martes, 11 de junio de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Mi amigo escribe como los ángeles

 




11 de junio, martes. Dicen que los ángeles tienen alas. No sé si las alas de los ángeles tienen plumas y si ellos, en su travesura, de vez en cuando, se las arrancan parar escribir. Claro, tampoco sé si los ángeles tienen tinteros para mojarlas. Lo cierto es que nunca he visto un ángel manchado de tinta. (De los otros, de esos de plumas blancas, si he visto algunos, pero eso se lo contaré otro día)

Los ángeles cada mañana, a esa hora en que los niños necesitan un recreo, Dios los echa a esos campos celestes con que se visten los cielos y juegan a las cosas más raras del mundo - del celestial, claro, del otro, no hablamos. Entonces ellos forman nubes de capricho y les dan las composturas más inimaginables…

- ¿Ves, esas que son algodonosas y oscuras? Vienen cargadas de agua.  Se llaman cúmulos nimbos. Descargan donde quieren y el campo se viste de silencio y de quietud. Los pájaros, algunos, se meten debajo de los pámpanos de la parra; otros, se van al nido y se abren de alas y no dejan que las gotas frías mojen a sus polluelos. Tienen pocas plumas, el agua está fría y pueden que se constipen…

- ¿Y aquellas blancas que parecen azúcar de feria?

- Esas se llaman nimbos. Son tan blancas porque se visten de limpio para pasearse por las tardes y, cuando les parece se dan vueltas por el cielo. Y el hombre que informa del tiempo en los telediarios dice que son “nubes de evolución diurna con desarrollo vespertino vertical”. El hombre del tiempo es un poco complicado para no decir que por las tardes les gusta jugar al escondite en las cumbres de los cerros.

Mi amigo, antes, cada día salía al campo. Unas veces, cuando era joven trabajaba en un molino y juntaba aceitunas en las tolvas y les sacaba un oro líquido que han dado en llamar aceite….

A mi amigo le dio por juntar palabras y las llevaba de la mano y cuando a él el parecía bien los llamaba poemas y, muchos, yo entre ellos, nos deleitamos y no nos hartamos de leer esas palabras que van unas junto a otras. Otras veces, hace una pequeña constelación de palabras como los luceros cuando comienza a anochecer y dice que son artículos y las junta y entonces, a eso los llama libros… Y los amigos no nos hartamos de leer sus palabras como quien busca la esencia libando en ellas y sabemos de magarzas, de margaritas, flores de almendros, de trigales, de amapolas, de poleo, de amistad… Ya les digo, mi amigo escribe como los ángeles. ¡Ah, mi amigo celebra su onomástica el 13 de junio!

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