jueves, 1 de agosto de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Libros de verano

 

                      


2 de agosto, viernes. Uno tiene llenas las estanterías de libros. Hay una palabra muy fea, pero a veces, la uso. La necesidad me empuja al espulgo de algunos y siento pena por dentro. ¿Qué hace uno con los libros que no le caben en las estanterías? Ni en las que tiene a mano ni en las que tiene en esos lugares a donde no se va casi nunca, pero saben que están allí.

En ocasiones los llamo libros de segunda oportunidad. O sea, los cambio de sitio a ver si la suerte se alía con ellos y por una equivocación mía que no de ellos, se me viene a las manos y les echo un vistazo y vuelvo a releerlos y a otros les quito el “re” y los leo por vez primera.

Es penoso el destino de esos libros. Todos los libros se compran con una ilusión enorme, pero algunos tienen la mala suerte de haber ocupado aquel sitio donde otro se le colocó delante y a algunos como aquello de a la antigüedad se les pasó el momento. Se les adhirió esa pátina que alguien la definió como el polvo del olvido que depositó algo invisible pero que sirve de barrera para que la mano nunca llegue a donde están ellos.

Hay por el contrario otros libros que yo los considero los más amigos. Bueno, realmente todos los libros son amigos, quiero decir a eso que uno siente predilección especial por sus autores. Aquellos – hombres ymujeres  -  que dejaron sobre unas página blancas palabras engarzadas unas a otras que formaron pensamientos y luego mensajes  luego una cadena que lo ató para siempre.

No me pregunten por el número de veces que pasan por mis manos. Es imposible. No lo saben ni ellos ni yo mimo. Solo sé que no pasa un solo verano sin que nos saludemos, nos digamos algo - ellos más a mí que yo a ellos – porque si se mira despacio ¿qué puede aportar este aprendiz de tanto a donde hace tiempo, mucho tiempo a donde llegó todo?

Cuando he terminado de escribir estas líneas se me ha venido a la mente un pensamiento al que me estoy acostumbrado y llevo, de un tiempo a esta parte muchas veces de la mano ¿Cuándo llegue ese verano en el que yo ya no me acerque a saludarlos se acordarán de mí aunque siga haciendo el mismo calor que hace hoy?

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