viernes, 21 de junio de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Flor de loto.

 

 


                       Flor de loto. Jardines de la Concepción. Málaga.


21 de junio, viernes. Según la mitología griega las ninfas eran hijas de Zeus. Nacieron en manantiales y lugares donde abundaba el agua. Sitios donde es fácil soñar con esas bellezas escondidas que encierra la naturaleza y que a veces se nos aparecen cuando menos se espera.

Según los papeles viejos Málaga, la ciudad que en un principio fue colonia, vino de la mano de un pueblo lejano, el pueblo fenicio, que está en el otro extremo del mar. Ese mismo mar que se toca de pañuelos blancos las tardes que sopla el aire de poniente y la brisa acaricia la cara. La colocaron en su sitio. Al pie de los montes y en frente África que se asoma por la cordillera del Atlas.

Pasó el tiempo, mucho tiempo y una familia, la de los Heredia, que también había venido de tierras de lejos, decidió hacer un jardín de ensueño, al pie de los montes hasta donde también llegan las brisas del mar. Salpicaron de árboles exóticos traídos de los lugares más extraños su suelo e hicieron correr el agua entre los estanques.

Hace unos días, una mañana de primavera de esas que apuntan más a la estación que llama a la puerta, o sea, el verano, bajo un sol espléndido un grupo de amigos nos fuimos a gozar de la belleza que encierra el vergel del Jardín de la Concepción.

Entre tanta belleza vegetal, además, acoge unos estanques, pequeños, circulares para mostrar toda su belleza un puñado flores de loto de diferentes colores. Uno se documenta y se entera que es una planta acuática, de la familia de la ninfáceas - no puede ser de otra manera – hojas grandes, peciolo largo y delgados que terminan en flores de diferentes colores. Su fruto, parecido al de las adormideras, son comestibles.

En el mundo egipcio fue una flor sagrada. Carter la encontró en la tumba de Tutantkamón. En el hinduismo y el budismo la flor de loto representa el útero del universo, donde nacen todas las cosas.

Para los budistas llegan a más y la consideran como la iluminación y vínculo que une el alma del universo con la suya propia…

El loto, es decir la planta, en la que luego remata la flor nace en el agua. Tiene que ser un agua pura sin estiércol ni ningún tipo de contaminación y de ahí lleva al camino de la pureza y de ella viene la vida y la regeneración.

 

 

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