 de julio, miércoles. Ya pintan, ya pintan… y es que, entre Virgen y Virgen, – el Carmen y la Asunción – siempre apuntan ellas. Antes cuando las variedades autóctonas no habían cedido paso a las otras, a las que llegaban de otras tierras, competían tiempo y mesa con ciruelas, sandías y melones. Ahora, la oferta en el mercado es tan extensa que casi no han desaparecido a lo largo del año, pero con estas, las del tiempo de la calor, no hay quien pueda.

Madrugan los mirlos para sus visitas mañaneras. Ya amanece un poco más tarde y no es de día antes de las seis y media. El sol apunta con sus primeros rayos por las Lomas de Cucú cuando el reloj ha pasado con creces las siete. Es más, les diría que casi ‘y media’… Ya se sabe, la traslación de la tierra y esas cosas que nos enseñaban en la escuela.

Las uvas de mesa vienen antes que las uvas de vino. Septiembre es mes de vendimia. En la Axarquía, esa tierra bendita a la que el hombre ahora saca productos subtropicales además de la uva moscatel, esas lágrimas como los suspiros del amor, se comenzaba a recolectar bien entrado agosto…

Entonces sí vendrán los ajoblancos como tienen que ser y no con esas – iba a poner algo políticamente no correcto –  mamarrachadas que han inventado en la nueva cocina. Cualquier día nos encontramos “ajoblanco con pringue colorá”. ¿No me creen? Al tiempo. Hace unos  – tengo testigos, tomé uno con helado de aguacate… A mi amigo, que fue el pagano, por cierto, lo sangraron y bien. (No hace falta decir que nosotros éramos los únicos comensales del restaurante).

Están las parras con los racimos a pedir de mano. Es la tentación. Están como en aquel momento cuando el Lazarillo iba por tierras de Almorox, en compañía del ciego y deciden dar cuenta, junto a un vallado, de un racimo regalado. Tratan de comer en armonía, pero tras la mudanza de propósito…

-         Lázaro, engañado me has…

-         Y ¿en que lo conocisteis vos? replicó el pillo

-         En que yo comía de dos en dos y tú callabas…

Están para eso, para comerlas de dos en dos, de tres en tres… Están a pedir de mano y a pedir de mirlos tempraneros que saben mejor que nadie cómo van en su grado de azúcar…

 

 

martes, 26 de julio de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

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Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Torremolinos, Babel

 



                   Calle San Miguel. Torremolinos (Málaga)


26 de julio, martes. Poco más de las ocho de una mañana de terral. Me siento en una terraza de la Plaza Costal del Sol, entre el restaurante Antoxo y el Bar Jerez. Ya empezamos. Aquí el mapa se da la mano, aunque Galicia este en un extremo y la tierra del Xerry, en la otra. No hay distancias. Espero. Llega una chica rubia. Acento de otra tierra aún más lejana. ¿Nórdica? Seguro. ¿Torre de Babel? Casi…

-         Por favor, un café con leche pequeño, y tostada con aceite y tomate. (Uno ni es original ni rompe moldes).

Pasa un tiempo. Trae el café. El resto del servicio, no. Vuelve. Ahora vienen las dos tostadas y el tomate, pero no el aceite…. A pesar del terral las tostadas se enfrían….

-         Por favor, señorita, el aceite…

Ah, sí... Coge una botella de una mesa cercana. La deposita sobre la mía… El aceite, de Granada. Intento leer la variedad. La letra es muy pequeña. No lo consigo. Es un aceite fuerte y con color de gitano que anda caminos. Se me juntan cada vez más los puntos del mapa.

Un nota, un par de mesas más allá, diserta en discusión acalorada con la chica que vende cupones de la Once en una cabina sobre la situación de la igualdad de sexo, y casi va terminar, por el camino que lleva, en el sexo de los ángeles. Digo que va a terminar porque pago la consumición y me levanto.

