jueves, 30 de noviembre de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Angustia

Tenía – porque ya no se espera nada – nombre bíblico. San Juan. Lo de A.R.A. no sé lo que es. Tampoco importa demasiado. Desconozco  si el San Juan era por el que vestía de saco y decía que detrás de él venía uno a quien no era digno de desatarle la correa, o el otro, el que preguntó quién era el traidor. Da igual.

Era un barco. Bueno, exactamente un barco, no; era más que un barco. Era un submarino que son los barcos que juegan con dos barajas. Van por encima del agua y cuando les parece bien se van a las profundidades. A eso se les llama sumergirse o inmersión o algo por el estilo que conocen tan bien Pérez Reverte que es quien más sabe de barcos entre los escritores vivos y la gente de la mar.

Lo cierto es que los submarinos no tienen ventanillas para ver cómo los delfines navegan con ellos y les anuncian que están en aguas que nos son suyas. Esas aguas pertenecen a los bichos de los océanos.

Cuando se meten en las profundidades, tampoco. Ahí los bichos tienen otros nombres. Algunos son muy grandes. Tienen bocas con unos dientes – porque ¿los tiburones tienen dientes o dentaduras? – que asustan y dan miedo de verdad.

La cosa apuntó mal desde un principio. El submarino argentino salió del sur, muy al sur. Navegaba hacia el norte y dicen las informaciones que su destino era Mar del Plata. Mar y Plata. Preciosos nombres. Góngora llamó a la mar “cerúlea tumba”.

Ha tenido mucho de lo segundo. El barco, bueno el submarino, anunció a base que tenía una vía de agua y que había un incendio. No hicieron caso. Ni mucho, ni poco. Ningún caso.

El A.R.A. San Juan está perdido en las profundidades. Los familiares dicen que su conservación era nula. Se había ‘desorientado’  el dinero – ese en tierra – destinado a su mantenimiento. Eso de la corrupción no conoce fronteras.


Lloran desesperados. No han llegado a su destino; no van a llegar nunca. Me aterra pensar en la angustia de ese puñado hombres y una mujer atrapados dentro. Que la Virgen del Carmen le haya ayudado en esta angustiosa singladura… 

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miércoles, 29 de noviembre de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

Para ti...


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Lo nuestro: La Viñuela del Soldado

Pago rural. Debe su nombre a Bartolomé Domínguez de las Cumbres, “El Soldado”. Poblador originario de las Cumbres Bajas o de San Bartolomé, en la Sierra de Aracena, junto a Encinasola. Participó en la toma de Álora en 1484 y recibió por merced la propiedad de una viña, y unas casas. El sobrenombre de “El Soldado’ es arrastrado posteriormente por la familia durante todo el siglo XVI y además, le da nombre a la Viñuela del Soldado, hoy simplemente ‘la Viñuela, la Raja del Soldado, y las Casas del Soldado’, adjuntas al Pósito público en el sector del Barranco. (A.P.A.R.).


MORALES GARCÍA, J. Diccionario Histórico-Geográfico de Álora y su término municipal. Servicio de Publicaciones de Diputación Provincial de Málaga. Málaga, 2008


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Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Lluvia

Primero fue un repiqueteo sordo sobre los cristales de la ventana. Luego, algo sordo y extendido. Era la música  que  viene cuando sube de tono y pasa de aguacero a chaparrón y, si continua, al rato, a eso se le llama lluvia. Era de madrugada…

Cuando abrió el día el cielo tenía los paños puestos; El Hacho, la capucha echada. El refrán lo anunció hace muchos años: “Si El Hacho se pone la mantilla, suelta los bueyes y vente a la villa”. La mañana no dio opción ni a uncir la yunta,  ni siquiera a sacarlos al campo y llegar a la besana. Ya llovía.

A lo lejos, a medida que la luz se abría paso, todo era una niebla blanquecina. Los gorriones que pasan la noche en el ficus del parque tuvieron que coger el impermeable para echarse, como cada día al campo. Los gorriones vienen cada tarde cuando se va la luz a recogerse y pasan la noche al abrigo del árbol frondoso. Esta mañana han visto su costumbre de madrugar un poco cambiada.

Las sementeras,  en todo su auge. Vuelvo con otro refrán: “Por san Andrés – hoy es, precisamente, san Andrés- ni a tu padre se las des. Ni quince días antes, ni quince días después”  Ya tienen que estar, y el que no lo haya hecho que aligere, las semillas enterradas bajo el surco.

Dentro de unos días las lomas se pondrán un manto verde de esperanza y para cuando lleguen los meses de mayores de abril y mayo  espiguen  y encañen los trigos y el viento bambolee las espigas en las costeras y en las lomas. Ahora, les toca nacer y pasar las noches cuando lleguen los fríos de enero, para darlo todo cuando llegue su tiempo.


