En la España de la segunda mitad
del siglo XX se hablaba y se escribía de toros. Además de las reseñas en los
periódicos nacionales, una publicación sobresalía a todas las demás, el
Semanario Gráfico Taurino, “El Ruedo”.
Todo lo del mundo de la
tauromaquia se insertaba en sus páginas. Los acontecimientos, también. El 28 de
enero de 1960 recogía la noticia que unos días antes había conmocionado a
España. En un accidente de aviación habían muerto Chicuelo II, su hermano
Ricardo y el picador de La Puebla del Río, José Díaz.
A toda plana, el Semanario
informaba que el 20 de enero, un avión de la compañía colombiana Avianca se
había estrellado en la bahía de Montego, en la costa norte de la isla caribeña
de Jamaica. El vuelo se dirigía a Manizales municipio del departamento de
Caldas, en la cordillera de Los Andes…
Se daba una información de la
repercusión que la noticia había tenido en España y concretamente, en Albacete
y en La Puebla de Río. Chicuelo II había nacido en Cuenca, pero criado en
Albacete se consideraba como un torero manchego.
Pepe Díaz, era un hombre de la
Casa Miura. Allí, en Zahariche donde su padre había sido figura esencial como
hombre de confianza en el prestigio de la divisa, él tuvo allí sus inicios y
aunque algunos aficionados lo indujeron a hacer sus pinitos en los ruedos, lo
suyo era el manejo del caballo y la pica.
En Málaga, se celebró un funeral
por las tres personas fallecidas en la iglesia del Sagrario. Asistieron las
autoridades locales y el Obispo Auxiliar, Monseñor Benavent Escuín. La Schola del Seminario bajo la dirección de don Manuel
Gámez, cantó la misa del maestro Perossi.
La Puebla del Río, su pueblo se
volcó en su acompañamiento. Asistieron autoridades provinciales y locales,
figuras del toreo como Juan Belmonte Chicuelo, (padre e hijo), Manolo Vázquez,
los ganaderos Carlos Núñez y Pérez de la Concha… El pueblo, lo acompañó, en
masa, hasta el cementerio de San Sebastián. Esta vez, la muerte no había
viajado entre los cuernos de un legendario miura, sinónimo de miedo, de los que
pastan en Zahariche, entre Lora del Río y La Campana en la provincia de
Sevilla. No, no. Había decidido viajar en avión y llevarse a Chiculelo, a su
hermano Ricardo y al picador de su cuadrilla José Díaz Garamendi.
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