sábado, 4 de abril de 2015

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Sol de abril

                         


Apunta a pájaros en primavera. Esta mañana la sinfonía de trinos, cuando venía el día,  era excepcional. Todo el campo apuntaba a vida. Dice el maestro Alcántara que es una pena que amanezca tan temprano. Pienso lo mismo.

Un amigo mío vive en Cataluña. Casi alcanza con la mano los acantilados de las Cuestas del Garraf desde la ventana de su casa. Mi amigo es de los madrugadores. Cada mañana ve como se levanta el sol de entre las aguas azules del Mediterráneo. Él  a esa hora está con sus perros ya en la montaña…

A veces, a uno la naturaleza, teniéndola tan cerca, no deja de sorprenderle. Sólo, una cosa importa: ir los con ojos muy abierto y tener una actitud de receptividad hacia todo lo bueno que puede venir. Es el campo una eclosión de luz y color. Y, además, se unen los pájaros.

Se han apagado los sonidos roncos de tambores; ya no suenan cornetas estridentes en las esquinas lejanas. No huele la calle a incienso. Chirrían, ahora, los neumáticos de los coches con la cera de penitentes desparramadas por las calzadas y se adhieren entre las estrías de las ruedas.

Hay como un hálito de resignación. Se acepta la realidad de cada día que se impone. Han sido días en los que  uno se las ha andado un tanto despendolado sin horarios fijos, con una gastronomía propia porque hay que comer bacalao y potaje casi por decreto…Han sido días de  reencuentros. De los de año en año. Y, también, de  recuerdos. El primer año pasando la Virgen por su puerta sin Diego.

Despiertan con el sol de abril los insectos: moscas y mosquitos; abejas, y abejorros; cigarrones y hormingas. Salen de los letargos del invierno. Zumban en el aire. Cruzan el cielo y se vienen sin que nadie los convide.


Empieza la temporada taurina. Han pasado de la dehesa a los chiqueros toda la gama de pelos: salineros, berrendo, sardos, negros zaínos y meanos; mulatos y playeros; castaños, cárdenos y listones… Esperan para acampanarse, para poner muchas cosas en su sito. Para poner nombre a eso que llamamos miedo. Y, todo viene de la mano del sol de abril.

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