martes, 4 de mayo de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Con nombre propio

 




José Carlos Torres, es una joven realidad en el mundo del arte de su pueblo, o sea de Álora, que también es el mío. José Carlos Torres tiene sello propio, algo importantísimo en el quehacer de un artista, a quien se le puede identificar porque marca diferencias.

Hace un puñado de días, cuando terminaba la Cuaresma, pronunció el Pregón de Semana Santa al que yo, por mor de los miedos y la prudencia, no asistí, pero que él tuvo la deferencia de enviármelo. Por supuesto lo leí de un tirón, y cuando terminé, se me vino a la memoria una expresión que quizá lo defina: rompe moldes.

Me quedé sorprendido (no porque no lo esperase, que sí estaba convencido que haría algo diferente) sino por la manera como usó los tiempos del pregón, por su contenido y por su forma. Huyó de los convencionalismos de esos poetas que usan el nombre de la poesía en vano y nos deleitó con algo lleno de profundidad, de enjundia, de mensaje sencillo y llano que abre los pliegues del alma.

Sé que la obra de este joven, tanto en el mundo de plástica como en el de la pintura, es algo tan único, tan singular, tan suyo, que uno cuando se la encuentra delante, tiene la sensación de hallarse ante algo que dentro de unos años – de hecho ya lo hace – cuando irrumpa al reconocimiento generalizado, entonces, a uno le saldrá la satisfacción de poder afirmar: lo vi venir.

Acaba de dar a conocer el cartel conmemorativo del LXXV aniversario del Cristo Crucificado de Estudiantes.  No es el momento de hacer una relación de sus obras, que poco a poco va presentando en diferentes puntos de nuestra Comunidad en la que José Carlos ya irrumpe con la fuerza propia de quien tiene mucho que decir y además lo dice.

Navas-Parejo, con esta talla emblemática en la Semana Santa de Álora, consiguió una obra plena. Cristo – no es una imagen sanguinolenta del Barroco – aparece, no como un Dios muerto sino dormido, en el tránsito de la vida a la muerte. Es la imagen de un Dios todo dulzura, que acoge y que es el que el artista ahora nos acaba de regalar en esta otra obra de su trayectoria fecunda, a pesar de su rabiosa juventud.

No hay comentarios:

Publicar un comentario