16 de agosto, viernes. Me he
encontrado, temprano, en la calle a Miguel – Miguel es el barrendero del barrio
y fiel seguidor del Barcelona - me dice que este verano está como todos, aunque
ahora, dicen que sufrimos más olas de calor que otros. Agosto no ha sido
benévolo y ha apretado como siempre, me dice, en unos sitios más que en otros.
No entro en discusión. Da igual. La calor no amaina. Hay un acompañamiento de
cantos de gorriones mañaneros. El verano sigue, inexorablemente, su marcha.
El aire persistente, seco, aquí. Un par de días han amanecido con Levante; abre
a media mañana. En otros se ha echado la capa de la DANA. Informa la Tv que en
los lugares de influencia de la DANA mediterránea, o sea, por levante, llueve de
manera torrencial. Mi amiga Aina me ha enviado un video con la lluvia en Portol…
¡Y de qué manera! Aquí está todo reseco.
He ido a Málaga. Todo está
abarrotado de gente. A media mañana he intentado entrar en el mercado de
Atarazanas. Es de los pocos sitios donde han quedado mostradores donde uno
puede acercarse y tomar algo. Eso era antes; ahora, imposible. Todo el centro
ha perdido el sabor de poder compartir un rato con un amigo.
Me he acercado a hacer una
gestión para imprimir una experiencia de fotos en color, Un rato de cola
aguardando turno. He estado a punto de desistir. No lo he hecho. La espera se
hace larga. Es un hastío. La gente busca la poca sombra, Del suelo sube algo
parecido a fuego apagado. Quema el rescoldo.
He regresado, a esa hora en que
hay más coches que espacio para admitir tanto tránsito- El calor, sofocante. El
cielo está limpio de nubes. No dejan de entra aviones al aeropuerto. Hay
momentos que diviso hasta tres, en fila, camino de pista. Guardan un orden
perfecto. A veces pienso qué podría ocurrir si alguno rompiese la perfección de
la formación.
Los que vivimos en el sur
estamos acostumbrados al calor, pero hay días en los que uno parece sentirlo de
una manera más intensa que otra. A lo mejor es que me estoy haciendo viejo y
acuso más estas sensaciones térmicas. Cuando llega la madrugada y las
temperaturas se bajan un poco uno siente una sensación de alivio. Eso suele
pasar cuando apunta el día…
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