viernes, 30 de agosto de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Ignacio Aldecoa

 


           


 Homenaje a I. Aldecoa en el cincuentenario de su muerte. Parque de la Florida (Vitoria-Gasteiz)


30 de agosto, viernes. Releo – casi lo he acabado -  Cuentos -  de Ignacio Aldeoca. Edición de Josefina Rodríguez, su mujer – a la muerte de Ignacio, ella comenzó a firmar como Josefina Aldecoa – Cátedra, 1982.  Es un libro viejo. Viejo por la fecha de publicación, por los temas que toca, y porque lo compré en Imprenta Lería, J. Antonio 19, cuando la regentaba el entrañable Sebastián… Es muy interesante. Es, en algunos puntos, desgarrador. Una España tan de ayer que no sé si queda algo de todo aquello y que ahora anda su camino con otros personajes pero con casi los mismos problemas revestidos de otra capa.  

Han tenido el buen acierto de insertar opiniones de otros escritores sobre Ignacio y sobre su obra. Se recogen de Antonio Tovar, Ana María Matute, Carmen Martín Gaite, José García Nieto, Luis Izquierdo…

Publica también, fragmentos del pensar de Aldecoa que quedó esparcido por toda su obra. Dice que la solead adquiere matices especiales cuando se trata de los viejos. En La Despedida, afirma que la soledad de la separación temporal viene acentuada por la angustia de la separación definitiva: el temor a la posible muerte del viejo que va al hospital (yo agregaría o del que va a la residencia, en este tiempo).

La literatura de Aldecoa es un testimonio de una época, los temas son  cercanos, aunque lejos en la cronología, muy próximos en los asuntos que no dejan de perder actualidad y que algunos podrían incluso ser conversación mañanera en el encuentro de compartir tertulia entre amigos. Palpita la humanidad, la gente que vive la vida que le ha tocado vivir.

Los personajes de los Cuentos de Aldecoa son obreros, jornaleros, trabajadores, gente humilde que no tiene conciencia de clase y no se rebela contra la situación de explotación que sufre.

Hay personajes que despiertan admiración en él. Son los vagabundos automarginados, los desprendidos de todo, los ligeros de equipaje. “Bienaventurados los vagos – dice – porque solo son egoístas de sol según el tiempo”. “Bienaventurados - agrega - porque son despreciados y les importa un comino”.

Trata situaciones como las de la burguesía – entre el cielo y el mar – la guerra, los condenados, los viejos y los niños o los seres libres. Son memorables sus aportaciones expuestas en La urraca cruza la carretera; Seguir de pobres; Los pozos; Ave del paraíso

Hoy, la obra de Ignacio Aldecoa, al igual que el propio Ignacio que nació en Vitoria (1926) y murió en Madrid (1969) son desconocidos por una gran parte de los españoles. Debe ser ley de vida…

 

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