… y
SEVILLA
26 de diciembre, jueves. Sevilla
tenía dos deudas ‘roonas’. El monumento a Joselito y ‘desfacer el
entuerto’ hecho por alguna mente mal intencionada de una inquina entre los hermanos
Machado, o sea, entre Manuel y Antonio.
José Gómez Ortega “Joselito”
pasó a la historia del toreo por muchas cosas. Por su grandeza y conocimiento de
todo lo que aportó, por el ímpetu que puso en construir grandes cosos taurinos
- quizá eso fue un pulso muy grande a los maestrantes - y porque lo mató Bailaor
en Talavera de la Reina… El monumento ha llegado, tarde, quizá demasiado tarde,
pero se arregló el desaguisado hace unos años.
Los hermanos Machado – José apenas
ha contado – tenía otra perspectiva. Interesaba a alguien crear dos imágenes:
el Machado bueno y el Machado malo. En ideología política (se ha
sabido que solo fueron la circunstancias las que intervinieron en un momento en
que el reloj del tiempo marcó el momento), el profundo en poesía, y el otro, el
colorista…
El ‘juerguista’ según quien hablase
y el hombre herido por el dolor y la pena que para colmo deambuló de Soria a
Baeza y a Segovia y… fue a dar con su cuerpo herido ‘ligero de equipaje’
con el trauma de una guerra perdida (¡como si las guerras las ganase alguien!)
en Colliure, junto al Mediterráneo donde sopla la tramontana fría en invierno.
Sevilla, ha unido la obra de
ambos bajo la mano magistral de Alfonso Guerra, que ha recopilado un montón de
joyas literarias, en la Real Fábrica de Artillería. Un viejo edificio del siglo
XVII que ha mostrado al público, tan numeroso, que han tenido que prolongar la fecha
de cierre de la Muestra, bajo el epígrafe de Retratos de Familia una parte
de la obra de ambos.
Es una exposición para recrearse
en lo que los dos escribieron, desde el momento colorista “Mi infancia son
recuerdos de un patio de Sevilla donde madura el limonero” o en esa poesía
de Manuel que hay que paladearla de tal manera que uno siempre se queda con
ganas de más porque le sabe a poco.
Para muestra me quedo con dos
pinceladas: “Soy hombre extraordinariamente/ sensible al lugar en que vivo./ La geografía, las tradiciones, las/ costumbres de las poblaciones por/ donde paso me impresionan / profundamente
y dejan huella en/ mi espíritu”. Antonio Machado. Carta a Juan Ramón Jiménez. 1903
Y otra:
“Nosotros trabajamos despacio, / es decir,
seguimos escribiendo por / el gusto de escribir, desinteresados del / fin,
manteniendo la propia actitud / que hace treinta años cuando/ escribíamos un
soneto que no iban a / leer más que unos cuantos amigos”. Manuel y Antonio
Machado / La Libertad, 26 de junio de 1930
Amén.
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