sábado, 21 de diciembre de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Torrijos, algo más que un liberal rebelde

 

           


21 de diciembre, sábado. Leonardo Fernández acaba de presentar su obra El Fusilamilamiento de Torrijos en la capilla de Santa Isabel de Hungría, del cementerio de San Miguel, en Málaga.

Con esta obra, Leonardo Fernández se une a un grupo de pintores que destacaron fusilamientos importantes en la Historia de España. Goya, inmortalizó los del 3 de mayo en Madrid tras los acontecimientos del inicio de la Guerra de la Independencia. Antonio Gisbert, llevó al lienzo la muerte del General José María Torrijos y sus compañeros con ligeras diferencias a la que acaba de sacar Leonardo Fernández.

Goya, pinta el dramatismo de la muerte; Gisber, una Málaga que él no conoce pero idealiza en el lienzo; Leonardo Fernández lleva la serenidad de los hombres de una valentía excepcional ante el fin último y además nos regala cómo era Málaga en 1931. Torrijos y compañeros son abatidos en la playa de San Andrés el 11 de diciembre – con un mar que no está en calma (España tampoco lo estaba), con unas montañas que los malagueños identificamos como nuestras que recortan el horizonte o las torres de la iglesia del Carmen donde velaron la noche anterior a su muerte aquel grupo de hombres luchadores por la libertad de todos frente al absolutismo de Fernando VII.

Se ha documentado el pintor de manera exhaustiva. Tienen ropa de la época, tanto el pelotón de soldados venidos de Soria porque los de la ciudad se negaba a hacerlo, las levitas y colorido de los paños, el cielo de Málaga en un final de otoño…

Con el General Torrijos – es imposible reseñar a todos – muere también el Teniente Coronel de Artillería Juan López Pinto. Tras la ejecución arrojados a una fosa común: luego a los nichos 307 y 311, un irlandés – el único que no reposa actualmente con los otros 48 compañeros que posteriormente fueron trasladados al mausoleo de la Plaza de Merced y está en el Cementerio Inglés.

Con el fusilamiento de Torrijos, en opinión de Esteban Alcántara que preside la Asociación que lleva su nombre, y presentó el acto, no solo se corta la vida y la liberad de los sublevados, sino también la del pueblo.

En el Cementerio de San Miguel, uno de los catalogado dentro de las obras monumentales (la capilla es obra de Rafael Mitjana, los retablos  e imaginería proceden del desamortizado convento de San Pedro de Alcántara…) reposa parte de la historia de Málaga con apellidos que contribuyeron al desarrollo político y social de la ciudad. Puede resumirse en los versos de un alcalde al quien se concedió enterramiento a perpetuidad: “La deuda que los mortales / contrajeron al nacer / pagó dejando de ser /  Pedro Alcántara Corrales”. Sic  transit gloria mundi

 

 

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