5 de agosto, lunes. El calor persiste; la feria, no.
Es agosto. Es lo propio. Acaban de pasar ferias en algunos pueblos y arrancan
en otros. Cada cual lo celebra su manera y entender. Por cierto, ayer venía,
por carretera – no hay otro modo - desde Aracena a Sevilla y antes de llegar al
Castillo la las Guarda observé que la finca de los Domecq estaba limpia de
ganado bravo. Hace unas fechas los cerrados estaban llenos de toros pidiendo
lidia… Se ve que ha habido movimiento.
Decían los paneles informativos
de la carretera que el peligro de incendio era extremo. No es ninguna novedad.
El termómetro del coche marcaba por encima de los 38,5. Si eso no es calor hay
pensar que se acerca mucho.
Un amigo acaba de envidarme un
vídeo. Se las anda por el Pirineo. Ríos de agua clara descienden camino de otros
ríos. El deshielo está funcionando. Hay otro deshielo. Ha sido el ‘deshielo’ de
esas personas que han venido a hacer su posible negocio en la feria vendiendo
en las calles.
Llegaron, hace unos días, generalmente, vienen, de media noche arriba. Se instalaron de la manera que pudieron. Tenderetes de toda índole y camiones que descargaban ‘la mercancía’. Todo lo montan –y luego se van- en un periquete. Vienen de no sabemos dónde y se van a donde los lleven otros vientos. Estancia breve. Ocupación de una vía pública y ruidos, muchos ruidos. (Para mi gusto, demasiados).
Decía la copla “tu calle ya no es tu calle / que es una calle cualquiera”. Claro era el desengaño amoroso. En las calles, estos días, puede que vayan de la mano desengaños y amores. Son ríos. Ríos humanos de gente que va y viene. Que sube y baja. Y, luego, contarán según le haya ido.
Están las calles llenas de gente joven. Chicas guapas, guapísimas y más que guapísimas. Yo no sé dónde se habían escondido, pero anoche tenían la feria llena. Alegran la feria. Son la vida de la feria. La pena es que esta juventud se da por dejarse llevar por la moda y, anoche, iban muchas vestidas como de uniforme…
Mi calle ya no es mi calle. Es el real de la feria.
Luces de colores, niñas guapas y ruido. Mucho ruido. Lejos el gusano
articulado, los tiovivos, los cochecitos de tope con bocinas estridentes y el
castillo hinchable…Se para la brisa; se echa el aire. Hace mucho calor. Ha
llegado la feria. Vivan, la feria y los feriantes.
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