Me echo a andar. Aún están cerrados los comercios de la calle San Miguel. Dos, tres persianas subidas, poco más. Hay un establecimiento de regalos abiertos en el Pasaje de Santa Ana; en la calle Cauce un chino ofrece bolsos. Dentro de un rato, esto será un hormiguero de gente…

Vuelvo sobre mis pasos.  Persianas a media altura. Rematan la faena de limpieza...

-         Señora, ¿una ferretería?, por favor…

-         Un poco más adelante, al revolver…

Me adentro en la Plaza de la Unión Europea. Abrasa el aire. En un banco de mampostería dos viejos sentados bajo un ficus… Saco una foto de la calle. Sé que de dentro de un rato aquí no se cabe. Torremolinos será, ininterrumpidamente, hasta bien entrada la madrugada, un trasiego de gente que va y viene. “Parfois”, “Pashmina”, “Bar El Toro”, “My Fhone”, “Change”, “Mico”, “Touch complements”, “Helados Marrakech”, “8 Kt- Gold Ca Pearls Mond”…  ¿Torremolinos?  Mejor, Torre de Babel.

lunes, 25 de julio de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

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Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Athene Noctua



25 de julio, lunes. Hay libros; hay libros extraordinarios; hay libros únicos, excepcionales. Hay… Athene Noctua. Leo, avanzo, releeo, vuelvo a avanzar, me vengo otra vez sobre lo leído, sigo.  Entorno los ojos. Dejo que pase un rato. Pienso. Me pregunto ¿Dios mío, como se puede escribir tan bien? Mejor, tan requetebién.

Antonio García Barbeito, Athene noctua. Ediciones de la Isla de Siltolá. Sevilla 2022. O sea, calentito, recién salido del horno. ¿Del horno que estos días cuece a Sevilla y al resto de España? No, no. Del horno donde solo se cuecen las cosas grandes y este libro pequeñito - porque las buenas esencias, ya se sabe… - es lo mejor que ha caído (podría decir que casi lo mejor, pero mentiría y yo no soy mentiroso) en mis manos en lo que va de año. ¿Superarlo? Bueno, para Babeito hay pocas cosas que se le resistan.

Comienza: “Otra vez los suspiros y las prisas, / el timbre del teléfono, la hora, /que no es la del reloj y suena ahora….” Y en mi recuerdo resuena su voz de la primera que vez que hablé con él. Era de noche - ¿Cómo en San Juan de la Cruz?, no sé, no sé… Recuerdo, tras el saludo, no nos conocíamos de nada. ¿Tú eres el Morales…? Le dije que no, le dije quien era  y ahí comenzó algo, ¡bendito sea! que dura desde entonces…

Ha publicado Antonio en este libro algo así como una biografía del amor. Este hombre que se ha bebido el amor sorbo a sorbo, ahora, de pronto, cuando ya le rebosa la plenitud de saber llamar a las metáforas por su nombre, saca a pasear los sentimientos más recónditos de su alma, a eso algunos lo llaman amor, y nos lo regala aliñado con pinceladas del Guadalimar, de los olivos, del campo… Uno se pregunta si el campo es otro campo en la palabra de Barbeito y… se queda sin respuesta.

Es un libro delicioso. He tardado en decir públicamente, a él ya se lo he dicho, lo que se me viene con su lectura, pero a ustedes no, y creo que era una deuda de las que deben pagarse. Termino en el mismo soneto que comencé: “Otra vez - esta vez -, ese latido / que te despierta el corazón dormido / para engañarte frente a los espejos”.

 

domingo, 24 de julio de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

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Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. España desconocida: Covarrubias

 

              

Colegiata de San Cosme y San Damián. Covarrubias. Burgos. Foto: Rafael Nuño.


