Agar Eva Infanzón Canel. Su padre, médico de un
pueblo de la Asturias profunda: Coaña. Por sus tierras de sus valles corren las
aguas claras, limpias, impolutas del río Navia. De la montaña a la orilla del
Cantábrico, domina el manto verde de la yerba; al frente, en el horizonte, el
azul de la mar; sobre las cumbres, brumas y nieblas los días que no se divisa
el cielo limpio.
Huérfana desde los tres años. Su padre murió en
un naufragio por un ataque de piratas. Con su madre marcha a Madrid. Reemprenden
y reajustan sus vidas. Con quince años debuta como actriz de teatro. Conoce a
Eloy Perillán. Él edita una revista humorística y satírica. Le cuesta una orden
de destierro. Viene el exilio.
Ella continúa con la edición de la revista
satírica, La broma. Un año después
Eva (todavía no firma como Eva Canel) marcha tras él. Se instalan en Bolivia;
colabora en la revista El Ferrocarril…Después
viven en Buenos Aires y Lima donde conoce a Emilia Serrano que es la madrina de
su hijo.
La Guerra del Pacífico desata las hostilidades
entre Perú y Chile. El matrimonio regresa a España; se establecen en Barcelona.
Perillán vuelve a América. Se establece en Cuba donde fallece. Eva se traslada
a la isla. Pide trabajo en dos periódicos; no se lo dan. Funda su propio
periódico y tras la Guerra de Cuba regresa a Madrid.
En 1904 está en Buenos Aires; después Uruguay. Su
gloria literaria ya se conoce en América; se cotiza como conferenciante. En
1914 viaja a Panamá. Cae enferma; se traslada a Cuba. Son los años preludios
del final. Recae en 1924. Comienzan las crisis nerviosas; su memoria de
deteriora…
Sus textos muestran una visión aventurera y
abierta. Es amena en sus rutas y en las descripciones del paisanaje que
encuentra a su paso por las tierras de América.
Nació en 1857; murió en La Habana en 1932
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