martes, 20 de diciembre de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Vísperas de Navidad

   


              Alumbrado navideño. Calle Larios (Málaga)

 

 

20 de diciembre, martes.- El consumismo se ha disparado. Hace unos días bajé a Málaga al caer la tarde. No se cabía en la calle. Los aparcamientos municipales todos tenían barreras en la puerta y un empleado anunciaba – el cartel luminoso, también – que estaban completos. La gente colapsaba los espacios.

 

El alumbrado navideño de Málaga es bellísimo. Probablemente de los más hermosos y exuberantes que he conocido. Ha habido quien lo ha criticado denunciando derroche. No lo sé. Sí sé que muchísima gente factura, o sea come, a costa del alumbrado. Otros, no tiene posibilidad de desplazamientos... Acercarse al centro y tener un espectáculo gratis... Pues eso.

 

 Esta mañana, casi al amanecer, una grajilla ha cruzado el cielo graznando. ¿Será una premonición? Ha volado desde la Alameda del Hoyo del Conde hacia Sierra Aguas. El cielo cubierto de niebla porque la niebla ha aguantado hasta pasada la media mañana. El refrán dice: mañanitas de niebla, tardes de paseo. La grajilla se perdió confundida en la espesura algodonosa y blanca.

 

Después me acerqué hasta el Valle de Abdalajís tenía que ver a un amigo. El amigo me enseño saborear la literatura de Tagore, de William Saroyan, de Hemingway, de Juan Ramón, de San Juan de la Cruz... El amigo tuvo una parte muy importante en mi formación de juventud y desde entonces el afecto es mutuo. Hemos hablado de Teilhard de Chardin, del  Cardenal Newman. De las cosas serias e importantes de la vida. De eso que llamamos Fe, y de otras muchas más cosas. Mi amigo – que no es del Valle – se llama Lorenzo.

 

Esta tarde, - anochece tan pronto que uno no sabe si es tarde-noche o si es la noche que se viene más pronto - he repasado La rosa de Jericó, de Francisco Martos. Excelente. Amena. Vocabulario cuidado y convincente. Muy bien narrada, de esas obras que a uno le cuesta tener que dejar de leer, de esos libros que uno no tiene ganas de llegar al final, pero ya se sabe todo tiene su...

 

Deseo ardientemente que esté próximo el final de este tiempo de crispación al que parece que le han dado barra libre. Decían que antiguamente en la Navidad se hacían treguas en las guerras. Y digo yo ¿y sin nos diésemos un descanso? Por Dios que es Víspera de Navidad y ya está aquí el solsticio de invierno. Comienza, una vez más, el ciclo de la vida.

 

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