24 de julio, domingo. Acariciada por el río Arlanza que lleva sus aguas al Duero se asienta entre lomas onduladas, en la Meseta de Carazo a la sombra, no lejana, de las sierras de las Mamblas, Provincia de Burgos, lugares de la cordillera Ibérica…

Está íntimamente ligada a la Historia de España. Covarrubias, a veces, es la propia historia de Castilla, de tal modo que parte de su subsistencia en el tiempo se debe a las huellas ‘del buen Conde’, al Infantado, o al Archivo del Adelantamiento. Fernán González, Garci Fernández, doña Urraca o doña Sancha hicieron con su nombre más por el pueblo que quizá todo el devenir de siglos posteriores.

Covarrubias es, también, un tesoro recóndito en el páramo castellano. La sola presencia del Tríptico de los Reyes Magos ‘la joya mimada’  - sin excluir todo lo demás  - es suficiente para justificar un viaje.

El pueblo ha conservado el sabor y el saber que se acumula con el tiempo. Recio de castilla, pero conocedor del aporte económico que deja el visitante, ha conjugado las glorias pasadas con las más modernas técnicas de comunicación. Ha conseguido unir dos eslabones con más de setecientos años de distancia en los que Castilla  - Covarrubias y Tonsberg en Noruega – se han unido gracias a una desconocida princesa vikinga enlazada en matrimonio con un hermano del Rey Sabio y muerta en Sevilla en el siglo XIII.  Por aquí pasó la Historia con nombres y apellidos.

 Una bandada de torcaces levanta el vuelo desde un rastrojo cercano a la carretera. Alternan los campos de lavandas - azules, morados, violetas – con páramos secos y desiertos.  Camino de Retuerta, el viajero ha preguntado a un viejo rechoncho, tocado con una boina negra. Esta apoyado en un bastón y deja pasar las horas lánguidas de la siesta del páramo, a las sombras de una peña.

-         Abuelo, ¿cómo se llama esta sierra?

-         La sierra.

-         Y ¿el desfiladero?

-         Nosotros lo llamamos el desfiladero.

Covarrubias debe visitarse temprano, las horas más cercanas si es posible a la salida del sol o cuando declina la tarde porque por aquí vino y se quedó parada el tiempo. Después siguió camino para detenerse en La Yeca y escuchar el graznara de las urracas, camino de Silos donde si se detuvo a rezar un rato en gregoriano. Ya ven, cosas raras que le ocurren, a veces, a uno.

 

sábado, 23 de julio de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

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Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Felicidad

 


            Estagira. Grecia. En este paisaje creció Aristóteles...


23 de julio, sábado. El mundo – los que vivimos en el mundo – da palos de ciego. O sea, palos al aire sin saber ni a quién, ni por qué, ni hacia dónde. Nos lanzamos hacia algo que, en teoría, nos lleva o creemos que nos puede llevar a una utopía que se llama felicidad. Ansiamos la felicidad. La palabra no se cae de la boca. “Feliz Navidad”, “Feliz cumpleaños”, “Feliz onomástica”, “Feliz Año Nuevo”… No conseguirla, acarrea frustraciones.

Buscamos y no encontramos. ¿Buscamos en el lugar adecuado? Y segundo ¿qué buscamos? Las dos preguntas tienen un montón de respuestas. En la vida no todo es negro o blanco. Hay matices, y en función de que nos acerquemos o nos alejemos pueden ocurrir muchas cosas.

Decían que el hombre feliz no tenía camisa. Era una manera de despreciar lo material, ignorarlo y si me apuran incluso cambiarlo por la espiritualidad. (Pensemos en los anacoretas de los desiertos). Ahora me viene a la mente una anécdota de un hombre intelectualmente muy bueno, don Manuel González Ruiz, ensombrecido por la gran mente de su hermano, José María. “Las monjas, comentaba un día, dicen que no están en el mundo, que sepamos, en el cielo no están; en el purgatorio, tampoco; en el infierno, por supuesto que no. ¿Alguien de ustedes sabe decirme donde están las monjas?

