Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Aceite

 

 

                               

Uno está hecho a los aceites de su tierra. Son los que vienen de la manzanilla aloreña (como aceituna de mesa, saca sobresaliente cum laude), de la hojiblanca, cornicabra, marteña, picual, arbequina…  Uno, que es dado a andar por otras tierras, siempre se procura algo del aceite que da la zona, y como aquello del Lazarillo que “usaba poner cabe sí, un jarrillo de buen vino cuando comía…” pero en este caso, aceite.

Me entero que el aceite de tres pueblos – Guadamur, Madridejos y Los Navalmorales -en los Montes de Toledo, han sido premiados por su calidad a nivel mundial. Eso de premios tan rimbombantes no deja de sonar a algo raro. Es decir, mucho ruido, casi tanto como un chino en una lata, pero como lo he leído, lo cuento.

Cuando estudiábamos Geografía, se decía que los Montes de Toledo forman la cadena montañosa más importante de la Submeseta Sur y que separan las cuencas de los ríos Tajo y Guadiana y que estaban formados, entre otras, por las Sierra de Pocito, Chorito y la Calderina y que arrancaban en los Yébenes (Hermano, ¿te acuerdas cuando anduvimos por Anchuras y Cabañeros?) y terminaban en Hontanar…

Bueno, bueno, que tenían y tienen, dos comarcas: La Sagra y la Jara.  En La Sagra reparan y ponen en buen funcionamiento los Trenes AVE, y que casi no da tiempo a verlos por la velocidad que lleva el tren, y que ahí se separa de la vía que viene a Andalucía, la que va para Toledo. Si el día está claro, al fondo, entre el azul del cielo, se recortan el Alcázar y el caserío…

En la Jara está la sierra de San Vicente y Los Navamorales uno de los pueblos que produce el aceite premiado. En esa comarca, en primavera, la flor de la jara (por algo se llama así) pone una nota tan única como que el campo parece espurreado de mariposas blancas.

De los tres pueblos, Los Navamorales supera con poco los dos mil habitantes; Madridejos, es el de mayor población (algo más de diez mil), está a orillas de la autovía de Andalucía y Guadamur (no llega a los dos mil)… Por su suelo pasa una calzada romana y allí se encontró, en Guarrazar, el tesoro más importante que nos legaron los visigodos. Y ahora se dejan caer con un aceite, cornicabra, como uno de los mejores del mundo. ¿Hay quien dé más?