Tarde otoñal. Bendita lluvia. Ha venido un poco tarde. Se ha hecho esperar. Álora emerge del vaho de nubes. En otros sitios la cosa no ha pintando así. Ahora desde detrás de mi ventana, recuerdo la palabra docta, precisa y oportuna  del maestro Barbeito  y escucho a Dios que sigue tocando el arpa de la lluvia…




martes, 28 de noviembre de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Olores

Verano. La montaña palentina, verde. El paso de la Cantábrica por el puerto de San Glorio un  adiós a una zona montañosa, preciosa, única. En las cumbres, en algunas cumbres muy altas aún había pinceladas blancas. Remedos de las nevadas de invierno que casi les da la mano al otro invierno que tiene que venir pronto. Huele a yerba recién segada por la guadaña en los prados de las alturas.

En Aguilar de Campoo parada obligatoria. Por muchas cosas, entre otras, por echar un vistazo a las ofertas del románico, aquí algo más que buenas. Un rosario de monumentos  ha perdurado a pesar del paso del tiempo. Tienen tanto que uno se asombra con la generosidad del patrimonio.

En Aguilar, me había dicho, ‘sales a la puerta con el café con leche en la mano  y con  el olor que vine a galletas… ¡ya has desayunado!’ Es verdad. Hay pueblos que el olor forma parte de su esencia. Son parte de ellos mismos o lo que es lo mismo. El olor es patrimonio, también de algunos pueblos.

Es difícil pasear por las calles de Cuacos de Yuste y no gozar del olor a pimentón que sale de cualquiera de sus fábricas. El pimiento de Vera, seco y luego hecho esencia por el molino será mensajero de la comarca en muchos sitios.

 Algo parecido ocurre con Estepa. Según qué tiempo el aire lleva por las esquinas el olor a mantecados. En Estepa, dicen, que cuando llega el verano  hasta el calor tórrido se rinde a lo que sale de los obradores de su industria.

Huele a aceite nuevo en las almazaras de Badolatosa, y en Osuna, y en Marchena, y en La Roda de Andalucía que ahora tienen un problema enorme con la aceituna negra porque que el señor de pelo tintado de color de las panochas dice que si hay aranceles nuevos que sí que hay entrada en su país. O sea que huele a problema viejo.


Todos son esencia para los sentidos. Hay uno, uno solo, que les puede a todos. Noches de abril. Del río sube penetrante, sugerente, sublime. Es el azahar de la huerta…


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lunes, 27 de noviembre de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

Para ti...

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Lo nuestro: Panza Burra

Lomas dedicadas al cultivo de cereal consideradas como de las más fértiles del término municipal. Linda por el Norte con tierras del cortijo de El Chopo; al Este con el Arroyo del Espinazo del Perro y  al O. con tierras de Virote y al Sur con el pago de Las Pelonas. En sus tierras, que están cruzadas por las vías del Tren de Alta Velocidad (AVE) arranca la cañada del Vado del Álamo que tributa en el río Guadalhorce, por su margen izquierda, junto al vado del Álamo.


MORALES GARCÍA, J. Diccionario Histórico-Geográfico de Álora y su término municipal. Servicio de Publicaciones de Diputación Provincial de Málaga. Málaga, 2008


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. La novia de Reverte

La novia de Reverte bordó un pañuelo. “Con cuatro picaores, Reverte, en medio”. Lo dice la copla. Yo no sé la calidad de bordados de aquella novia, ni de los encajes y pespuntes del pañuelo, ni si Reverte lo llevaba en la bocamanga cuando iba – si es que iba, claro – de paseo con ella del brazo.

La novia de Reverte, como todas las novias de antes, tenían detalles únicos para sus novios. Si la novia de Reverte se hubiese dado un  paseo por la Serranía de Ronda, a finales de noviembre, seguro que los cuatro varilargueros estarían cambiados por cuatro castaños dorados de otoño.

En  la Real Maestranza de Caballería de Ronda, además de todas las curiosidades que exponen en su museo, estaría el mismo pañuelo pero con otra literatura. Algo así como “la novia de Reverte bordó un pañuelo / con cuatro castaños de oro / su amor en medio”. No fue exactamente así pero pudo serlo.

La novia de Reverte no vio como yo he visto esta tarde el Genal que baja desde la cueva de su nacimiento en Igualeja y se abre camino entre la frondosidad del bosque de castaños y encinas y quejigos, y  encinas y… y, busca otro río, que va a otro rio, que van a “la mar / que es el morir” y que lo dijo Jorge Manrique.

Se asoman a unos balconcillos para verlo marcharse Pujerra y Júzcar y Faraján y Atajate  y…. Entre amigos, yo veía, también, como se iba el día. Se puso de tarde y oro el Romeral y el Pico del Cuervo. Un amigo me acercó a aquellos años en que uno creía en tantas cosas. Sacó – porque se lo pedí- de la biblioteca del recuerdo el Florilegio donde dábamos los primeros pasos en Latín…


Fue un momento en los que uno siente algo grande por dentro. “Exigua parte aestatis reliqua,Caesar, etsi in quod omnis Gallia…” Era como un salto al vacío. No por el  “De Bello Gallico, de César; no… Cincuenta y siete años atrás se nos pusieron sobre la mesa. No estábamos en la Galia; ni era final de verano que como está al norte recibe antes al invierno,  ni el romano andaba de conquistas; tampoco. Era otoño, en todo su esplendor… Un grupo de amigos - compañeros del alma - compartíamos mesa, recuerdos y cariño. 




domingo, 26 de noviembre de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

Para ti...