Hay quien busca la felicidad en el sexo, en la droga, en esa inquietud permanente de poseer más y más, en la ambición insatisfecha, en el narcisismo, en la aceptación por los otros, en el poder, en cambiar de sitio, de amigos, de costumbres, de lugares… Da la impresión de que en todo ese conglomerado se puede vender cualquier cosa menos felicidad.

Aristóteles nació en Estagira (Grecia) 384 años a. C. y murió con ‘solo’ - ¿ven? la felicidad de alagar la vida-  62 años después de dejar los cimientos de la Filosofía clásica, que rige el pensamiento desde entones.  Muchos de los pilares que dejó puestos, a pesar del tiempo transcurrido, no se han modificado.

Por puro azar, me llegó uno de sus mensajes. Una de esas maneras en las que Aristóteles sentó cátedra. “El fin principal del hombre, dijo, es lograr la felicidad, pero esta no se deriva del placer sino de hacer el bien a los demás y cumplir el papel que, cada uno, tiene, reservado en la vida”. Hasta hoy, nadie ha podido rebatírselo.

viernes, 22 de julio de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

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Una hoja suelta del cuaderno de bitacora. Y Dios estaba allí

 

       

                  Calar Alto (Almería)


22 de julio, viernes. El Calar Alto, en la Sierra de los Filabres, no está donde Cristo dio las tres voces, pero casi. Su altitud, la baja o nula contaminación lumínica y la zona expedita facilita el avistamiento del Universo por las noches y si es clara y de verano, entonces, más.

A Calar alto se puede llegar desde varios sitios. Directamente desde la autovía Guadix-Almería; desde Gérgal; desde Serón dejando a un lado, a la izquierda, el abandonado yacimiento minero de otro tiempo, de Las Menas; desde Bacares después de coronar el Cerro del Layon…

La carretera – más de 2.200 metros de altitud – de buen piso, salvo en la desviación que conduce al Centro de Investigación que lleva el Instituto de Astrofísica de Andalucía. Es una carretera de montaña con muchas curvas y balizas de indicación en las nevadas de invierno,;pinares de repoblaciones y zonas donde aún pervive la vegetación autóctona: centauras, retamas, aulagas, esparto… En la cumbre, cúpulas de observación.

En el centro de recepción de visitas concertadas, una persona experta en astrología, en un vocabulario asequible a los profanos, explica ‘algo’ del universo. Las constelaciones del Zodiaco, las que están fuera, los nombres que arbitrariamente les dan los hombres, la estrella polar perpendicular al eje de la tierra, el por qué se ven estrellas diferentes en verano o en invierno...

Luego, con un frío que se metía en los huesos – 14º en la mediación del mes de julio – nos enseñaban con un telescopio esas partes del Cosmos, incluido Saturno con su anillo, que  desde las tierra es solo una estrella más, salvo que no parpadea porque que es un planetas y que no son accesibles al ojo humano. Solo pueden verse a través del telescopio.

Nebulosas, constelaciones, estrellas a más de ¡venticinco mil años luz! (Sabiendo que la luz del sol tarda ocho minutos en atravesar su zona de influencia, o sea el sistema solar…) Distancias siderales, inalcanzables, por su exageración, a la capacidad de asombro de la mente humana.

Cuando terminó la experiencia le comenté a la persona que nos acompañaba que sacaba dos conclusiones: la presencia de alguien que rige todo eso y al que yo llamo Dios y mi insignificancia, ante la magnitud de todo lo que había podido encontrar en medio de aquella oscuridad con un frío aterrador. La chica me contestó que la naturaleza es asombrosa. No entré en discusión. Solo supe que Dios estaba allí.

jueves, 21 de julio de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

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Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Tranvías

 



              Tranvía de El Palo (Málaga). Pintura naïf. Jaime Rittwagen


21 de julio, jueves. Eran artilugios monocordes que transitaban por la ciudad. El niño, cuando su madre lo llevaba a Málaga, alguna vez se subió en un tranvía. Era el tranvía de Huelín. Venía desde la periferia hasta el centro. El tranvía por unos raíles equidistantes y con un ruido metálico llevaba a los viajeros hasta un destino que, entonces, al niño le parecía muy lejano.

