sábado, 24 de diciembre de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nochebuena

 


24 de diciembre, sábado. Dicen que los pastores dormían al raso mientras el ganado reposaba y, entonces, un ángel se les apareció y les dio la Gran Noticia. Dios – un Niño – había nacido en un establo... Y ellos gente buena como tanta gente en el mundo se pusieron en camino y fueron y lo adoraron porque solo se adora a Dios.

Un coro de ángeles, dicen que cantaban algo así como gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad. (Para los otros, también, eso no lo dicen, pero yo pienso que como son quienes más la necesitan...)

“Oh luz de Dios brilla en la altura”, ilumina todas las mentes, todas, que no se quede ninguna atrás y todas, a su modo y manera busquen el bien para toda la humanidad. Lo necesitamos un montón. Lo necesitamos casi tanto como el aire que respiramos, como el agua – “tomada con moderación no hace daño,” decía el maestro Alcántara – que bebemos, como el sol que nos alumbra.

Y entonces nosotros podremos cantar con otros coros aquello de “más hermoso que el sol bello...” y los hombres seremos de otra manera y acabaremos con la guerra, con el hambre, con la muerte con dolor...

Feliz Nochebuena.

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