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Lo nuestro: Loma de Virote

Confronta por el norte con tierras de Gamonales, al este con tierras de El Chopo y Cañada del Vado del Álamo, al sur con la carretera del Vado del Álamo y al oeste con el río Guadalhorce. Son tierras pedregosas. El Libro de Amillaramiento, Riqueza Rústica, da noticias de un cortijo con este nombre que en 20 de julio de 1897 es propiedad de don Ricardo López Montenegro.



MORALES GARCÍA, J. Diccionario Histórico-Geográfico de Álora y su término municipal. Servicio de Publicaciones de Diputación Provincial de Málaga. Málaga, 2008


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Raro, rarito

Se va noviembre con paso lento y tardes cortas. Se va noviembre sin nieve en los altos, sin agua en los ríos, si arrullos de palomas en el brocal del pozo, sin campiñas verdes ahítas de hermosura porque nacen los trigos. El dorado de las hojas comienza su lenta bajada; alfombra el suelo. Anuncia a los que pasan por el camino que el otoño sigue su ciclo.

Ha sido un mes raro; convulso. Demasiada tensión que viene de fuera. Un mes  para no ver los telediarios salvo que alguien quiera seguir con el empacho de más de lo mismo.  Tenemos casi sentados en la mesa camilla a los del gachero permanente. Ustedes me entienden.

Llaman a la puerta Nacimientos con yerba de serrín tintado con anilina y ríos de papel de plata – de envoltorio de chocolate de los de antes – que nacen en una mina de gandinga y va a no se sabe dónde. Corren por una pradera donde el error teológico está a pedir de mano. Verán una piara de cerdos pasta detrás de una cerca. Un poco más allá, solo un poco, un hombre con el mandil manchado sacrifica un puerco… A ver, a ver, ahora cómo le ponemos al negocio.

Para negocio según leo el que van a hacer en un pueblo de nuestra tierra – no pongo el nombre; es indigno de la publicidad – en el colmo de la estulticia humana. Cambian el Niño Jesús del portal, en un Belén viviente por una niña  - como oyen – “porque hay que fomentar la igualdad” ha dicho el alcalde, que se congratula del acierto.

¿Hemos perdido los papeles? No, no. Estamos en un noviembre raro, rarito… Y digo yo que a lo mejor a los Reyes Magos va siendo hora de  darles un descanso de Imserso. Total si las tarjetas de crédito y las otras, las que cargan al mes siguiente si se compra pasado el quince son las que funcionan…


Ha tenido este mes algo que se hace habitual ya todos los meses. Demasiadas pateras cruzan  las aguas azules del mar de Ulises. Creen que vienen al paraíso. No saben las criaturas que aquí del paraíso solo están las hojas doradas de los algunos árboles en las tardes cortas de sol y cielo limpio…



sábado, 25 de noviembre de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Las nuestras: Rafaela Aparicio

Rafaela Díaz Valiente nació en Marbella (Málaga) en 1906. Triunfó en el mundo del espectáculo. Su nombre artístico de Rafaela Aparicio. Llevó  a las pantallas – más de cien películas en cine – de la televisión una gracia innata que regalaba en todas sus actuaciones.

Estudió Magisterio. Ejerció solo durante dos años. Su padre, José  Díaz era natural de La Carolina (Jaén) ligado a la mar como marino mercante pero de vocación empresarial. En mundo del teatro fue quien la inclinó hacia el arte escénico. Su madre, Balbina Valiente, natura del Ulea (Murcia).

En Córdoba tiene su primera actuación. Representa un papel en la obra, ‘El conflicto de Mercedes’ de los Álvarez Quintero. De allí marcha a Madrid. Busca oportunidades. Conoce al actor  Erasmo Pascual con quien se casa en 1936. Del matrimonio nace un hijo, de nombre como su padre, Erasmo.

La maestra Rafaela Aparicio salta al cine. Tiene su bautismo en el mundo del celuloide de la mano de Florián Rey. Es 1935; interpreta un papel en ‘Nobleza baturra’.  Su rostro aparece mientras Imperio Argentina canta “El carretero”.

Como tantas otras actrices la encasillan en papeles secundarios. En su caso es la chacha andaluza  dicharachera, algo deslenguada y oportuna. Tiene una pizca de sagacidad e ironía que siempre suscita en el espectador la sonrisa fácil.

El éxito grande le viene de la mano de la televisión.  ‘La casa de los Martínez’ dirigida por Romano Villalba es el trampolín. La serie impacta en la sociedad española de los años sesenta. Es la clase media del desarrollismo y Rafaela, conjuntamente, con otra actriz inconmensurable, Florinda Chico aportan gracia y espontaneidad.

En 1972, Carlos Saura le ofrece un papel en ‘Ana y los lobos’. La película es  una crítica demoledora a la burguesía española del final del franquismo; para Rafaela es la consagración definitiva donde el público descubre una actriz descomunal pero conocida, hasta entonces, en papeles secundarios. En el reparto el elenco es importante. Comparte escena con Geraldine Chaplin, Fernando Fernán Gómez… La producción de Elías Querejeta.


