domingo, 25 de agosto de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. La concha flamenca


 

                       


 Plaza de Toros de Montoro (Córdoba)

 

25 de agosto, domingo. Tarde tórrida. Casi 40º en los termómetros. Montoro -plaza pequeña y coqueta -  celebra la festividad de San Bartolomé, su patrón. Canal Sur televisa la Semifinal de una corrida de noveles. Novillos de Chamaco. El río el Guadalquivir hace su círculo al pueblo…

 

De pronto, en el tercer novillo (el aspirante a diestro de grana y oro como debe ser. Solo Morante puede vestir como le venga en ganas) de pelo colorado, de estampa preciosa. La banda arranca, y la voz de locutor que lleva la transmisión anuncia: Concha Flamenca de Perfecto Artola.

 

Yo no conocía este pasodoble torero; sí muchas de las marchas procesionales de don Perfecto que fue en vida un icono en las marchas procesionales de Málaga donde dejó lo más excelso de su obra.

 

El maestro Artola nació en el Alto Maestrazgo, en Benasal, el 30 de diciembre de 1904 y murió en Málaga el 23 de octubre de 1992.

 

Sus inicios fueron en Barcelona (banda del Regimiento Badajoz 73), y pasó, después, por Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, Conservatorio Superior de Córdoba, Sevilla y Málaga. Fue profesor de clarinete en su Conservatorio y dejó una creación musical asombrosa.  Cuarenta marchas para banda de plantilla completa.

 

Su producción musical se desarrolló entre 1956 y 1992, y goza de un indudable gusto y calidad, además de ajustarse a la perfección al característico andar de los tronos malagueños.

 

En 1931 ingresó como clarinetista en la Banda Municipal de Málaga convirtiéndose en su director en 1951 hasta su jubilación en 1979. Entre 1946 y 1979 fue profesor de solfeo de viento y madera en la Escuela Municipal de Música de Málaga y profesor de clarinete en el Conservatorio Superior de Música de Málaga entre los años 1948 y 1976. 

 

Se le puede rezar a una imagen al doblar una esquina, en medio de una calle en una noche de primavera o en un momento de sensibilidad especial con alguna composición de don Perfecto. “Llanto y dolor”, “Virgen de Gracia” o “Soledad”… Son otras suyas muy valoradas.

 

Precisa una mención especial el 'Poema sinfónico a la Semana Santa de Málaga', con un guiño muy especial a la participación legionaria con el Cristo de la Buena Muerte.

 

En un momento del poema uno recuerda al maestro Alcántara que dijo aquello de “cuando Cristo dio las tres voces lo oyeron en Santo Domingo, en las tinieblas y en la Legión…  Y, ahora, en la lejanía – me atrevo a agregar – en el poema Sinfónico de la Semana Santa malagueña de don Perfecto Artola Prats.

 

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