viernes, 23 de diciembre de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Regalos


                                       


23 de diciembre, viernes. Ofrece Alfonso Ussía hoy en su artículo, en El Debate, un regalo. Habla de un poeta excelso y casi desconocido: “Manolito el Pollero”- Manuel Fernández Sanz - que nació en la calle Tetuán, antes Negros, de Madrid y murió en un hospital de Oviedo. Dice Ussía que con su caja cargaron José Antonio Medrano, Manuel Alcántara, Mariano Povedano y Dionisio Gamallo... dice más cosas, muchas más cosas.

Yo supe de él, de ‘El Pollero’, a través del maestro Alcátara que hablaba de él con asiduidad y  desgraba sus versos con la misma agilidad que aquella tarde, en un mano a mano, con Barbeito en “María” recitaban a Montesinos, a Quevedo o a Lorca.  Pasaban los minutos... ¿Por cierto, sabe alguien, por qué en ocasiones como esas los minutos parecen que tienen menos de sesenta segundos?

Recuerdo ahora, un regalo, otro, a modo de premonición que me hizo el maestro. Jaime Rittwagen (por si no lo saben, Jaime es el mejor pintor naïf vivo de Málaga) inauguraba una noche de otoño, una exposición en Benedito, Niño de Guevara, esquina Granada.

La gente atosigaba al maestro. En un momento me dijo: “sácame de aquí”. Lentamente comencé a andar. Él, pegado a mi espalda, me seguía... Respiramos al ganar la calle. Nos fuimos a la barra del Pimpi. En un momento, me miró como solía mirar el maestro cuando tenía que decir algo serio: “Recuerda esto: somos la última generación que a este País lo llamamos España; somos la última generación que comemos, a partir de ahora, nos alimentaremos; tengo mis dudas que al niño grande, lo dejen reinar...” Visto como está el patio. ¡Lo bordó!

Acaba de traerme el correo un tercer regalo. Me lo envía una amiga desde Moncada-Rexach. “Le he hecho, me dice en su nota de felicitación navideña, un cuaderno de viaje tipo Midori para que pueda documentar su próxima escapada...” El cuaderno es una gozada. Todos son detalles en su presentación y lo que es más importante, está hecho por ella para mí... Ante eso, uno, ya ven, se queda sin palabras.

Me permito terminar hoy con unos versos de “El Pollero” que publica Ussía y que quizá conozcan, pero son de tanta belleza... “Cuando con los otros niños / En Belén jugabas Tú, / Sabías o no sabías / Que eras el Niño Jesús"? 

Sean felices (unas, entre fogones; otros, de corredores de bolsa), si pueden...

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