Después vienen ‘Mamá cumple cien años’, ‘El mar y el tiempo’ y ‘Oh, cielos’ una año de su muerte. Rafaela demuestra con sus actuaciones que su capacidad para papeles de importancia no tiene límites; rompe el encasillamiento. Comienzan a venir  los  premios… Muere, en Madrid, en 1996

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viernes, 24 de noviembre de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Lo nuestro: Hoyo del Conde

Está situado en la margen izquierda del río Guadalhorce con el que linda por el Oeste; al Norte lo hace con la carretera que une la C-343 con Paredones, tierras del Vado del Álamo, la Haza del Río y El Chopo; al Este con tierras de Las Pelonas y el río Guadalhorce que forma un pronunciado meandro. Debe su nombre por pertenecer, en propiedad, gran parte de sus tierras al Barón de Mahave, oriundo de La Rioja. Están dedicadas al cultivo de cítricos y cultivos de secano; en su suelo se encontraron hachas neolíticas lo que da idea de su poblamiento por el hombre primitivo que encontró suelo fértil y cercanía de una corriente de agua.



MORALES GARCÍA, J. Diccionario Histórico-Geográfico de Álora y su término municipal. Servicio de Publicaciones de Diputación Provincial de Málaga. Málaga, 2008



Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Clamor

Dicen que si las borrascas no entran por Cádiz en Andalucía no llueve. Dicen que el anticiclón de las Azores está apatarrado sobre el Atlántico y no hay quien lo mueve. Dicen que las corrientes ‘en chorro’ que subían desde Canarias camino de las tierras de Europa se han desorientado y están perdidas por no se sabe dónde.

Está el anticiclón como esos políticos enganchados al gachero que no hay quien los mueva. Claro que a los políticos les va por la teta y nadie conoce  qué beneficios saca el anticiclón con su postura dura y estática sin que dé opciones a las borrascas a seguir su ruta.

Están resecas las lomas. La gente del campo ha sembrado guiada por la fe que siempre los guía. El campo siempre se mueve por la creencia de que algo vendrá: la lluvia, el aire, el tempero, o la calor para que espiguen los trigos. Alguien manda sobre todo eso.

Parece que ese Alguien  se ha olvidado de nosotros o tiene otras cosas en qué pensar y  no nos ha echado muchas cuentas este otoño. Desde hace tiempo las nubes se van por otra calle. No hay una nube en el cielo ni para enseñarla a los niños que ya ni las recuerdan cómo eran…

Los veneros desangrados, los pozos secos. No corren ni cañadas ni arroyos; el campo es un clamor. Pide agua a gritos. Pide una solución. La cosas como tarde en venir la lluvia puede que ocurra como aquellos municipales antiguos de los pueblos que llegaban cuando ya había terminado la pelea en la taberna.

Las imágenes de las televisiones enseñan los fondos de los pantanos. Algunos llevaban tanto tiempo debajo del agua que ahora hay quien ha descubierto que en aquel valle había un pueblo, y en el pueblo tenían una iglesia, y la iglesia una torre, y en la torre unas campanas. O sea en aquel pueblo había vida que quedó muda bajo la masa líquida.


Puede que la mudez, como siga la cosa así, no va a quedar  enterrada  en ningún fondo tenebroso. Estará a vista de todos sobre un soto, sobre un alcor, sobre cualquier costera, en un valle que fue verde y tuvo árboles y pájaros anidando en primavera porque la sequía la dejará marcada hasta que Dios se apiade y mande que se acabe todo esto.

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jueves, 23 de noviembre de 2017

Para ti...

"A dibujar esa rosa / ayudadme caballeros / a dibujar esa rosa / que esto yo solo y no puedo/ dibujarla tan hermosa / que estoy solito y no puedo / dibujarla tan hermosa / 'ay, dibujarla tan hermosa"

Alegrías. E. Morente.





Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Lo nuestro: El Chopo

Su toponimia aparece por primera vez, repetidamente, en el Libro del Repartimiento en el que a Juan de Aguilar “quedale treynta y seys fanegas cada caballería las cuales se las dieron en el partido del Chopo”. “Quedale a Antón Martín un sitio para colmenar en las sierras del Chopo, donde sea sin perjuyzio de tercero e de las heredades”; “a Juan Fernández, escrivano, una caballería de tierra de treynta y seys fanegas de sembradura en el tranço del Chopo, linderos con tierras de Alonso Rodríguez de Alburquerque e con tierra de Juan Serrano”. Por otra parte en el Catastro del Marqués de la Ensenada aparece que: “Catalina Romero tiene una suerte de tierra, partido del Chopo”.



