2 de agosto, viernes. Uno
tiene llenas las estanterías de libros. Hay una palabra muy fea, pero a veces,
la uso. La necesidad me empuja al espulgo de algunos y siento pena por dentro.
¿Qué hace uno con los libros que no le caben en las estanterías? Ni en las que
tiene a mano ni en las que tiene en esos lugares a donde no se va casi nunca,
pero saben que están allí.
En ocasiones los llamo libros
de segunda oportunidad. O sea, los cambio de sitio a ver si la suerte se alía
con ellos y por una equivocación mía que no de ellos, se me viene a las manos y
les echo un vistazo y vuelvo a releerlos y a otros les quito el “re” y
los leo por vez primera.
Es penoso el destino de esos
libros. Todos los libros se compran con una ilusión enorme, pero algunos tienen
la mala suerte de haber ocupado aquel sitio donde otro se le colocó delante y a
algunos como aquello de a la antigüedad se les pasó el momento. Se les adhirió
esa pátina que alguien la definió como el polvo del olvido que depositó algo
invisible pero que sirve de barrera para que la mano nunca llegue a donde están
ellos.
Hay por el contrario otros
libros que yo los considero los más amigos. Bueno, realmente todos los libros
son amigos, quiero decir a eso que uno siente predilección especial por sus
autores. Aquellos – hombres ymujeres
- que dejaron sobre unas página
blancas palabras engarzadas unas a otras que formaron pensamientos y luego
mensajes luego una cadena que lo ató
para siempre.
No me pregunten por el número
de veces que pasan por mis manos. Es imposible. No lo saben ni ellos ni yo
mimo. Solo sé que no pasa un solo verano sin que nos saludemos, nos digamos
algo - ellos más a mí que yo a ellos – porque si se mira despacio ¿qué puede
aportar este aprendiz de tanto a donde hace tiempo, mucho tiempo a donde llegó
todo?
Cuando he terminado de escribir
estas líneas se me ha venido a la mente un pensamiento al que me estoy
acostumbrado y llevo, de un tiempo a esta parte muchas veces de la mano ¿Cuándo
llegue ese verano en el que yo ya no me acerque a saludarlos se acordarán de mí
aunque siga haciendo el mismo calor que hace hoy?
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