domingo, 6 de noviembre de 2016

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Juan

Media mañana. Día soleado y ventoso. Otoño que ve pasar la lluvia de largo. No llega, no quiere dejar que se empapen los campos, que corran los arroyos, que se limpie el río, que se llenen los pozos. Hay una caída perezosa de hojas en los árboles caducifolios…

Media mañana. Llega la notica. Juan Vázquez bicampeón Mundial de Veteranos en Maratón. ¡Ya tetracampeón!: San Sebastián, Italia, Francia y, ahora Australia. Bueno, más concretamente, en Perth.

Perth está muy lejos. Tan lejos como que está casi en las antípodas y va Juan y gana, de manera individual en su categoría (+ 55), y por equipos – formando parte del equipo español – y, por si fuera poco, entra el quinto en la Clasificación General... o sea que gana a otros, de otras categorías…

¡Ay, Juan! Esta mañana he sentido humedad en los ojos. Humedad de alegría. Todo está tan lejos… “Niño, que corra el maestro” y el niño corría y no hacía caso. ¿Te acuerdas?  Eugenio, que era quien sabía, nos marcaba la pauta; los demás, lo seguíamos. (Por cierto, nunca pagará Álora a Eugenio lo que hizo por el deporte).

¿Te acuerdas? Aquel patio de la escuela.., y una red hecha por nosotros, y de postes de voley, dos ¡árboles!; y de colchoneta, en altura, un soporte de neumáticos viejos que nos regalaba el taller de “el Perilla”, y de listón una cuerda; y de ¿foso?, de foso un hoyo que hicimos entre todos y un poco de arena que…

Y, con aquellos medios, empezaron a caer campeonatos provinciales. ¿Te acuerdas? Primero, Portada Alta, los sábados por las mañanas; y luego, otros superiores y  vinieron participaciones en Zamora y Cáceres - ¡anda que no había espinos en los alrededores del Príncipe Felipe! – y cuando caíste extenuado a la entrada en meta y el médico que te atendía te dijo: “muchacho hay que entrenar más…” (¿Por qué no me quedaría yo con su dirección?).


Juan tiene en su palmarés un montón de títulos. Eso es lo de menos. ¿Lo demás…? Es tan buena persona que cuando se le felicita, va el tío, y como quien no quiere la cosa, te regala una sonrisa amplia, generosa, espléndida, de quien no se da importancia en nada y ¡es el más grande!

4 comentarios:

  1. Hoy es uno de esos días que me alegro de leerte a diario, amigo José.
    Un saludo para ti y un abrazo para Juan desde su pueblo.

    ResponderEliminar
  2. Cómo evocas con tus escritos José. No abandones nunca esto.
    Juan ¡es el más grande! corriendo, otros lo son escribiendo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, amigo Roberto Fernández. Juan es infinitamente mejor y de eso me alegro un montón, como también me alegro de tener amigos como tú. Un abrazo.

      Eliminar