Vivió a caballo entre dos siglos. Nació en
Granada, en 3 de enero de 1843; murió en
Barcelona, el 1 de enero de 1922. Le faltaban dos días para cumplir los ochenta
años. Hay controversias en las fechas sin que sus estudiosos lleguen a acuerdo.
Hija de notario, educada en París, tuvo una educación distinta a otras mujeres
de aquel tiempo. Lectora voraz; hablaba varios idiomas.
Se casó dos veces. En París conoció al barón de
Wilson con quien estuvo casada dos años. Tuvieron una hija que murió pronto. Al enviudar, baronesa de Wilson; en segundas
nupcias, Emilia Serrano de Tornel. Fue amiga de escritores y personajes
célebres de su tiempo.
Periodista y viajera. Se ganó la vida con su
pluma. Viajó ininterrumpidamente. En 1865 va por primera vez a América, a donde volvió
en cinco ocasiones; le impresionó. La recorrió desde Canadá hasta la Patagonia,
durante más de treinta años, superando los obstáculos con que se encontraba la
mujer en aquella época.
Fundó y dirigió varias publicaciones en La Habana,
Lima y México. Su obra, un canto a la solidaridad y homenaje a la mujer de
América, recoge las situaciones que encuentra. Narra travesías por Panamá y los
Andes a lomos de mulas. Denuncia la situación en que estaban las mujeres de su
tiempo.
La periodista Carmen de Burgos dijo que ella que
“por mucho menos se han aplaudido viajes de francesas e inglesas” realzando su
esfuerzo en todos los campos en los que trabajó de manera incansable en
beneficio de la mujer.
Incansable en su batallar continuo. Vivió catorce
años en la Patagonia donde se documenta y da a su obra un carácter más
investigador y científico que de mujer viajera. Vivió, también, en Quito,
Madrid, Sevilla, Málaga…Como a tantas otras su labor fue más reconocida en
América que en su propio país donde no ha dejado – a pesar de su obra
extensísima – de ser una total desconocida.
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