viernes, 28 de mayo de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Giverny

 

 

                                    


Monet, Claude Monet, fue uno de los pintores creadores de una nueva corriente pictórica el Impresionismo, que arrancó en torno a 1870. El pintor tenía poco más de treinta años. No estaba solo. En la nueva corriente, también se integran Renoir, Degas, Pissarro, Matisse… Una exposición en París, anunció una nueva tendencia del arte en el siglo XIX y la ruptura con las tendencias anteriores.

La situación económica para el pintor se tornó difícil. Ya no pintaba obras de carácter realista como en sus inicios, sino que, impregnado en una mueva manera de ver la realidad que lo envolvía, quería llevarla al público. Comienza a hacer variaciones del mismo tema, pero en todas, el color tiene los matices especiales que solo ve el ojo del artista y luego los plasma en el lienzo.

Dejó París y se trasladó a Giverny, aguas abajo del Sena, en su confluencia con el Epte, antes de llegar a El Havre, compró un pequeño terreno, que luego amplió en una adquisición posterior y allí planta y cultiva flores. Muchas flores, tantas que los colores son una llamaba constate: azules, lilas, violetas, rojos, verdes, pero sobre todo, el color azul se va a derramar por toda su obra hasta el punto que la simbiosis pintor y color son una misma cosa.

Normandía es la región, pero Giverny, la pequeña localidad que le da acogida en una de sus casas, es la cuna donde se va desarrollar una de las tendencias más significativas del arte y, sobre todo su jardín. El pintor lo diseña, lo crea y lo desarrolla en función de lo que el arte le pide desde dentro. Alguien dijo que entre los nenúfares de sus estanques, aún está el alma del pintor.

 No soy quien para desmentir a quien puede tener más autoridad, pero me pregunto y ¿si se hace extensiva su presencia en las rosas, capuchinas, tulipanes, amapolas orientales, junquillos, iris peonías, narcisos, margaritas…? Monet, plantó sus flores a ambos lados de un camino central y salpicó el espacio de cerezos, albaricoqueros japoneses…

Luego, sus cuadros con esas mismas flores, han llenado testeros de privilegio en los museos más prestigiosos del mundo y sus litografías hacen el gozo de quienes no podemos llegar a una posesión tan sublime.

El cementerio local de Giverny acoge a Claude Monet (1926) y a parte de su familia.

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