jueves, 27 de mayo de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Primavera tardía

 

 


El hombre del tiempo anuncia levante: nubes, rachas de viento... Las huertas conservan el color verde intenso las dos márgenes del río. La primavera tardía, pone fin al campo florido. Ha agostado los pastos de los cerros, en los taludes de la vía y en las cunetas de la carretera. Los trigos encañados en las lomas y el río es una franja sensual entre sus dos orillas. Apunta a verano, el campo es un ensueño…

Los olivos de plata, tienen cuajadas las aceitunas como un rosario de realidades en sus ramas, – “Una en san Juan, ciento en Navidad” – y san Juan está a pedir de mano. En la orilla del río sobresalen alisos, álamos negros, mimbreras. Se cimbrean con la brisa de la tarde los chopos, titilan sus hojas trémulas.  Es un corredor seguro por el que sobrevuelan los cormoranes. Entre cañaverales, tamarindos, junqueras y aneas, anidan los patos.

Todos los colores son vivos, intensos. Marcan un hito de diferencia con la vegetación raquítica y esquelética de los meses de invierno, por donde se colaba a su antojo el viento. Ahora no, ahora es un muro de protección para los nidos en sus ramas, para las aves que pernoctan, para los pajarillos errantes que se buscan su vida en el cauce.

El sol madrugador deja un fogonazo de luz hiriente. Luego, cuando llegan las horas lentas de la siesta, es un fuego implacable que deja en silencio el campo. Se ‘pierden’ los pájaros, se acarran las ovejas y echa un sueño el pastor al amparo de una sombra. Junto a él, siempre camina cansino, un perro.

Quedan restos de amapolas tardías. Algunas margaritas soportan los calores. Se han subido los alcauciles y en su flor espinosa y puntiaguda, picotean y entresacan las semillas los jilgueros, volantones de los primeros nidos que se mocean. Hay un pespunteo de colores.

El pueblo se asoma al Cerro de las Torres, al Calvario, al Cerro de las Viñas… Ve abajo, el río que baja lento, y hasta donde llegan las acequias de riego, es una alfombra de frondosidad. Luego, a medida que trepa la vista, enfrente, tierras salpicadas de almendros. El Torcal recorta el horizonte. A veces, unas nubes de paso se tornan oscuras y negras. Son esas nubes que, de vez en cuando, dejan caer aguaceros tormentosos en estos días de la primavera tardía….

 

 

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