Ocupan la barra. Casi al completo porque es pequeña y no da
más de sí. Dos parejas: ropa buena, selecta, de marca y para la ocasión, las
mujeres; informales - sin corbatas -, ellos. Hablan entre sí; tres hombres
solitarios; otro hombre, también solo… Desde detrás de la barra Abilio saca
brillo a unas copas de cristal ya impolutas, relucientes…
-
Buenas…
-
Buenas noches, don José. Contestan, al unísono,
el padre, y Gregorio que atiende en sala. ¿Tomará algo mientras vienen los
demás?
Pido una cerveza. Fría, muy fría. Desborda la espuma blanca,
la superficie de la copa. Con una pequeña raquetilla, retira la espuma
sobrante. Me ofrece la carta de aperitivos…
Van llegando. Saludos, golpes, suaves, cariñosos, en la
espalda… Se enganchan al carrusel del picoteo. Alaban la excelencia de la casa.
“Abilio Pedro, tiene una mano en la cocina”…
-
Los hijos de Alfonso Díaz, les digo, han abierto
un supermercado, en Poca Agua, “Los Gaitanes”. Desde el sábado. Se han armado
de valor. Surgen más comentarios.
-
A esa gente, y a ésta, - alguien señala, a la
Casa donde estamos - es a la que hay que apoyar.
-
Por supuesto. Tienen toda la ilusión del que
comienza. Pepe y Alfonso, los vi, el otro día, me dicen, que van a intentar
potenciar productos locales.
La conversación toma otros derroteros. Hablamos de la
excelente colección de fotografía que,
Marisa Segura, hormiguita durante todo el año, ha conseguido reunir y la
muestra con motivo de las Jornadas Culturales del Cervantes. Una verdadera
manifestación de etnografía…
-
Otra Marisa, - dice alguien- tiene ideas muy claras en cuanto a lo que debe
ser la estética y la restauración en los pueblos viejos andaluces.
- Como también, las tienen, apuntan, “El Monta” y
“El Bilba”. Ofrecen calidad y mucha
seriedad en la construcción.
-
¿Sabes?, Pedro Cruzado ha traspasado fronteras –
vende, on line, a medio mundo - desde su ‘Fabrica del Calzado’; Paco López ha
roto moldes…
-
¿Has leído ya “La chica que sonría con los ojos”
de Antonio F. Ortiz?
-
Aún, no. Estoy a la captura de la novela.
Gregorio dice que podemos pasar. Nos sienta, nos ofrece la
carta: ¿‘tomarán vino? Pedimos. Hablamos del pueblo, y de otros muchos más del
pueblo. Hablamos y hablamos….
Muchas gracias, don José, por hablar de los perotes que dia a dia intentamos sacar el cuello más allá de lo establecido como normal. Cada pequeño logro cuesta mucho tiempo, angustia y dolores de cabeza. Y no hay mejor aspirina que el que se acuerden de nosotros.
ResponderEliminarFiel a su cita diaria,
Pedro Cruzado Vidal