MORALES GARCÍA, J. Diccionario Histórico-Geográfico de Álora y su término municipal. Servicio de Publicaciones de Diputación Provincial de Málaga. Málaga, 2008


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Rosa de Otoño

Las noches, largas. Anochece cada vez más temprano. Un tintineo de estrellas ha salido a su recreo nocturno y están así hasta que llega la madrugada. Luego, amanece tarde. El lucero del alba se resiste a marcharse. El sol apunta tibio, suave, como a quien le cuesta salir de un lugar seguro y calentito. No quiere encontrarse con la realidad de los caminos…
El rocío, perlas diminutas,  está sobre las plantas. Desde la lejanía es un tul blanco.  Brillan las hojas de otra manera a como lo hacen los demás días del año. Ofrecen una quietud propia de quien lo da todo y espera, y espera el cariño, y la mano amiga, y ese mimo que le va a dar los buenos días porque ella está ahí, en el tallo del rosal, en su sitio.
Mueve el viento una esencia sutil entre sus pétalos. Parece como si una mano invisible arrancase la música de un violín de Bach y juega al escondite entre los rosales para deleite de quien aguarda a verla cada día, enhiesta y…
Las rosas, como las personas son unas más fotogénicas que otras. Ella, la rosa de otoño es preciosa. No tiene otra igual. Cumple su ciclo, tardío. Él quiso que fuese así y ahora no envidia a otras rosa de primavera que tuvieron su momento. ¿Quién las recuerda? Ella es única…

Muestran sus pétalos el frío de la noche. A veces, están quemadas sus puntas delicadas. Ha pagado el tributo propio de venir ahora y con este tiempo. Es el peaje obligatorio. La miran los pájaros que se las andan de rama en rama. Son los pajarillos que llegaron de otra tierra a pasar por aquí los meses fríos del invierno. La miran, la contemplan, se dicen algo, entre ellos, en silencio y…


Un piano desgrana notas  de Chopin. Son palabras sueltas de una carta imposible. “Mon amour cheri...” y,  entonces, ella escucha las notas,  y sabe que los ángeles le pedirán prestados sus pétalos para convertirlos en alas, y que es amor  que vuela alto, tan alto como vuelan los sueños en el tallo del rosal.


miércoles, 22 de noviembre de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Lo nuestro: La Gavia

Se enclava entre el arroyo Jévar con el que limita por Norte y Poniente; Viso Alto, y vía del Tren de Alta Velocidad (AVE) por Levante y Cuesta de Moro por el Sur. Tiene agua de manantial propio, aunque de caudal pobre. De norte a sur está atravesada por la carretera C-343 Antequera-Zalea por el Valle de Abdalajís, el canal de abastecimiento de aguas a la ciudad de Málaga por la margen izquierda del Guadalhorce, el oleoducto Málaga-Puertollano, hoy en desuso, y un gasoducto. Sus tierras se dedicaban al cultivo de almendral, olivos y viña, y posteriormente al cultivo de cítricos, regable con pozos de captación de aguas subálveas. Parte del pago perteneció durante años a la familia Bootello Romero y descendientes.



MORALES GARCÍA, J. Diccionario Histórico-Geográfico de Álora y su término municipal. Servicio de Publicaciones de Diputación Provincial de Málaga. Málaga, 2008



Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Paseo

A media mañana el pueblo estaba bajo un cielo azul y limpio.  Ni una sola nube.  Al otro lado del río se recortan  los cerros  que separan las cuencas de las agua que vierten al Guadalhorce y las que van al Guadalmedina.  A esos cerros que no son ni altos ni bajos los llamamos ‘Los Lagares’.

El pueblo se perdió detrás de la primera curva. La curva en la que estaba, cuando yo era niño, la casilla de Leonor.  “Desperté de ser niño / nunca despiertes” escribió un día Miguel. Ahí, precisamente ahí, entonces,  empezaba el campo.

 Ahora,  el pueblo se ha hecho más grande y desde esa primera curva de la carretera hasta el Quebraero han levantado  bloques de pisos, y  casas, y una bodega, y hasta una gran superficie hermana de otras que se extienden por toda España y que pone sus letras en color verde.

El nogal de la curva grande  ya ha comenzado a despojarse de sus hojas. El nogal  deja el ropaje del verano;   muestras sus ramas sin hojas. Los árboles de hoja caduca, en otoño  pierden el pudor y muestran desnudas sus ramas y las deja que las acaricie el viento…

Por la lejanía, por la tierra de lomas onduladas que  que casi no verdeguean porque no les ha venido  el agua del cielo  pasa un tren moderno. Es el AVE. Son trenes de una velocidad deslumbrante. Cruzan raudos. Las distancias ya no se miden en kilómetros sino en tiempo. Dicen que Madrid ya está a tres horas menos cuarto; y Zaragoza, a cinco; y, Barcelona,  a seis…


Un grupo de hombres mayores camina despacio. Se tocan con gorras de paño; llevan en la mano bastones… Hablan entre ellos. Dejan que todo sea una sucesión de horas. Un día aparcaron la prisa. Pasa dos ciclistas; se hablan con la voz entrecortada. Mujeres;  gente joven. La carretera es un hervidero. A lo lejos espera, como cada día, el pueblo bajo un manto de Vía Láctea  derramada.