El tranvía se unía a la electricidad que iba por los cables con un artilugio que le llamaban algo así como ‘trole’ y que permitía su movilidad. Cuando llegaban al final del trayecto, un hombre auxiliar que no era el conductor porque en el tranvía iban el conductor y el cobrador que se situaba junto a la puerta trasera y que bajaba el artilugio y que luego lo volvía a conectar. Sin la pericia de ese hombre el tranvía permanecía inmóvil.

Otro hombre, al que el niño no conocía, y que muchos años después fue su amigo, escribió aquello de “un tranvía de sol con jardinera”. De ese hombre, Enrique Molina le dijo un día a Alejo García: “esto es ser poeta, esto es poesía”. Ese hombre en el poema habló, además, de carreras de sirenas y delfines en los Baños del Carmen y de una guerra acabada y de que él entonces “estudiaba segundo de jazmines”

El tranvía en unas baldas de madera, que sobresalían por encima del techo, anunciaba “Anís del Mono”, “Ceregumil” y cuchillas de afeitar de la marca La Palmera y otras, que en su cajita tenían pintada la más bella de las flores, una Rosa. Muchas espinas protegen la belleza más efímera. Estos tranvías con su publicidad, otro hombre que entonces el niño tampoco conocía y que luego también fue su amigo, los pintó en unos cuadros deliciosos que llaman pintura “naïf”.

El tranvía tenía unas ventanillas de cristal. Algunas ni subían ni bajaban. En los días de invierno, con la marcha entraba un aire frío, o al menos al niño le parecía muy frío, y su madre le decía: “cierra la boca, no seas que te resfríes” Y el niño obediente así lo hacía…

El niño miraba asombrado los edificios de la capital y los coches que adelantaban al tranvía y los carromatos tirados por caballos que llevaban sacos con mercancías… Entonces el niño aún no sabía que la felicidad, como el amor, como aquel mismo tranvía se van, lentamente…

miércoles, 20 de julio de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

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Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Y, ahora, el cambio climático


 

 Incendio en la Sierra de Mijas. Alhaurín El Grande. (Málaga)


20 de julio, miércoles. Hace muchos años, cuando no existían los Centros de Salud y el médico pasaba consulta en su casa, si no lograba acertar con el diagnóstico del enfermo, solía decir: “esto es alergia”. La alergia algo que muchos sentían, pero que nadie explicaba qué era, asumía todas las culpas.

España - otras partes de Europa, también – es pasto de las llamas. Se han desencadenado los incendios y la sola enumeración podría dar la sensación de que uno se las anda con el listín telefónico, aquel de las páginas amarillas, en la mano.

Parece que la culpa de todo la tienen la ola de calor (que algo tiene que ver) y el dichoso ‘cambio climático’ (que también). Vamos, algo así como si uno tiene goteras en el tejado y le echa la culpa de que el desván se moje, a la borrasca que entró por Estrecho o la tormenta que se presentó sin avisar.

A todos nos gusta vivir entre árboles; si son frondosos y muy verdes, mejor. Nos encanta escuchar el canto de los pájaros al amanecer y el arrullo de las tórtolas en las horas de la siesta. Nadie ve que es un disparate edificar en medio de un pinar. Unos porque cobraron tasas e impuestos; otros, por el disfrute de su residencia. Nadie se ha parado a pensar que una piña ardiendo es un proyectil que se salta el cortafuegos y que un pino arde como una tea…

Hemos criminalizado a los pastores que andaban por el monte. El ganado lo limpiaba de brozas y maleza. La cabra ramonea; la oveja, no. La oveja come a ras del suelo. Es preferible el rebaño a la piara, el pastor al cabrero. Llegaban a los lugares más escarpados entre riscos y cañadas y todo lo dejaban limpio. Ahora es más estimado el lobo y el zorro que el mastín del pastor. Así no va.

