Constanza de Portugal (1290 -1313). Esposa de Fernando IV "el Emplazado"
18 de diciembre, miércoles. Vino a
Castilla por un pacto entre reinos. La cosa comenzó pronto. Ella tenía poco más
de año y medio y él no había cumplido los seis. Intervinieron el rey Dionisio I
de Portugal y Sancho IV de Castilla. El asunto casarla con el heredero,
Fernando IV “el Emplazado”.
La reina Constanza nació en
Portugal en 1290. Su madre, Isabel de Aragón, conocida como Santa Isabel,
hermana de Jaime II. Murió en Sahagún con 23 años, el 18 de noviembre de 1313.
Fue sepultada en el crucero del monasterio de San Benito el Real de Sahagún. El
sepulcro fue destruido, no se sabe si en la Guerra de la Independencia cuando
prendieron fuego al monasterio, o en la desamortización de Mendizábal.
En 1295, María de Molina, reina
viuda de Sancho IV y tutora de Fernando IV, acude a Ciudad Rodrigo para fijar
la fecha de la boda que posteriormente ratificará el Tratado de Alcañices. La
boda se celebró el 6 de diciembre de 1301 en Valladolid, en un frío ambiente
cortesano lleno de intrigas. La representación portuguesa la ostentó Juan
Alfonso de Alburquerque, duque de Barcelos.
La reina Constanza fue un
enlace para mitigar las tensiones entre Aragón y Castilla. La documentación
diplomática de la época la cita muy de pasada. Sus actuaciones están bajo la
tutela de Diego García de Toledo, hábil político y de doña Vataza “que era
mujer discreta y muy dotada para la actividad política”.
En el otoño de 1307 nace su hija,
la infanta Leonor, luego reina de Aragón al casar con Alfonso IV. Su segundo
hijo y heredero, Alfonso XI nació en Salamanca el 13 de agosto de 1311. Un año
después, en septiembre de 1312 muere Fernando IV en Martos. El reino se sume en
bandos. Luchan por controlar al joven rey. Muere la reina Constanza y la tutela
pasa a su abuela, María de Molina.
La reina Constanza fue señora
de Salamanca y Belorado y disfrutó de importantes rentas en Roa. Vivió un
momento histórico de enorme complejidad. La política peninsular estuvo marcada
por su padre, don Dionis y su tío Jaime II de Aragón. Ella fue capaz de
sustraerse de los designios de ambos. Durante la minoría de edad de Alfonso XI,
sin embargo, fue un juguete en las manos ambiciosas del infante don Juan, falto
de escrúpulos que quería más su satisfacción personal que un proyecto político
para Castilla.
Bibliografía:
ARCO Y GARAY, Ricardo del
(1954). Sepulcros de la Casa Real de
Castilla. Madrid. Instituto Jerónimo Zurita. CSIC
BENAVIDES, Antonio (1860) Memorias de Don Fernando IV de Castilla.
Madrid
COLMEIRO PENIDO, Manuel (1883) Cortes de los antiguos Reinos de León y de Castilla. Madrid
No hay comentarios:
Publicar un comentario