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martes, 21 de noviembre de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Lo nuestro: Cortijo de Virote

Cortijo con el mismo nombre del pago rural. En su suelo – andén de tinado - se ocultó  la imagen de la Virgen de Flores cubierta con el cesto de una yueca y a  donde fue llevada por Juan Martín-Prieto Cuenca con riesgo de su propia vida siendo coparticipe con otras personas como Teresa Cruzado, Amelia Morales Marín,  Rafaela Zamudio Márquez, Francisco Pérez Arjona, entre otros… (a riesgo de omitir otros nombres por desconocimiento). La imagen del Niño fue escondida por Francisco García Pérez en el interior de un piano.


MORALES GARCÍA, J. Diccionario Histórico-Geográfico de Álora y su término municipal. Servicio de Publicaciones de Diputación Provincial de Málaga. Málaga, 2008





Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Niños

Cuando avanzaba noviembre llegaban muchas cosas; se acaban otras.  Ya no había golondrinas en los cables de luz ni tórtolas en el pozo.  Los granados dejaban una alfombra de oro viejo bajos sus ramas. A los granados les entraba el pelecho un poco antes de que llegasen los primeros fríos.

Los granados de ‘diente perro’  eran los que más aguantaban. Las granadas ‘de comer’  se terminaban antes. Mi abuelo las metía en paja. Aprovechaba alguno de los rincones de la cámara. Les ponía una capa en suelo; luego, las colocaba con cuidado sin que se tocasen unas otras y les echaba otra capa por encima y así hacía una pequeña pirámide.

Las higueras también se quedaban sin hojas; los nogales mantenían en los pimpollos las nueces retardías que no habían madurado. Los niños no podíamos alcanzarlas. Algunas veces el cielo se sembraba de piedras. Todas volvían al suelo; las nueces seguían en su sitio.

Con noviembre llegaban las almencinas, frutos carnosos, de color oscuro y semidulzonas. Eran los proyectiles perfectos que recorrían desde la boca y, a través de un canuto de caña, el espacio preciso para impactar en el cogote de alguien.

Los almeces son árboles bravíos. Forman parte del paisaje. Los ejemplares más soberbios estaban detrás de la Fuente de la Higuera y en el Quebraero. Los niños, cuando salíamos de la escuela íbamos a darle ‘un repaso’. Casi siempre había algún perro amarrado en las cercanías y avisaba al dueño…

Aparecían, también, las alúas. Las alúas eran hormigas aladas que macizaban las trampas para cazar insectívoros. Eso no estaba bien; pero se hacía. Después la Ley y la Guardia Civil – ya se sabe, el miedo ‘guarda la viña’ – puso orden en aquellas tropelías.


Por las noches, en las casuarinas se aposentaba una pareja de autillos. Emitía un graznido agudo. Las personas mayores decían que les labraban a la luna; a los niños nos asustaban y nos decían que llamaban al diablo para que viniese por los niños a los que no les entraba sueño…


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lunes, 20 de noviembre de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

Para ti...


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Los nuestros: José Navas-Parejo Pérez

Escultor. Nació en la calle Escribanos de Álora en 22 de octubre de 1883. Se trasladó a Granada cuando contaba siete años de edad, por motivos profesionales de su padre, Juan de Dios Navas Pérez y María Dolores Parejo. Su padre fue Jefe de Estación de Álora Estudió en la Escuela de Bellas Artes Industriales de Granada con Manuel Gómez-Moreno González en pintura y Francisco Morales González y Francisco Mariño Peñalver, en escultura. En 1945 realiza el Nazareno de las Torres de Álora, el Cristo Crucificado, Virgen de la Cabeza y Virgen de las Ánimas. El Ayuntamiento de Álora lo nombra Hijo Predilecto en Pleno Extraordinario en 10 de noviembre de 1995.



MORALES GARCÍA, J. Diccionario Histórico-Geográfico de Álora y su término municipal Servicio de Publicaciones de Diputación Provincial de Málaga. Málaga, 2008


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Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nihil

Mañana soleada de cielo azul que se enseñorea de toda la Serranía. Están limpias de nubes las cumbres cercanas; las choperas han pasado del dorado a las hojas de cobre; ocre bellísimo. Esperan  pacientes que se cumpla el ciclo de otoño. No hay yerba en la dehesa; no ha llovido. Los cochinos van bajo las encinas buscando la bellota. No ha aparecido la otoñada; no han salido aún las primeras sementeras.

Entre la Cueva – Cueva del Becerro -  y Setenil un rebaño de ovejas; luego, otro. Los pastores no van abrigados, llevan dos perros turcos con el pelo ensortijado y brillante. Caminan al paso del rebaño. Están abiertas las barreras del paso a nivel…

‘Siete veces, nada’, dicen que le dijeron al Rey Católico, Fernando, que era de Aragón, que era consorte en Castilla y que se las andaba por tierras de la Serranía en una lucha sórdida y final contra el reino nazarí de Granada.

Septem nihil. Siete intentos, siete veces  fallidas. El castillo, inexpugnable. Desde los comienzos del siglo XV. Luego Juan II, y al final, como casi todo en aquel tiempo, vienen los Reyes Católicos y allí se acaba el invento. La Historia dice que era por septiembre y en 1485.
Setenil de la Bodegas está a orillas del Guadlporcún. El río encajonado y profundo; lleno de maleza, sucio. Al río en otros sitios se le conoce, también, como el río de Olvera o el río de Zaframagón. Ya se sabe, cada uno en la feria…, pues eso.