Se escuchan un montón de tonterías. Cincuenta ovejas en un monte limpian más yerba en un día que una cuadrilla de cien hombres en una semana… A eso se le añaden otras connotaciones, por ejemplo ¿qué economía puede sostenerlo? ¿Saben el coste de jornal y seguridad social de un hombre al día? Conviene no olvidarlo.

Cuando un monte se quema no arde solo lo que es del señor conde. A ver si nos enteramos, ecologista de pacotilla y nos dejamos de pamplinas…

martes, 19 de julio de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

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Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Mi amigo Paco

 

 

                           


               Cabo de Gata. Almería. 


19 de julio, martes. Me las andaba yo el día de la Virgen del Carmen por tierras de Almería. La noche antes tuvimos una experiencia inolvidable en la cima del Calar Alto. causadas por un montón de vicisitudes que solo les pasan a los viajeros intrépidos que nos vamos a los lugares donde no suele ir casi nadie…

Realizamos unas gestiones en Almería en esa misma mañana y, por la tarde, nos fuimos al Cabo de Gata, el de aguas turquesas y cristalinas, el del acantilado que llega a adentrase en la mar y compite con las aguas para delimitar cada uno sus terrenos…

Me acordé de mi amigo Paco. No podía ser de otra manera… Mi amigo Paco nos propuso, hace un puñado de años, irnos a ver una corrida en la plaza de Toros de Almería, porque tomaba la alternativa uno que decían que era el sustituto de José Tomás, santo y devoción de mi amigo Paco.

Carretera y manta y Miguel Ángel, mi amigo Paco y el que suscribe, aterrizábamos un mediodía caluroso de verano en El Alquián. ¿No lo conocen? Verán, está pasado el aeropuerto, pero antes de llegar al Cabo y muy cerca de la playa. Su peculiaridad – mi amigo Paco conocía como nadie los lugares donde mejor se comía- reside en que se elige el pescado, lo pesan y te lo cocinan. De entre otros bichos, dimos cuenta de unos San Pedros excepcionales.

Después, en la plaza, nos invitaban a merendar porque en Almería tienen costumbre de sacar la merienda tras la lidia del tercer toro. Gente solidaria, entendía que no comíamos por cortedad y era porque no entraba ni el aire que, por cierto, en Almería con una huelga de recogedores de basuras… Pues eso.

Mi amigo Paco se fue en el segundo toro. Dijo que no aguantaba aquello, que aquel torero no se le parecía a José Tomás ni en el traje de luces… y que nos esperaba en una cafetería del centro y que nosotros aguantásemos todo lo que se nos iba a venir después…

Lo he recordado. Desde entonces no pasaba por las cercanías de El Alquián. A mi amigo lo recuerdo muchas veces, en soledad, con otros amigos, cuando por alguna causa veo los barcos venir como aquella tarde de la procesión de la Virgen del Carmen en El Palo… Me acordé de mi amigo Paco Rengel. Ya ven, uno es así…

lunes, 18 de julio de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 Para ti...




Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El Bosco

 

 

                          


   El Bosco. El Jardín de las Delicias


18 de julio, lunes. Jerónimo van Aken  (1450- 1516), nació en Den Bosch, una ciudad al norte del ducado de Bravante, en Holanda, a la que el artista unió su nombre para siempre al firmar sus cuadros como Jheronimsus Bosch, dejando patente su origen. Desde entonces se le conoce como “el Bosco”.

Gracias a ser admirado por nuestro señor el rey don Felipe, el  II - que Dios tenga en su Gloria y al artista, también – una pequeña porción de sus cuadros se guardan en el Museo del Prado. El Bosco es un pintor desconcertante – siempre vivió en su ciudad de origen - igualmente que su obra. Reseñar lo que aportó al mundo del arte, imposible. La más universal de todas sus tablas es la conocida como “El Jardín de las Delicias”.

