Y baja el río trayendo en sus
aguas sabor a retamas y a olivos tiernos, y baja el río con la primavera de
Cazorla en sus entrañas y va camino de la Marisma… y ¿luego? luego Sanlúcar y, ¿luego?,
la mar océana por donde el sol se va cada tarde camino de América. Y baja el Guadalquivir con Sevilla a un lado;
al otro, Triana, y aguas abajo, Coria y La Puebla y…
Y trae sabor a campiñas de trigos
espigados y a campos de siega y en las noches de verano espolvorea esencia del
rastrojo seco bajo un cielo de estrellas lejanas. Zurean las palomas cuando
abre el día y buscan, picoteando, el grano perdido en la tierra…
Refleja el río en el espejo de
sus aguas olivares de Jaén que peinan campos con cortijos solitarios a la
sombra de castillos viejos, de cielos azules que coronan Sierra Mágina, y allá,
enfrente, a lo lejos, pero muy a lo lejos,
ve como se derrite la nieve cuando comienzan las calores del estío y
ven, en las noches lúgubres, como se acercan las lechuzas y vienen a beber en los velones
de aceite de Santa María…. Lo contó un día don Antonio, y si él lo dijo…
Hay un revuelo de sangre de los
Ortega que se pierde entre sus aguas y por ahí se queda parado el aire porque
lo corta la muleta de Joselito o un paseíllo de Curro, o un molinete de
Belmonte que ve como se asoma la Giralda sin clarines ni timbales… Y Gelves, lo
acaricia al irse despacio entre
arboledas en los sotos con lirios morados y pajarillos nuevos.
Coria, camaronera. Coria de
samuráis e historia contenida en los papeles viejos. La Puebla de Morante que
se pregunta, una, y otra vez, más veces y no tiene respuesta: ¿”si esto es una
media, Dios mío, cómo será una entera”?
Federico dijo que era es camino
natural por el que los barcos llegaban a Sevilla. Allí, en su orilla, la Torre
del Oro aguardaba las galeras, pero ¡ay! ya no vienen al caer la tarde, como tampoco se
reparten fechorías, al alba, Rinconete y
Cortadillo en las escalinatas de catedral, ni hay niños soñando faenas de
gloria que abren la Puerta Grande que da al río aquel que besa a Sevilla a un lado;
y en el otro a Triana…
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