Es un pueblo pintoresco. Diferente a otros pueblos; no hay otro igual. Piedra y cal desde la lejanía. En la distancia cercana un sucesión de viviendas que apuntan a trogloditas. Evoca un tiempo pasado como si por él no hubiese pasado la sucesión de los días. Todo está bajo techo que da umbría y protección y, si me apuran, hasta un encanto que no tienen otros pueblos.


Dejo el pueblo con la duda de saber si han recuperado su ‘Damita’ con más de cinco mil años de antigüedad que custodiaba el museo de Cádiz y con dos certeza: Barcelona pierde la sede de la Agencia Europea del Medicamento y que en Setenil rotulan la esquina de una calle con una claridad meridiana: ‘Gibraltar Español’.  Cosas veredes, amigo Sancho…



domingo, 19 de noviembre de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

Para ti...

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Lo nuestro: Hojita Parroquial

Publicación. Salía a la luz los días 1 y 15 de cada mes. Empezó a publicarse el 1º de noviembre de 1912, en la que don Antonio  Bootello Morales insertó interesantísimos trabajos históricos, que comenzaron en el número sobre la ciudad sin interrupción alguna durante diecinueve años. Existió hasta el año 1931. El precio de suscripción según informaban en la cabecera: “Cualquier limosna para las obras sociales de la parroquia”.



MORALES GARCÍA, J. Diccionario Histórico-Geográfico de Álora y su término municipal. Servicio de Publicaciones de Diputación Provincial de Málaga. Málaga, 2008


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Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Gente

La cañada de la Zorrera solo saca agua cuando llueve; o sea, casi nunca. Baja a modo de torrentera saltando de piedra en piedra. Lo arrastra todo, forma arroyaderos  y va al arroyo de los Chinos. Al arroyo de los Chinos, también lo conocen por el arroyo de la Atalaya.

En los meses de verano cuando el arroyo corría los niños nos bañábamos en las pozas que se formaban debajo de las piedras grandes junto a la barraca de la fuente de Pedro. El arroyo de los Chinos va otro arroyo, al Jévar;  y éste,  al Guadalhorce. El Guadalhorce llega al mar por las cercanías de Málaga.

En la capital, a los que vivimos en los pueblos, nos llaman catetos. Algunos  de la capital son muy finos, ellos. Los domingos vienen a los pueblos y, en lugar de comprar pan ‘casero’, se llevan para sus casas pan ‘cateto’ que es más despectivo y suena peor.   Ahora, con eso de las levaduras nuevas, a los tres días crían moho y se les pone verde. Nosotros nos vengamos  de ellos;  los llamamos ‘domingueros’.

Alguna gente de los pueblos  es sagaz y más lista que el hambre. Conoce a los cojos tendidos. Dicen que cuando vienen los de la capital al pueblo pretenden arramplar con todo. “Una mano por el cielo y otra por suelo”. Como si en el campo todo se criase solo y los estuviese esperando a ellos. De esos también nos vengamos y siempre les regalamos barro cuando llueve; en verano, polvo para los zapatos.
En algunos pueblos andan a sombrerazos buscando que idea poner a flote  - ahora se llama ‘poner en valor’. ¡vaya tela marinera! – para atraer  a los posibles visitantes. Me decía una amiga que en la capital tienen hecho un calendario de dónde ir a comer gratis el domingo. Y así buscan las migas de Torrox, la sopas de Álora, la matanza de Ardales, el queso de Teba, las castañas de Yunquera…

Cualquier día ofrecerán la Biblia en pasta. Si es pagando, poca aceptación; si es gratis habrá quien se la lleve, aunque sea envuelva en papel de celofán  y no piensen leerla, para colocarla en la vitrina de su casa junto al ramo de flores de plástico…

Ante todo esto solo cabe una tranquilidad, los domingueros nunca llegarán a la cañada de la Zorrera. Eso está muy perdido para ellos.


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sábado, 18 de noviembre de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

Para ti...


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Lo nuestro: Monte Hacho

Accidente geográfico. Tiene una altitud de 570 metros.  Resalta por su pendiente situada entre el 20 y el 40% en el sector más bajo, a partir de los 200 m. que pasa al 40-80% en el talud que cierra por el lado del río su característica cima plana. En algunas zonas el corte es a plomo. En su composición entran a formar parte rocas areniscas calcáreas del Postorogénico que forman un suelo pardo calizo sobre material consolidado.



MORALES GARCÍA, J. Diccionario Histórico-Geográfico de Álora y su término municipal. Servicio de Publicaciones de Diputación Provincial de Málaga. Málaga, 2008


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Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Las nuestras: María del Carmen Angoloti y Mesa

Verano del 1921. La aristocracia española, junto a los Reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia buscan el buen clima de San Sebastián para mitigar los horrores del estío madrileño que asfixia. Hasta allí llegan malas noticias.