La obra ya en su presentación, es un misterio. Le da la forma de tríptico: representa la creación del mundo y al abrirlo, en sus tres apartados, aparecen las delicias de la vida con todos su pormenores y peculiaridades. Refleja todos los placeres. Se entiende ahora, el nombre que el artista le da a la tabla.

Alcanzó la fama ya en vida por su originalidad y estilo. Después de su muerte, durante todo el siglo XVI, muchos coleccionistas ya trataron de hacerse con su obra. Discípulos y seguidores lo copiaron, imitaron e incluso falsificaron su firma. Su fama ya en vida fue extraordinaria.

La capacidad de invención fue enorme. Las técnicas modernas de análisis de los cuadros a través los rayos infrarrojos y Radiografías, aportan una información exhaustiva de qué pintaba y cómo lo hacía. Su técnica, su mensaje, su tratamiento tan personal y tan original, lo han convertido en uno de los pintores más admirados y, al mismo tiempo, más estudiado en la búsqueda del tratamiento que daba a sus cuadros. El Bosco es un pintor enigmático, sorprendente. Trata la superficie como no la han tratado otros pintores y, además, en el fondo de todo, subyace un mensaje en ocasiones indescifrable.

En los tiempos actuales donde el arte se ha convertido en inversión de fortunas poderosas, la obra del pintor neerlandés ha alcanzado una revaloración impresionante. El surrealismo, además, lo tuvo como uno de sus pintores precursores y lo convirtieron en estandarte. El icono de su testimonio pictórico, y, al mismo tiempo una escuela seguida después, se llama “El Jardín de las Delicias”. Su autor: Jheronimus van Aken…

 

 

domingo, 17 de julio de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 Para ti...




Una hoja del cuaderno de bitácora. España desconocida: Jorox

 


  Jorox (Málaga)


17 de julio, domingo. Está a la izquierda, conforme se sube entre Alozaina y Yunquera por la carretera que va de Málaga a Ronda por el Puerto de las Abejas, antes de llegar a El Burgo, y luego, por el Puerto del Viento que se viste de lirios en primavera…

 

Jorox es naturaleza viva. Y primor de la vida entre vergeles de naranjos. Y agua y roca caliza, y valle que se abre sobre un precipicio como si a piruetas de saltimbanquis, la naturaleza se ofreciera en capricho único.         

                                     

Si vas bien de tiempo - y si no, búscatelo -  te sugiero que te sientes junto al puente y contemples cómo se precipita el agua, abajo, en todo lo hondo del barranco y a lo lejos; por el contrario, la sierra parece acariciar el cielo. Es la Torrecilla. Más de mil ochocientos metros. El pico más alto de la provincia. Si es invierno y llovió recientemente, estará con un velo blanco porque el agua se hizo nieve…

 

Estás en un corredor natural entre sierras con abundancia de agua y comprenderás por qué sobreviven dos puentes romanos y que por cierto, llamaron al lugar “Juncaria”, que dicen que significa  “prado de juncos” y que los árabes sembraron los naranjos de los huertos, y dados a hablar de árabes, al igual se te viene una sonrisa cuando recuerdes que en Yunquera te recomendaron la visita a la ‘ermita árabe’, y que además te dijeron que está a medio kilómetro del pueblo, y te especificaron que sobre un cerro. Y es que puestos a vender lo propio, pues eso..

 

Mientras te repones de tanta belleza, continúa la bajada hacia Alozaina. Caminas entre laderas de pinos que sembraron para repoblar la sierra y para que tú goces de su verdor y de la música, que sólo interpreta cuando corre entre pinares, el viento.

 

Baja con precaución. La carretera es un puro caracoleo donde se suceden las curvas para no construir puentes y para salvar los desniveles. Lo de la economía que aprovechó para asfaltar los caminos de herradura y esas cosas que se hacían antiguamente. En Alozaina, hazte con un surtido de aceitunas de la variedad “Manzanilla aloreña”. Las preparan como nadie…