Monet, Claude Monet, fue uno de
los pintores creadores de una nueva corriente pictórica el Impresionismo, que arrancó
en torno a 1870. El pintor tenía poco más de treinta años. No estaba solo. En
la nueva corriente, también se integran Renoir, Degas, Pissarro, Matisse… Una
exposición en París, anunció una nueva tendencia del arte en el siglo XIX y la
ruptura con las tendencias anteriores.
La situación económica para el
pintor se tornó difícil. Ya no pintaba obras de carácter realista como en sus
inicios, sino que, impregnado en una mueva manera de ver la realidad que lo envolvía,
quería llevarla al público. Comienza a hacer variaciones del mismo tema, pero
en todas, el color tiene los matices especiales que solo ve el ojo del artista
y luego los plasma en el lienzo.
Dejó París y se trasladó a
Giverny, aguas abajo del Sena, en su confluencia con el Epte, antes de llegar a
El Havre, compró un pequeño terreno, que luego amplió en una adquisición
posterior y allí planta y cultiva flores. Muchas flores, tantas que los colores
son una llamaba constate: azules, lilas, violetas, rojos, verdes, pero sobre
todo, el color azul se va a derramar por toda su obra hasta el punto que la
simbiosis pintor y color son una misma cosa.
Normandía es la región, pero
Giverny, la pequeña localidad que le da acogida en una de sus casas, es la cuna
donde se va desarrollar una de las tendencias más significativas del arte y,
sobre todo su jardín. El pintor lo diseña, lo crea y lo desarrolla en función
de lo que el arte le pide desde dentro. Alguien dijo que entre los nenúfares de
sus estanques, aún está el alma del pintor.
No soy quien para desmentir a quien puede
tener más autoridad, pero me pregunto y ¿si se hace extensiva su presencia en las
rosas, capuchinas, tulipanes, amapolas orientales, junquillos, iris peonías,
narcisos, margaritas…? Monet, plantó sus flores a ambos lados de un camino
central y salpicó el espacio de cerezos, albaricoqueros japoneses…
Luego, sus cuadros con esas
mismas flores, han llenado testeros de privilegio en los museos más
prestigiosos del mundo y sus litografías hacen el gozo de quienes no podemos
llegar a una posesión tan sublime.
El cementerio local de Giverny
acoge a Claude Monet (1926) y a parte de su familia.
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