La falta de preparación, la ineptitud de algunos mandos y la corrupción imperante en parte del ejército propician uno de los escándalos a nivel nacional con la derrota de Annual. Es un desastre. Cunde el desánimo.

La reina toma medidas. Envía a Melilla a una mujer cercana a ella. Se llama María del Carmen Angoloti y Mesa, está casada con el III Duque de la Victoria, Pablo Montesinos Espartero, descendiente del general glorioso en el siglo XIX. Es Dama Enfermera de la Cruz Roja.

Cuando la duquesa consorte llega a Melilla es mal recibida. La autoridad militar no ‘admite’ que una mujer vaya a poner orden. Está avalada por el apoyo y el amparo de la reina. Eso los hace que se pongan firmes. Reorganiza, pone en funcionamiento los hospitales, busca la asepsia y la higiene necesaria en los centros hospitalarios.

Indalecio Prieto escribe de ella: “He venido con la Duquesa de la Victoria, única heroína de esta guerra, mujer admirable que curó y consoló a los heridos, amortajó cadáveres, clavó ataúdes”. No era dudoso el halago hacia la labor desempeñada viniendo de quien venía.

Durante el exilio de Alfonso XIII los acompaña a Roma; luego, es detenida. Desde 1939 se pone al frente de la Cruz Roja Española casi hasta final de su vida,  unos años  antes de su muerte. Realiza una labor encomiable en cuanto a gestión, seriedad e impronta humanitaria.

En la ciudad de Melilla gozó de un prestigio enorme hasta el punto que una calle llevó su nombre, renombrada por la dictadura franquista con el nombre de General Mola. En 1991 el ayuntamiento volvió a rotular la calle, volviéndolo al originario. En distintas ciudades de España hay monumentos que rememoran su labor filantrópica.


Era hija de Joaquín Angoloti y Merlo, senador por Orense y presidente de la Cámara de Comercio de Madrid y de Carmen Mesa. Había ingresado en la Cruz Roja Española en 1913. Nació en 1875 y murió en 1959


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Una hoja suelta del cuaderno de bitácora



Mañana de sol y viento fresco; no hay nubes que traigan esperanza de un cambio de tiempo. El azul es precioso,  intenso y según en qué momento, delicado, sutil, turquesa como el manto que se va a poner la Inmaculada el mes que viene.
Salgo temprano.  Leve olor a pan caliente. Viene de la panadería de la esquina. Antes las panaderías caldeaban con leña de la sierra. Los mulos cargados dejaban en las puertas de las tahonas olor a romero y a tomillo, a retama, a aulagas y a arbolinas; ahora, con la tecnología las panaderías  cuecen el pan caldeando los hornos eléctricos  y claro, el progreso es otra cosa. Las panaderías casi han perdido el olor.
Tiempo de dulces precursores de la Pascua, la Pascua de la Navidad, la de los fríos y nieves – lo de la nieve, también era antes - en las cumbres, la de los ríos con peces que no paran de beber y la de pastores con ovejas que pastan en montes de arpilleras.  Tiempo de dulces propios: mantecados, pestiños, alfajores, roscos de vino y de anís… La navidad tiene sus dulces.
Es, también,  tiempo de empanadillas. Cuando yo era niño de Nerja venían unas batatas blancas, las llamábamos ‘boniatos’;  las de aquí eran de color rojizo, anaranjado y las llamábamos ‘californias’,  y tras la cocción en una olla de agua que levantaba pompas al hervir,  se hacía una pasta dulce, única, excelsa. Era el polvo de batata; o lo que es lo mismo, la gloria bendita al alcance de la mano.
No es cuestión ni de peroles  ni de lenguas achicharradas porque los niños golosos no teníamos paciencia  - ‘que no tienes espera’, me decía mi madre – para aguardar que una vez sacada de la sartén, la empanadilla rellena,  provocativa, sustanciosa, picarona se ofrecía en un plato emborrizado en azúcar.

 Les hago una proposición deshonesta.  Un par de empanadillas  - más no, que luego se engorda y no abrochan los cuellos de las camisas – y un par de copitas de anís de Rute… Con tientos callados y silenciosos,  como los que daba el Lazarillo al jarro del ciego, como se sirve el pecado bueno y, luego… Bueno, luego, me lo cuentan, pero no me echen a mí la culpa...


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viernes, 17 de noviembre de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

Para ti...

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Lo nuestro: Molino del Bachiller

Patrimonio industrial. Molino de aceite extinto en la Calleja de Romero. En el folio 199 del cuaderno de Álora, año 1775, hay una Escritura otorgada en 1594 referente a una casa de la calle Nueva lindera con el Molino de Aceite del Bachiller Gonzalo Pérez de Mayorgas. Desde finales del siglo XX el Ayuntamiento ha realizado importantes obras de recuperación para incluirlo en la oferta turística del municipio. Su enclave lo hace incorporarse a los monumentos incluidos en el casco histórico de la localidad.



MORALES GARCÍA, J. Diccionario Histórico-Geográfico de Álora y su término municipal. Servicio de Publicaciones de Diputación Provincial de Málaga. Málaga, 2008


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